Siempre escribí desde el amor pero el dolor pude ser liberador, en el dolor aprendí a crecer e incluso a soñar, cambie algunas cosas buenas por otras no tan correctas, pero evolucione, seguí, continué plasmando en palabras lo humana que puedo ser, lo frágil que soy al amar, lo difícil que es vivir, lo duro que resulta continuar con el alma rota, con el corazón en la mano, con las esperanzas en vano y por increible que parezca aun así estoy dispuesta una y otra vez a sentir, porque la felicidad y el dolor son parte de existir.