Descubriendo a Marte

Capítulo cuatro

 

Comienza una nueva semana y tenemos que inscribirnos en un selectivo.

Logro que los chicos acepten mi decisión por el club de ciencias. También necesito puntos extras para mi solicitud de beca.

Mi papá había sido profesor de Astronomía en la universidad a la que quiero aplicar, por lo que me da mucha ilusión que me acepten, ya que así me sentiría más cerca de él.

Murió cuando tenía 11 años, fue un buen padre que siempre estuvo presente para mi madre y para mí. Me regaló a Olmo cuando tenía solo dos años, por eso mi perro es tan especial para mí, es una pequeña parte que me dejó.

Cuando papá murió, todos decían que el dolor se superaría con el tiempo, pero es mentira. Solo se hace más pequeño, pero siempre está presente.

Mamá es un ejemplo, no ha podido superar la pérdida, pese a que han pasado seis años. No ha tenido ninguna pareja hasta ahora y consiguió un segundo trabajo muy rápido después de la muerte de mi padre.

Entiendo que gran parte de lo que hace es por mí, pero creo que también es una forma de refugiarse de su dolor. Por esa razón, necesito conseguir esa beca, para que mi madre pueda dejar de hacer su vida en torno a mí, deje de trabajar tanto y pueda darse un descanso, y tal vez preocuparse más por ella misma.

Intento ser una buena estudiante, pero cada año se hace más difícil. Ciencias es mi lugar seguro, no necesito poner mucho esfuerzo en ello, ya que todo me sale naturalmente. Me encanta esa materia porque es lo único que me mantiene cuerda hacia la realidad.

La ciencia sirve para comprobar la existencia de las cosas y no sé cómo explicarlo, pero eso me hace sentir que existo. A veces siento que no encajo en ninguna parte, lo que me hace cuestionar mi existencia. Sé que todos pasamos por eso, pero el hecho de que puedan existir otras galaxias y planetas me hace pensar que tal vez mi lugar está fuera de aquí, muy lejos.

Me quedo sumergida con un globo terráqueo que está en mi mesa mientras espero a la profesora. El aula es muy acogedora y me hace sentir muy cómoda. Las mesas y sillas son blancas, pero todo lo demás está lleno de color. Hay imágenes de dinosaurios en la pared y el típico póster de Einstein sacando la lengua con una frase escrita que dice: "El club de ciencias es el más cool". «Que ñoñada más adorable.»

Me llama la atención que en el techo hay dibujos de constelaciones sin las líneas, para que podamos adivinar y darles forma. Estoy tratando de identificar la "Osa mayor" cuando de repente escucho una voz.

- ¿Es aquí el selectivo de Ciencias? - «Mierda»

Me dejo caer en la mesa derrotada, esto es una pesadilla. El destino ya está escrito: a donde sea que vaya Paula, va a estar ahí.

Se sienta en la mesa que está al costado de la mía. Yo vuelvo a tontear con el globo terráqueo, tengo que comenzar a acostumbrarme a su presencia.

El único curso en el que no estamos juntas es literatura, pero en todo lo demás estamos pegadas como siamesas.

La profesora entra y se acomoda en su asiento.

-¡Esto es increíble!, somos cinco personas, estoy sorprendida. Somos más que el año pasado. - La profesora es bajita, de tez trigueña y trae el cabello lacio. Lleva puesto una bata blanca y parece buena gente. No deja de sonreír.

La clase transcurre muy rápido, nos da una introducción sobre la creación del mundo, nos hace ver un documental y luego nos da el temario. El cual me encanta porque hay mucho más experimentos que teoría.

La clase termina y comienzo a guardar mis cosas, pero siento mi celular vibrar.

Es un mensaje de Samuel, necesita que vaya urgentemente hacia su casillero por un libro. Su selectivo de música acaba de empezar y no quiere perderse ni un segundo de sus clases.

Salgo del aula y me dirijo hasta su casillero. Me demoro un poco en encontrar el libro que necesita, ya que la puerta de su casillero no quiere cooperar conmigo. Cuando por fin lo consigo, tomo el libro y camino hacia el aula de música. Ese lugar se encuentra en el último piso. Así que con mucha flojera empiezo a subir todas esas escaleras. Cuando por fin estoy por llegar al último piso, veo pasar a una chica que está algo nerviosa y entra rápidamente al aula de música.

Detrás de ella viene Jota, cuando lo veo pasar quiero acercarme para poder alcanzarlo, pero me detengo rápidamente cuando veo a Paula.

Camina con paso firme hacia Jota y lo agarra del brazo. Él no reacciona ni tampoco dice nada. Los dos se miran fijamente. Pasan los segundos más lentos de mi vida, y Jota decide darse media vuelta para continuar su camino, pero Paula lo vuelve agarrar de la manga y le susurra algo que no puedo entender.

"Ese algo" hace que Jota reaccione y su postura cambie a una un poco más relajada. Se acerca hacia ella y coloca su mano en su hombro.

No logro entender qué está pasando.

- Por favor...- Susurra Paula.

Jota asiente, se aleja de ella y entra a sus clases.

Paula se queda ahí parada, pasa sus manos por su cabeza de una manera frustrada. Se queda unos segundos más así y luego se da media vuelta y camina en dirección contraria.

¿Pero qué acaba de pasar? ¿Por qué Jota y Paula estaban hablando si no lo hacían desde hace años? ¿Qué le tuvo que decir ella para que Jota reaccionara de esa manera? Lo más normal sería que Jota hubiera huido espantado con la sola presencia de ella. Esto me hace sentir un poco ... rara.

Y no es rara de celos, creo, no lo sé. Jamás he sentido celos por él. Jota es muy afectuoso con todo el mundo, siempre le gusta caer bien. Aparte de que es muy lindo, el pelo despeinado, su estilo relajado al vestir y su habilidad para montar skate lo hacen tener algunas admiradoras.Sin embargo, nunca antes había sentido celos y en este momento realmente no sé lo que estoy sintiendo.

El estómago me duele y tengo un mal sabor en la boca. Solo veo imágenes en mi cabeza que se repiten, como la de Paula jalando la manga de Jota, casi tocándolo. «Contacto»




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.