Desde ese BalcÓn

Capítulo 26. Otro día más en septiembre 2020

Solo dos meses han pasado desde que reabrimos el dulce de tu vida, hemos tenido un evento al día, no tenemos perdidas, pero tampoco las mejores ganancias.

-Chicos- me acerco a ellos para poder darles las noticias de la semana -esta semana solo tendremos 3 eventos el miércoles, jueves y sábado.

Todos lucen asombrados, ya que en las primeras dos semanas como ya mencioné, hemos tenido eventos diarios.

-Eso es muy bajo para nosotros- dice Emilio sorprendido.

-Nos estará pegando demasiado ¿cierto? -pregunta Camila.

-Lo sé, y si, créanme que me duele decir esto, pero- los 5 me miran temidos de mis palabras -tendremos que reducir la nómina, obvio no quiero que nadie se vaya, es por eso, que tendremos que descansar 2 días a la semana sin goce de sueldo.

Un -oh- resalta en las paredes del local, se que nos pegara duro unos días de nómina y más a los que tienen hijos.

-No se que es peor- trato de pensar algo coherente para decir -en mis opciones no esta cerrar este negocio que nos ha unido como una familia.

Cuando digo esto, todos se acerca, sabemos que susana distancia en una obligación, pero en esta ocasión solo quisimos estar unidos, así que todos nos rodeamos con un abrazo grupal.

-Dentro de los requisitos para tener el local en pie, es que tenemos que hacernos pruebas de Covid-19 una vez al mes, así que he conseguido un convenio con un hospital para que nos hagan las pruebas por un buen precio.

Todos lucen animados, este negocio que emprendimos, desde un principio fue la ilusión de expandirlo y hacerlo una franquicia, pero el 2020 ha sido lo peor para todos nosotros.

-No nos desanimemos chicos- escucho a Alessia -nosotros podemos con eso y más, además veámoslo por un lado positivo, estaremos 3 veces a la semana con nuestras familias.

Lo menciona por que es ley que descansamos los domingos, a excepción de algún evento.

Me pongo a hacer el calendario de descansos, el cual queda así.

Alessia Lunes Martes

Emilio Miércoles Jueves

Dante Viernes Sábado

Camila Lunes Martes

Francesca Miércoles Jueves

Lo envió por correo a todos, explico que no me incluyo yo, ya que la administración y los pendientes se me acumularían, que, además, por cualquier pendiente que tengan que dejar lo vean conmigo para darle seguimiento.

-No se me hace justo jefa- escucho a Francesca entrando -usted no descansara.

-Es lo mejor- contesto.

Solo niega con la cabeza y se retira.

Me dispongo a hacer unas hojas de practicas de operación de todo el mes, las cuales son 10 a la semana, así como me pongo a estar revisando los temas que debemos de tomar cada día, así como las provisiones para los kit de desinfección, y los demás pendientes de la operación.

Miro el reloj, son las 3:30 de la tarde, olvide por completo que tenia una comida pendiente con Romeo.

Decido llamarlo, pero me manda directo a buzón.

-Chicos, tengo que retirarme, nos vemos mañana.

Todos se alegran de que salga temprano y se quedan a preparar unas cosas para el evento del miércoles.

Cuando llego al departamento, se escucha silencio, bueno solo por unos segundos antes de que Mika, Milo y Kitty hagan su escandalo al verme llegar.

Camino a la habitación y veo a Romeo dormido.

-Amor- digo mientras me acuesto a su lado -amor- le toco el hombro.

-La comida esta en el microondas- dice y se voltea para taparse por completo con la sabana.

-Lo siento mucho, pero después de platicar con los chicos sobre los descansos, me puse a hacer unas cosas y se me fue el tiempo.

-Está bien.

-Romeo- digo su nombre cerca de su oído, en eso él se levanta.

-Tenemos que hablar.

Eso me da un escalofríos por todo el cuerpo.

Sale de la habitación y camina al balcón.

Lo miro sentando y me siento enfrente de él.

-Sabina- cuando escucho que me llama por mi nombre en seco, mis ojos se empiezan a sentir sensibles.

-Dime.

-Por ti- se toca la cabeza para pensar – por ti Sabina siento tantas cosas, haberte conocido te juro que es lo más grandioso que me ha pasado, se que desde un principio me dijiste que tu trabajo demandaba mucho, pero.

-Pero- interrumpo sus palabras y me acerco a él.

-Es difícil, he pasado noches esperándote, no te veo, llegas tarde, te vas temprano, han sido los dos meses más duros sin ti.

-Los domingos- interrumpo una vez más, pero él se me adelanta.

-Ni siquiera estas conmigo, solo estas en la computadora.

-Romeo, amor- tomo sus manos.




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