Iona
—Déjame llevarte al apartamento —la mirada de Nicos no me gustaba, había algo que lo tenía impaciente.
—No, lo hará mi hijo —me giré y le di un beso a Desa y a Andreus — Soy feliz mi amor, mañana vendré a verlos.
—Claro mamá —con una inclinación de cabeza me despedí de Nicos, con ayuda de mi hijo subí al auto y todo el camino Tomasso me miraba de soslayo y con una sonrisa dibujada en su bello rostro.
—¿Pasa algo Tomasso?
—No pareces mi madre, eres una mujer guapa y joven, me imaginó hay muchos haciendo cola por ti —me encogí de hombros y me dediqué a mirar por la ventana, Tomasso debió entender la indirecta por que no volvió a tocar el tema.
Cuando llegamos, afuera del apartamento, las luces estaban encendidas y mi hijo me miró de soslayo, le deposité un sonoro beso en la mejilla y bajé rápidamente.
—Te amo hijo —caminé alegremente hacia el apartamento, cuando abrí aquel olor delicioso a comida llegó hasta mis fosas nasales.
—Hola —Thanos estaba recostado en el marco de la puerta con una gran sonrisa — La cena estará lista en un momento.
— Gracias —me quité los zapatos en la entrada, él arqueo una ceja por que esa era mi maña andar descalza por toda la casa —¿Tabhita llegó?.
Thanos asintió.
—Está en su cuarto, espero no te moleste el cuarto que le asigne.
—No te preocupes.
—Cuéntame, ¿cómo te fue con tu hija?
Me senté en la mesa de la cocina y sonreí.
—Muy bien, tengo un nieto muy guapo de tres meses de nacido. Jamás esperé vivir esto — Thanos se me acercó y revolvió mi cabello.
—Me alegra por ti —se acercó a la cocina a revisar la comida —¿Viste a tu ex esposo?
—Si — suspiré —Sigue tan increíble como la última vez que lo vi.
Thanos sirvió una copa de vino y me la entregó.
—Nunca entendí por que lo dejaste si lo amas —di un trago y dejé que el líquido recorriera mi garganta.
—Siento que la muerte de Kaia es culpa de Nicos, alguien que lo odiaba a él, uso a mi hija para vengarse.
—No es su culpa, ya te lo he dicho, él también ha sufrido.
—Lo sé, pero no puedo evitar sentir esto — bajé la mirada —Es duro perder a un hijo.
—Debe serlo Iona, pero has recuperado a una hija, y fue Nicos quien la encontró.
No respondí, mi alma aún dolía por Kaia.
—¿Cuánto tiempo te quedarás en Hatria?
—No lo sé, esto de huir no es lo mío —se levantó y apago la estufa, callé mientras él servía la cena.
—¿Tabhita no cenara? — él suspiró.
—Sigue molesta por que la he arrastrado hasta aquí y he "Arruinado su oportunidad de ser novia del idiota ese"— suelto una carcajada, pero luego me quedó pensativa.
— A la edad de Tabhita, yo ya estaba casada y habían nacido las gemelas —sonrió — Quizás si está enamorada de verdad.
—Siento que Tabhita aún no se ha enamorado de verdad.
—No subestimes sus sentimientos —él negó y comenzó a cenar.
Mi mente se perdio por un momento en Nicos, aún se conservaba...
—Tienes la misma mirada embobada que cuando miras la foto de tu marido.
—Es una foto familiar —Thanos soltó una carcajada.
—Te conozco, Iona, en estos cuatro años te he llegado a conocer mejor que a la palma de mi mano.
Apartó mi plato y me recuesto en la silla.
—Tengo sentimientos encontrados, una parte de mi rechaza a Nicos por lo que se dedica pero la otra lo extraña.
—Cuando te casaste sabias como era su familia, estaban en el lado equivocado de la ley...
—No había muerto ningún hijo —cierro los ojos — Yo ... estoy admirando a alguien...
Thanos enarcó una ceja.
—Es un mito Iona, no hay una prueba que el tipo exista, estás actuando como una niña enamorándose de una estrella.
Sonrió.
—Lo sé y me gusta esto, cada día abro el periódico con la emoción de que salga algo nuevo del Desconocido silencioso, suena loco, pero me gustaría ver una foto suya en el periódico, pero sé que es imposible, muchos narcotraficantes deben odiarlo y si lo ven se lo pueden cargar.
—Tienes razón Iona — recogió la mesa y se dispuso a lavar los platos sucios.
—Déjalo, yo lo haré.
—Iona, es lo menos que puedo hacer por tener un techo sin pagar alquiler.
—Sabes que para mi, es un gusto tenerlos aquí en casa.
—Lo sé, pero es lo menos que puedo hacer Iona, mi hija y yo no somos tú responsabilidad, me estás ayudando y eso te lo agradezco enormemente.
Deje de discutir, cuando algo se le metía a Thanos en la cabeza nadie lo sacaba de ahi.
—Iré a dormir, gracias por tan deliciosa cena.
—Me alegra saber que te gustó Iona.
Caminé hacia mi habitación, la puerta del cuarto que ocupaba Tabhita estaba entre abierta, sonreí con tristeza al verla mirar aquella foto de la mujer que la trajo al mundo que se supone debería amarla como lo más valioso que existiera en esta vida pero para ella, su hija sólo era un medio para hacerle daño a Thanos.