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Jota y Samuel nos esperan en la entrada de la enorme casa donde es la fiesta.
Jota va disfrazado como uno de los ladrones de la casa de papel, con mi capa roja y unos pantalones rojos. De su cuello cuelga la máscara del bigote feo. Samuel trae una pijamada de pikachu. «Mi pijama de pikachu»
-¿Por qué no me dijiste que ibas a venir disfrazada así? Yo hubiera sido tu oso.- Me saludo con un beso, que últimamente se sienten como puñales.
-Sorry amigo, pero yo seré su oso el siguiente año.- Le responde Majo en un tono burlón.
-Solo improvisamos.-Dije mientras intento reprimir mis nervios.
-No parece nada improvisado el disfraz de Marjorie, me encanta.- Dice Samuel, lo que provoca que Marjorie se congele y no pueda emitir palabra.
-Yo…- Empieza a tartamudear.
-Lo hizo todo ella.- Intentó salvarla con la carta de presume a tu amiga.
-¿En serio? Realmente está muy bueno. ¿Puedes hacerme algo para mí?- dice Samuel.- obvio si quieres y pued-
-¡SI QUIERO!- El grito de Marjorie nos aturdió un poco.- Perdón…
Entramos rápidamente y nos recibieron con algunas bebidas. Estaba muy animado el ambiente, creo que era un cumpleaños porque así parecía estar decorada la casa, y también por el enorme pastel que había en la sala.
El lugar estaba repleto y nos costó poder caminar por el interior. Jota nos hizo una señal para que lo siguiéramos hacia el patio donde había licor y un DJ que en realidad era un alumno de nuestra escuela.
No sé en qué momento los nervios se esfumaron, pero me encontraba disfrutando de la fiesta y pasándola bien con mis amigos. Me gustaba esta sensación de relajarme y solo bailar. Así que me dejo llevar y comienzo a disfrutar de la fiesta al cien por ciento. Jota era Jota y se encontraba saltando por todos lados, Samuel y Marjorie bailaban juntos, aunque ella estaba un poco tímida aún. Majo y yo comenzamos hacer pasos extraños de baile, no podíamos controlarnos.
Tres latas de cerveza me bastaron para sentirme un poco “contenta”. Intento sentarme en el mueble, pero no había lugar. Me encontraba dando vueltas buscando un sitio donde reposar y veo pasar a Samuel hacia la cocina, decidí seguirlo.
-¡Samuel!- grité más de lo que pretendía.
-Dime.- Está agarrando algo para comer de una bandeja de bocaditos.
-Te tengo que contar algo.
-Suéltalo.- Sin dejar de prestar atención a la bandeja.
-Le gustas a Marjorie y se tienen que chapar hoy.- Sí, estaba un poco ebria y no sabía expresarme con tacto.
Samuel se atora con lo que estaba comiendo y trato de ayudarlo.
-¿Estás bien?
-Sí, pero ¿Qué me chape a quién?- Me dice mientras intenta recuperar el aire.
-Le gustas a Marjorie y quiero que sean novios. - Digo como si le estuviera pidiendo algo casual.
-No me gusta Marjorie.- Su expresión cambia a una muy seria.
-Fácil no te has dado la oportunidad de conocerla y eso puede ser hoy.
-No me gusta Marjorie.-
-Pero al menos dale la oportunidad, estaban bailando hace un momento.
-¿Qué tiene que ver eso Marte? - El tono de Samuel cambió completamente.
-Tranquilo, solo te dije que le gustas a Marjorie y que tal vez puede pasar algo hoy. Solo te lo digo por si no te has dado cuenta aún, ya que para estas cosas eres muy despis-
-Marte no seas pesada. - Me interrumpe.- Te estoy diciendo que no me gusta Marjorie.- Alza la voz y me mira firmemente a los ojos.
-Está bien… pero ¿por qué te pones así?
-Porque te estoy diciendo que no me gusta y pareciera que no te importara mi opinión.-
Recién pude darme cuenta de que esta conversación estaba saliendo mal y lo estaba presionando.
-Tienes razón, perdóname. Pero entonces lo mejor es que no la ilusiones más.
-¿Ilusionar cómo? Marte, solo hablamos cuando estás tú presente y ahora hemos bailado solo un poco… no estoy haciendo nada. Mierda, porque las chicas son tan pesadas.-
Sentí que su reacción era un poco exagerada y estaba haciendo de esto un drama un poco innecesario.
-Samuel, cálmate. No es para tanto. -
-Si es para tanto. Marte, me estás acusando de ilusionar mujeres cuando no hago ni mierda.
-Espera, ¿Qué? No te estoy acusando de nada, bájale un cambio.- Ahora la que estaba un poco alterada era yo, no entendía su respuesta tan a la defensiva.
-Vete a la mierda Marte.
-¡Vete a la mierda tú!- No sabía responder insultos, y sobre todo a él, jamás peleábamos de esta manera.
Samuel me hace una mueca de desesperación y se va de la cocina dejándome sola. No sé qué es lo que acaba de pasar. ¿Por qué se enojaba tanto? Sí, tal vez fui invasiva por decirle que Marjorie gustaba de él y que podría pasar algo hoy. Pero me disculpé. Él jamás había estado tan a la defensiva como últimamente lo estaba conmigo. Algo le estaba pasando, pero ya había hablado con él y no quiso abrirse más, no podía obligar a la gente a que me contara sus cosas.
Yo aún no me abro lo suficiente con nadie, no soy del todo sincera. Tal vez le pasaba lo mismo, todos teníamos nuestros propios problemas y seguro él pasaba por algo. Pero yo este año gané como la peor amiga, debería darme cuenta de las cosas que pasan a mi alrededor.
Pero hoy no quería sentirme mal, ya que mañana le confesaría todo a Jota y seguro tendría ganas de tirarme por la ventana. Así que mi decisión de hoy era divertirme. Vi dos vasos pequeños llenos de alguna sustancia que desconocía, pero que tenía olor alcohol y los tome. Los dos de un tirón.
Salí de la cocina y como era obvio, el universo no dejaría que fuera del todo feliz hoy. La pude ver.
¿Acaso siempre llevaba una luz encima de su cabeza? ¿Por qué siempre tenía que hacer una gran entrada?. Paula aparece a través de la multitud que baila. Tenía un top en forma de corazón rojo, unos jeans negros y botas del mismo color. Traía puesto una corona roja con una carta de corazones al medio. Mi noche ya estaba destruida.