El 8 de mayo del 2021, te vería después de tanto tiempo y para mi fue tan emocionante que estaba a la misma vez nerviosa por tu regreso. Decidimos ambos en hacer una larga caminata donde conversamos, nos reímos y nos pusimos a sonreír por la agradable sensación estar juntos.
Luego de tanto caminar paramos en cafelados donde pedimos dos ricos sándwiches y dos frappe de nutella. Pero cuándo ibamos a comer de repente empezo a caer gotas de lluvia a nuestro alrededor y nos miramos de sorpresa al ver que no teniamos un lugar donde refugiarnos; hasta que vimos un bohio que sería perfecto para comer juntos en una calida y hermosa lluvia donde conteplamos ambos.
Recuerdo que me dijiste que extrañabas la lluvia caer y que es lo que más te gustaba de nuestra hermosa isla. Son muchas cosas pero tu parte favorita era la lluvia caer en el mar y que la brisa soplara con ese sonido tan relajante que puedes quedarte dormido en breves minutos.
Mientras seguía la lluvia caer aproveche a darte un regalo muy especial de cumpleaños y recuerdo que te dije:
-Cierra los ojos y nos los abras hasta que te avise. -dije con una sonrisa que no podía parar de sonreír.
Él aceptó y se viro de espaldas para no ver su regalo.
- No, sólo debías cerrar los ojos. -dije en un tono burlón al ver como sonreía al verme decir eso.
El se viro delante de mi y tan sólo tenerlo tan cerca mis latidos empezaron a acelerarse a cada segundo que pasaban las horas. Mis mejillas sonrojadas y mi loco corazón enamorado por su cercanía tan de repente.
Abrí su regalo y saque unas pulseras con estilos trenzados de diferentes tonalidades de marrón. Saque una por una y se la iba poniendo 3 en cada brazo. Mientras intentabas querer mirar, yo te miraba de vez en cuando para que no abrieras los ojos. Me hacia mucha gracia porque te veias tan tierno y tan alegre que eso me hacia ser la chica más felíz del planeta.
Pero deseaba algo más en ese momento y mi loco corazón no paraba de decir: "Dirle que lo amas y olvidate de la carta" Pero sabia que no me atrevía de ese modo y sólo negue a mi corazón por el simple hecho que me ponía nerviosa de solo pensar que le diría.
Él abrio sus ojos y al ver su regalo que eran las pulseras él se volvio loco riendose y diciéndome a cada rato que te gustaba.
-Estaba loco de comprar estas pulseras y me encantan porque son mi favoritas. -me dijistes con una sonrisa que no podía negar que me gustaba verte sonreír. Sí tu eres felíz yo igual lo era en ese momento.
Recuerdo que cuando paro la lluvia nos fuimos al parque a caminar, fuimos por la arena a contemplar la hermosa vista de las olas, compramos unos ricos frappe de piña colada y nos fuimos a la casa del árbol donde disfrutamos cada momento con nuestras charlas.
Luego al ver que el cielo se volvio a nublar nos fuimos caminado de regreso hacia mi casa y de caminó nos encontramos con unos lindos cangrejos que tu querrias capturar uno pero se te fue corriendo velozmente. Eso fue muy chistoso. No te rendistes y descubristes que habia una pequeña escaleras donde podías ingresar al mar y bajastes por esas escaleras a intentar atrapar uno y inseñarme que lo pudistes lograr pero no se te dio porque todos los cangrejos se escaparon. Pobresito....
Al verte de espalda y mirando el mar tan relajado y tan felíz por ver las olas pasar suavemente hacia la orillas del mar. Saque mi teléfono y te tire varias fotos para tenerla de recuerdo. Quién diría que esa foto te gusto tanto que la pusiste de perfil.
Luego seguimos caminando y caminando hasta casi llegar a mi casa y pense que debía darle la carta antes de regresar a mi hogar. Si no, ya no tendría el valor para darsela y por eso se la entregue para poder respirar de que algún día sabras que me gustas.
Y de este modo fue que concluyó éste hermoso día y dejando un millón de sonrisas a mi lado.