Desde el crepúsculo hasta el amanecer.

Todo se desmorona.

Estaba muy mal, llevaba un par o más días sin comer, las pesadillas eran cada vez más recurrentes, las fuerzas que antes eran o parecían inagotables ya no las tenía.
Intentaba mantenerse vivo, claro que luchaba por aferrarse a la poca vida que le quedaba luego de perderla, pero era totalmente inutil. Se estaba desgastando con los días, ya no tenía caso seguir respirando. Intento vivir sin el recordatorio frecuente de que su Mate ya no existía. Era como si la luna nunca hubiera estado de su lado.

—Jacob—Billy le llamo con voz suave y preocupada, como siempre que estaba mal—debés comer algo hijo.

Él hombre casi rogó por qué su hijo varón le hiciera caso, se estaba dejando vencer por todos los sentimientos encontrados y no estaba seguro de cómo ayudar al menor.

Se nego de manera rotunda, moriría ya sea de hambre, deshidratación o de que lo matará el estár así, cualquier manera u forma funcionaba para él en aquellos momentos donde el dolor físico y sentimental era tan arrollador como un río con corrientes rápidas intentando arrastrarlo, para ahogarlo.

—Jacob—Sam lo tomo de las mejillas sintiendo su temperatura corporal. Estaba muy frío, tanto como lo estaría si fuera un vampiro y eso asusto al hombre de una manera profunda.

—¿Creés que pase la noche?—él viejo Quileute estaba al borde de los nervios al ver a su hijo así.

—No te puedo asegurar nada Billy—él moreno le hablo con total sinceridad.

—Deberíamos llevarlo con Carlisle.

—No dejaré a Jacob con esos chupasangre—estaba empezando a enojarse ante la idea de llevar al muchacho con Isabella.

—Tranquilo Sam—Seth entró buscando ver como se encontraba su mejor amigo—sí es necesario para que Jake sobreviva hay que hacerlo.

—¡Seth, qué mierda dices!—lo miró con temblores en el cuerpo.

—¡Lo que estás pensando y no tienes el valor de decir!—alzó la voz dejando al niño siempre sonriente y emocionado que rodeaba a Jacob en el olvido—¡Deja de lado el maldito orgullo!

En cualquier momento entraría en fase y tal vez lo primero que le gustaría hacer era arrancarle la cabeza a Isabella Swan, porque le estaba gastando la tolerancia con esa actitud de vampiro rico y pretencioso. Hace un par de días había llegado rogando porque los ayudaran contra los Vulturis o algo así. Se nego, claro que lo hizo, ella ocasionó lo que le estaba pasando al Alpha menor, quería toturarla de las millones de formas que tenía en la cabeza.

En otro lugar, con otros pensamientos, se encontraba Alice, la cual aseguraba que en sus visiones veía ha Jacob ayudándolos a proteger a Renesmee, pero que ya no lo hacía por el amor que una vez le tuvo a Isabella, ni porque Renesmee fue hace poco su amor completamente platónico. Ella sabía que su hermano y él mutt terminarían enredados en una forma amorosa muy pronto, pero eso no estaba en sus planes decirlo. Porque Bella era su amiga, pero hasta cierto punto había empezado a demostrar que sólo quería a su hermano para ser una neófita.

—Edward—llamo en una pregunta silenciosa, no era necesario después de todo podía leer sus pensamientos.

No le escuchaba de manera atenta es que estaba perdido acariciando las teclas de aquel piano que amaba tanto. Es que ya no sabía que pensar con exactitud, Bella había estado insoportable desde que Alice le habló sobre los Vulturis.

Se quedo callada cuando una visión le hizo quedarse quieta, no podía ver a los matamorfos pero sí al padre de Bella, Charlie conducía el viejo auto de Billy mientras murmuraba palabras inconclusas que se le llegaban a atorar en la garganta. Sólo escuchaba el nombre de Jacob repetidas veces, Jasper la sujeto para que no se cayera por lo aturdida que podría sentirse.

—Jacob—susurró en voz baja, tan bajo como para que un humano normal no pudiera escucharlo.

Edward se paro de un sólo movimiento y se acercó a ella de manera desesperada, escuchar su nombre de parte de su hermana lo hizo sentir un vacío enorme en el corazón, un latir estruendoso podía escucharse de su muerto corazón. Le costaba un poco aceptarlo pero todo lo que sucedía no era algo que realmente aceptara para Jacob, le dolía solo pensar como estaría sufriendo el metamorfo, no tenía una idea clara sobre los sentimientos encontrados del chico que los había ayudado, pero estaba seguro de que no quería hacerlo sufrir.

—¿Qué le paso a Jacob?—la tomo de los hombros con algo de fuerza innecesaria.

—Auch, Edward me estás lastimando—se quejo ante su fuerza, pero hablo aún con el agarre sobre ella—viene para aca con Charlie empeoró más de lo esperado.

La solto y aún velocidad sobrehumana subio al despacho de Carlisle buscando que atendiera a él lobo, él mayor se sorprendió al ver a Edward con el cabello color cobrizo revuelto y los ojos dorados brillar preocupados, parecía ser algo importante sí lo interrumpía de aquella manera tan brusca.

—Carlisle—lo miró acercándose de una manera brusca y muy rapida desordenando los papeles que habían en la mesa—Jacob no se encuentra bien.

—Edward calma—tomo de los hombros al de cabello color cobre—baja con Bella y cuando llegue Jake, lo atenderé personalmente.

No le gusto en nada la sugerencia, pero hizo lo indicado, ya que bueno, sí Jacob no estaba a su territorio por voluntad propia, ir a la reserva a buscarlo sería un casí suicidio asegurado.

Sam ya no estaba enojado, mucho menos quería desgarrar su ropa para entrar en fase. Ahora sólo quería ver a Jacob recuperarse, dejar de temblar y tal vez con un peso más adecuado para un metamorfo como él. Cuando Charlie fue de vicita y lo obligo a llevar a Jake con el Dr. Cullen reacciono ante la gravedad del asunto, él hijo de Billy Black, nieto de Ephraim Black estaba muriendo y él sólo seguía con su mal carácter de siempre. Tal vez por eso se encontraba sin poder tocar la puerta de los vampiros, el orgullo iba a matar al Alpha menor.

Charlie lo ignoró y toco la puerta con fuerza, espero unos momentos cuando fue abierta por su yerno él cual lo miró a los ojos preocupado.




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