CAPITULO 9
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- ya puedes retirarte Natacha, por ahora estaremos ocupados más tiempo que el acordado y no prescindo de tus servicios
- ¡Está bien señor!- me despido del hombre ante mí y me marcho
Sé que no debo hablar con nadie en esta casa, sin haber obtenido permiso previo ¡y todavía lo hago!
- Bella estas aquí, ¡pensé que eras prisionera de mi primo
-miro a julio y sigo caminando a la cocina,¡quiero comer algo antes de volver al servicio militar!
- Te traje esto-extiende sus mano y me da una pequeña caja
- ¡No debo hacerlo!- sigo caminando
- Tómala no es un anillo de compromiso, ¡tranquila!
- ¡No!- grito cuando toma mi mano y coloca la caja en ella yéndose a paso ligero
Miro la caja y luego la guardo en el bolsillo de mis pantalones para regresársela luego
- Señorita Natacha,llega justo a tiempo para que pruebe mi delicioso pastel de manzana y lo de DELICIOSO no lo digo yo, lo
Dice el señor GERARDO- dice sonriendo la señora más amable desde que llegue a esta mansión
- ¡Soy toda suya!
- Me apunto-entra Alberto y me saluda, parece una sombra siempre aparece y desaparece como un mago…
…
¡Dios! No había probado un pastel de manzana tan rico en toda mi existencia, la señoraLucia sí que sabe cocinar ya no me extraña que Gerardo coma sus comidas y no se queje
-¡POR CIERTO! escuche decir que ya se había ido su visita debo ir a prestarles mis servicios
Toco la puerta del despacho y entro a la vez
- Por qué te has tardado, recoge todos estos documentos y archívalos en esta gaveta
-¡que mandón!
Me acerco y empiezo a recoger el desastre sobre su escritorio. Termínalo y ve a mi habitación
-no se para que me necesita todavía, ya hasta se mueve más bien-observo lo ajustado que le queda el pantalón del trasero y casi que silbo-
Sigo arreglando todo y recuerdo la caja que me dio julio por lo que la saco y reviso su contenido
-qué bonita cadena-miro su dije y es una bonita perla con piedras incrustadas en forma de diamante -no la sigo detallando porque puedo enamorarme de ella-
- Debo regresársela ¡ya!-termino pronto con todo los documentos y decido buscar a julio para regresarle su regalo
- ¡Vistes mi regalo!- susurra julio desde detrás de una columna justamente cuando salgo
- Si, toma- se lo coloco en su mano
- Pero Natacha la compre especialmente para ti ¿no te gusto porque puedo cambiarla?
- No la quiero, gracias pero no debo hacerlo- subo rápido las escaleras hacia la habitación de Gerardo…
- ¡parece que le caes bien a todas las personas!- me detengo en un salto del susto y lo miro perpleja, no lo había visto ahí, seguro vio lo del regalo de julio desde aquí arriba
- ¿Cómo dice?-trato de evadirlo, el abre la puerta de la habitación y se mete por lo que lo sigo
- ¿Será que eres más simpática con ellos que con migo?- camina hacia mí y cuando ya está demasiado cerca doy un paso hacia atrás quedando contra la puerta
- ¿Me tienes miedo?-ríe de medio lado y me toma por la cintura
- Tu piel es tan suave- ha dejado sus muletas contra el closet por lo que con una mano me pega a su cuerpo y con la otra toca mis mejillas
Me siento indefensa ante tan tamaño de sus brazos y cuerpo, hago un movimiento para soltarme pero solo logro que me aprisione más contra su cuerpo
- Sueles reírte y hacerte la simpática con los demás, por qué no lo intestas conmigo ya te he besado…
- ¡Suélteme por favor!
- ¿Por qué?
- Porque yo soy solo su empleada, ¿lo recuerda?
-un beso fuerte en mis labios hace que olvide mi postura defensiva ¿Por qué este idiota se atreve a besarme cuando se le antoja?
- Recuerda que desde ahora ¡solo yo podre besar estos labios!-susurra en mi boca después de tan largo beso
- ¿Por qué?-digo sin aliento, creo que mantengo un tono juguetón, aunque sé que es peligroso
- ¡Porque lo digo yo! –sigue sus besos por mi cuello