Desde ese BalcÓn

Capítulo 3. ¿Qué me espera?

Llego a casa, cuelgo mi bolsa en el perchero, miro a mi alrededor y me tiro en el piso, mis gatos vienen corriendo a mí a darme su calor.

-A partir de hoy, estaremos juntos día y noche- digo mientras los abrazo fuertemente.

Me levanto del piso, prendo el televisor, veo las noticas sobre el caos que se ha complicado en diferentes partes del mundo.

-Comprare muchísimo papel de baño- volteo a ver a Mila y Miko -Y mucha arena para gato- agrego.

Camino al balcón una vez más, me recargo sobre el barandal de metal, miro hacia el mar y veo como cae el atardecer, saco mi celular y tomo una foto.

Placeres de la vida. Subo la foto a mi Instagram personal.

Me inquieta la idea del encierro total, pero pienso en mil cosas que podre realizar.

Agarro una libreta y empiezo a anotar todo lo que comprare el día de mañana a primera hora.

Sopas de todas las formas, espaguetis, atunes, sardinas, pure de tomate, salsa para pastas, garrafones de agua, refrescos, botanas, papel de baño, frijoles, arroz, lentejas, leche, cereales, barras de nutrición, consomé de pollo, carnes varias para una semana, verduras congeladas. etc.

Reviso mi lista, camino hacia mi recamara, y agrego otra lista.

Aseo personal: Shampoo, jabón, desodorante, rastrillos, pasta de dientes, acondicionador, crema de afeitar.

Regreso a la cocina, salgo al patio de servicio y anoto todo para la limpieza, regreso otra vez al sofá.

-Miau- se acerca Mika a acariciarse en mi pie

-Alimento para gatos y mucha arena- escribo mientras acaricio su cabeza peluda.

Reviso una y otra vez la lista -Espero no me falte nada- digo mientras arranco la hoja y la pongo en mi bolsa.

Regreso a la cocina, para prepararme unos bocadillos para poder maratonear una que otra serie.

Preparo unas alitas con salsa búfalo, horneo unas papas gajo, preparo unas palomitas de chile hot en el microondas.

Me sirvo refresco, en un vaso grande, de esos que venden en los cines cuando se estrena una película y este es de Tinker Bell y la bestia del nunca jamás.

 Pongo todo en mi mesa de centro, traigo unas almohadas de mi cuarto y las pongo en el piso.

-Al fin un tiempo para mí- expreso, ya que desde hace casi 2 años no había tenido la oportunidad de disfrutar este tipo de momentos, porque normalmente mi rutina empieza a las 6 de la mañana y termina a las 12 de la media noche de lunes a domingo.

 Un poco indecisa, salgo al balcón para ver si puedo observar a mi sexy vecino de enfrente.

Pero que veo, una chica muy bonita en el balcón trae una sudadera grande, que rápido pienso que es del chico, sonrió un poco cuando ella voltea a mí.

 Regreso a mi sofá, y tomo mi celular.

-Chico lindo en el departamento de mi sexy vecino- Escribo en el chat.

- ¿De qué hablas? - contesta Francesca

Chat equivocado >. < -no puede ser- pienso en voz alta.

Envié mi drama al chat del trabajo en vez del grupo que hice con mis hermanas.

-Ahora nos cuentas- contesta Emilio

No me lo puedo creer, contarles a los compañeros del trabajo que tengo un sexy vecino que espió desde ayer, me mata de nervios, ya que he sido reservada con estos aspectos de mi vida.

-Enfrente de mi balcón, se mudó un chico, que la verdad es sexy, tiene una fusión Mario Casas y Ferdinando Valencia <3 -contesto

- :o estas diciendo que espías a un chico desde tú balcón- Alessia

-No, oh bueno ayer solo lo vi y me saludo, pero fue todo, tuve curiosidad de si el día de hoy estaría, pero no, era una chica linda- contesto

-Bueno, envíale un papelito y pregúntale si es su novia- sugiere Dante

-Claro, se verá muy bien que le escriba “Eres la novia de mi sexy vecino” – escribe Camila

-Saben que dejémoslo así, buenas noches- me despido

-No, claro que no, nos tienes que mantener al tanto a partir de hoy- escribe Francesca

Salgo del chat, y apago mi celular, que me cuestionen me da un poco de ansiedad, no he tenido novio desde hace varios años, es más, casi una década ha pasado desde que bese a un chico.

A los 16 me enamore, pero me desilusionaron por completo, me presionaron a hacer cosas que no quise, después en la universidad a los 19 conocí a quien creí sería el amor de mi vida, pero no fue así, solo me utilizo por una apuesta de sus amigos, no era la más popular ni la más guapa así que era evidente que me estuviera utilizando.

Cuando cumplí los 21 me enamore, pero esta vez no hice nada por él, solo deje que pasaran mis sentimientos, hasta que un día deje de saber de él.

Desde entonces, solo me centré en terminar mi carrera, en conseguir todo lo que había soñado.




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