Desde el hoyo en el que me encuentro

Segunda parte: Capítulo 26.

SEGUNDA PARTE

Capítulo 26

Presente

            - ¿Le contaste todo a tu madre? –Me peguntó el doctor.

            -Le dije todo lo necesario... –Le respondí suavemente, con desinterés y pena en mi voz. Habían pasado 22 días desde que le había dicho a mi madre lo que me pasaba y era mi segunda cita con el psicólogo, sin embargo, luego de todos esos días de revelar verdades que pensé jamás decírselo a alguien más, seguía sintiéndome extrañado. Después de todo, aún no había dicho todo.

            - ¿Qué fue exactamente lo que le dijiste? –Reposó su espalda sobre su silla.

            -Le conté todo sobre mis ataques de ansiedad y de pánico. Le hice saber todos los momentos depresivos que tuve, el problema con Gael, pero claramente obvié lo de su hermano. La droga que puso Mario en mi mochila y los problemas luego de mi intento de suicidio. Lo de mi padre lo descubrió una semana después de haberle dicho lo que sentía.

            -Pues según lo que me contaste, no le has dicho todo, todo. –Se asomó hacia delante, cerrando su pequeño cuaderno de color negro. –Vamos Erick, no retrocedamos. No puedo ayudarte si no cooperas contigo mismo, y lo sabes.

            -Sí, lo sé. Y lo hago. O bueno, al menos lo intento. –Me recosté en el sillón de cuero oscuro, resignado.

            -Bueno, ¿Cómo te sentiste después de “todo” lo que le dijiste a tu madre? –Me peguntó el doctor.

            -Para serle sincero, al principio me sentí bien. Demasiado bien, mejor de lo que esperaba… -Respondí con suavidad.

            - ¿Has tenido un ataque de ansiedad o de pánico a lo largo de estos últimos días? –Preguntó, apuntando la punta del lapicero sobre su cuadernillo, esperando mi respuesta para escribir.

            -La última vez fue hace una semana. –Le respondí mirando hacia la ventana, recordando la voz de mi padre que hacía eco en mi cabeza… “Nadie puede sentir más odio hacia mí, que yo mismo”.

            -Hace una semana. –Repitió suavemente mientras terminada de escribir–. Perfecto. ¿Hay algo más que no me has dicho?

            -De hecho, sí. Aun no le he contado todo, doctor Ismael. –Le respondí con suavidad.

            -Lo sé, Erick. Aun no te he preguntado lo que pasó luego de ese día... –Respondió él–. Vamos paso a paso… Te prometí que no le diría nada a nadie de lo que dices aquí, y lo he cumplido hasta ahora. Solo le he dado diagnósticos y comentarios a tu mamá, aunque sé que no es nada profesional, pero lo hago por ti, si así me gano tu confianza y podré ayudarte a sanar. No ha salido ni una palabra de mi boca respecto a lo que me has contado, y lo seguiré manteniendo.

            -Y se lo agradezco mucho. Solo que no es muy fácil para mí el expresarme sin dificultad…

            -Tu vida a dado un gran giro en poco menos de un mes, te daré todo el tiempo que necesites… Caminaremos a tu ritmo, dependerá de ti el cómo quieres mejorar. –Se expresó con sinceridad.

            -Está bien… –Le respondí, dando un profundo suspiro antes de continuar con mi historia–. Falté dos días al… –Proseguí–.




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