Me dejaste entrar a tu mundo,
a tu pequeña burbuja,
inesperados descubrimientos.
Me dejaste acercarme,
cada día más en ti,
incontrolables emociones.
Me hiciste creer que te tenía,
que la sonrisa era para mí,
falsa alegría.
Me hiciste sentirme tuya,
que me necesitabas contigo,
entrega incondicional.
Me prometiste amor,
que nunca diste fácil,
extraño privilegio.
Me tuviste en tus brazos,
murió mi única ilusión,
falsa entrega.
Me usaste tranquilamente,
tu linda muñeca,
vida rota.
Me alejaste otra vez,
¿ya no te servía?,
alma vacía.
Me destruiste.