Desde el interior de mi mundo

Capítulo 5. Un hospital cambiante

Había tenido la charla más agradable por el teléfono ¿participar en una película? Claro que había dicho sí, era lo que esperaba desde que empezó a grabar esos videos. Para ese entonces había escapado de la casa de sus padres y vivía en una habitación alquilada, no era tan malo. Su familia jamás aceptaría su sueño, eso le dijeron, que un Archer nunca haría un trabajo tan ridículo. Con unos ahorros pudo empezar, hacía vídeos variados para aumentar su público y pronto sus rasgos físicos llamaron la atención de un considerable público femenino. Pero este era un peldaño más arriba, una participación menor en una película sólo para que sus fanáticos apoyaran el proyecto.

 

-Cuando lo publique se volverán locos -mencionó con teléfono en mano.

 

Estaba escribiendo su nueva publicación cuando tocaron su puerta, no podía imaginar  quién era, no esperaba ni una sola visita. Sin embargo, al abrir la puerta sintió un escalofrío en la espalda y retrocedió

 

-¿Madre? ¡¿padre?! -terminó cayendo sentado en la cama.

 

Era como haber visto fantasmas, Cleon estaba pálido. Ellos eran justamente las últimas personas en el planeta que imaginaba ver ese día. Entraron sintiendo claro desagrado desde el inicio por aquel espacio reducido, ¿allí vivía su hijo?

 

-Mira nada más, luego de dos años y ni una sola llamada -reprendió su madre.

 

-No te va mal, ¿eh? todo este tiempo oíamos noticias de ti, en especial los últimos meses.

 

Se referían a que últimamente estaba aceptando más colaboraciones, salió en unas pocas telenovelas como algún personaje sin mucha importancia, incluso participó en un comercial y ahora lo llamaban para salir en una película por unos minutos que serían bien recompensados. Pero ahora no importaba eso, Cleon se había quedado realmente impresionado por la visita de sus padres.

 

-Y eso que no hemos dicho nada sobre el apellido. -la mujer sacó un abanico y agitándolo irritada.

 

-¡No soy más un Archer!

 

Tomó valor de algún lado y sólo afirmó aquello, pues una de las primeras cosas que hizo fue cambiarse el apellido, no era más Cleon Archer sino Cleon Devine, que sin el apoyo de sus padres y sólo por sus medios personales estaba saliendo adelante.

 

-¿Y eso qué? La sangre vale más que cualquier nombre o disparate -el hombre habló haciendo que Cleon se callara.

 

-Lo sabemos bien querido hijo, hemos visto tus videos como cantas, actúas, haces cualquier cosa -la madre se acercó -Te presentas como un chico que empezó de la nada y sin medios jajaja ¿puedes creerlo?  Pero tú mismo gastaste todos los ahorros que tenías, de tus parientes, inventaste eso del “chico que empezó de la nada” porque nadie empatiza con un rico.

No podía refutar aquello, no mintió pues siempre dijo que carecía del apoyo familiar, pero tampoco podría afirmar que no tenía cierta ventaja, el dinero suficiente para cambiarse de apellido y solventar sus gastos durante el tiempo que apenas se daba a conocer.

 

-Somos tus padres a pesar de todo lo que hiciste. Toma tus cosas, volverás a casa e impulsaremos tu carrera incluso más alto de lo que has llegado.

 

En ese momento Cleon entendió, sus padres no iban a apoyar nunca a Cleon Archer, el chico de los sueños, ni siquiera regresaron por él. Pero si volvían a decir que Cleon Devine si era su hijo, ¿por qué? la respuesta era obvia, por ambición. Cómo “payaso del internet” tenía dinero ahora, y ellos lo sabían, sólo volvían para explotar su nueva mina de oro. Pero ¿qué era peor? ¿tener padres ambiciosos y convenidos o no tener padres? La soledad le hizo tomar una decisión que nunca pensó.

 

***

 

-Ahhh que cansancio -se estiró el rubio despertando de un pesado sueño.

 

Se había resignado a ser el prisionero de aquel lugar, no sabía qué más hacer, Luego de una corta ducha y ponerse la misma muda de ropa simplemente tomó su libreta, al menos debería salir de su cuarto, si podían ir de aquí para allá, quedarse encerrado sólo lo haría volverse loco. Pero en ese instante tocaron su puerta insistentemente, Cleon se aseguró de estar presentable y abrió la puerta mirando a una chica de cabello negro y una gran sonrisa.

 

-¡Buenos días! Soy Elizabeth, es un placer conocerte. Ven, no hay tiempo que perder.

 

Sus energías eran muchas, era de esas personas que desprendía un aura colorida, demasiado para él. ¿De qué estaba hablando? ¿a dónde tenía que ir? Detrás de ella veía a muchas personas que iban caminando atareados llevando cosas. ¿acaso ocurría alguna emergencia?

 

-Verás... -se acercó ella como si le susurrara algo -...hoy es jueves, “jueves de limpieza”

 




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