“Ella”
La mañana de aquel martes empezaba con el cielo ligeramente nublado y grisáceo. Kara atravesaba el campus hacia el edificio de su salón de clases, con la mente totalmente despejada y serenamente caminó sin preocupación alguna.
- ¡Kara! –Gritó Patty ligeramente para alcanzar a su amiga desde atrás, cuando Kara subía los pequeños escalones.
- ¿Por qué tan apresurada? –Le cuestionó vacilante a su amiga cuando estaba más cerca, deteniéndose a medio escalón para esperarla.
-No quería caminar sola, y me apresuré cuando te vi. –Le respondió ligeramente agitada por la rapidez en que se acercó. Respiró hondo para controlar su respiración y se acomodó los lentes y se disculpó con su amiga–. Oye, lamento no poder haber ido contigo. Mi abuela se puso un poco mal y tuvimos que ir a verla.
- ¿Qué le pasó? –Se preocupó Kara, pero fue calmada por su amiga.
-Tranquila, está bien. Solo quiso hacer drama porque no la habíamos visitado desde la semana pasada. –Patty sonriendo divertida al final de su oración–. Deberías conocerla, es igual de dramática que tú. –Agregó con presunción en su voz y agregándole un poco de diversión.
- ¿Dramática yo? –Mencionó Kara con sarcasmo–. Igual no te preocupes, solo estuve un rato.
- ¿Y? –Preguntó Patty, con la esperanza de escuchar que se encontró con Mateo y hablaron o algo parecido.
-Ah, sí. Me encontré con Simón. –Mencionó con serenidad, evitando la mirada de su amiga por alguna razón.
- ¿En serio? ¿Y qué te dijo? –Preguntó Patty muerta de curiosidad, pero Kara se silenció por un momento, y al no encontrar una respuesta rápida, se adelantó rebasando a Kara para detenerse justo delante de ella y así poder verla a los ojos–. ¿Qué te dijo? No me vas a dejar con la intriga, ¿verdad?
-Ay, no pasó nada. –Kara levantó las manos ligeramente. –Solo conversamos un momento. Él estuvo ahí con unos amigos, así que no conversamos mucho.
- ¿Solo eso? –Patty tenía la esperanza de escuchar en cualquier momento que Kara y Mateo se habían encontrado y habían conversado como mínimo.
-Sí, solo eso. –Respondió Kara, vacilante. Rodeó a su amiga y siguió caminando, Patty la siguió y caminaron lado a lado.
- ¿Y cómo te sentiste?
-Bien… Ya pasó un poco de tiempo, ¿cómo pensaste que reaccionaría?
-La verdad pensé que estallarías de nervios, que no podrías pronunciar ni una sola palabra o algo parecido. –Confesó Patty con franqueza, dirigiendo sus ojos hacia el rostro sereno de Kara.
-Que estupidez. –Mencionó Kara sonriendo divertida mirando al suelo un momento para luego ver a su amiga a los ojos.
-Me agrada que pienses así, algo me dice que estoy al lado de una Kara que empieza a cambiar. –Patty observaba el rostro de Kara, y empezaba a notar algo diferente en ella, tan minúsculo que no sabía exactamente lo que era, pero que podía hacer mucha diferencia.
-Lo estás. –Mencionó Kara con suavidad, pues empezaba a sentirse mejor con ella misma, de tal modo que no se sentía extremadamente sola y mucho menos triste por ello. Kara le sonrió a su amiga con aceptación, una aceptación que se daba más a ella misma pues apenas estaba sintiéndose así.
Patty se sintió un poco culpable por intentar hacer que Mateo busque a Kara, pues según ella aquel cambio que empezaba a ver en su amiga había sido producto de aquella salida en solitario, y se alegró por un momento que Mateo no la buscó.
-Por cierto, vi a Mateo cuando regresábamos en el auto. –Agregó Kara, sacando a Patty de sus pensamientos.
- ¿Dónde? –Preguntó Patty sorprendida, sintiendo una hincada de aquella esperanza que sentía hace unos minutos.
-Intentaba cruzar la calle cuando pasábamos en el auto… Nos vimos mientras pasaba junto a él en el auto. Y fue extraño, pero sentí como si todo hubiera pasado en cámara lenta, y no lo sentí como unos segundos, sino como unos minutos. –Confesó Kara con suavidad.
Patty no le respondió, y entendió que lo que tenía con Mateo no lo tuvo con Simón, entonces supo que era especial y que no iba a permitir que Kara se pase la vida arrepintiéndose de no haberse dado una oportunidad con Mateo. Ni siquiera que se sintiera menos para Mateo.
“Él”
-Eres tonto, ¿verdad? –Patty se plantó frente a Mateo, quien estaba terminando de comer solo en una de las mesas del centro de la cafetería.
-No, no lo soy. –Le cuestionó Mateo limpiándose la boca con la servilleta de papel–. Y tú eres cruel, ¿verdad? –Le espetó, inclinando erguido hacia delante con los brazos cruzados sobre la mesa. Plantó su mirada ligeramente enojada en el rostro confundido de Patty.
- ¿De qué hablas? –Preguntó confundida aun de pie.
-Querías que vaya al malecón para ver a Kara junto a Simón, ¿qué es lo que buscabas? ¿Querías que entendiera que ellos son tal para cual y que yo estorbo? –Mateo plantó cara, sin sentir ni una sola pizca de pena, como si no se tratara de una amiga suya–. Tal parece que ahora no conozco a nadie. Todos son desconocidos que usan una careta para fingir amistad.
-Okey, eso es absurdo. –Patty extendió las manos ligeramente, y se sentó en una de las sillas. –Para empezar, auch. Mateo, tú eres mi amigo, jamás haría algo que te hiriera. O sea, a veces me caes chinche, pero así eres tú y no tengo problema con eso.
-Patty, de verdad no quiero…
-Fuiste víctima de tu cruel imaginación, Mateo. –Le espetó Patty impidiendo que hable–. Si te llamé fue porque creí que podías hablar con Kara y aclarar lo que sienten. Yo no sabía que Simón estaba ahí. Además, no sé porque te molesta si ya no están más juntos y tampoco lo estarán. –Remarcó cada palabra con superioridad ante un argumento poco inteligente viniendo de Mateo.
#21637 en Novela romántica
#4165 en Joven Adulto
amor secreto, amor adolescente, problemas de la vida de un adolecente
Editado: 16.10.2021