Desde la muerte

El inicio del fin

El sol me pegaba en la cara. Ya era temprano. Había sido una noche turbulenta llena de extrañas pesadillas: estaba rodeada de oscuridad, de un angustiante silencio, oía el crepitar de las hojas secas…pasos…agh me remecí por el único hecho de recordar aquellas escenas…horrible.

Me levanté, rápidamente, hoy era un día importante. Hoy me ascenderían en el trabajo. Estaba esperando el ascenso hace meses. Estaba muy emocionada lo había esperado hace mucho y por fin había llegado el día. Nada podía quitarme la alegría (pero entonces no conocía que ese sería el último).

Tomé desayuno corriendo. Cogí una manzana del frutero. Tomé mis cosas y salí en dirección a mi trabajo. A pesar de que estaba contenta, porque estaba logrando lo que había querido desde siempre, un extraño sentimiento de angustia me sobrecogió, como que algo iba o iría mal, pero lo ignore. Nada podía salir mal hoy…nada.

Llegué a mi trabajo las oficinas estaban llenas. Avance a la mía y la compañera que estaba en mi lado (prefiero no especificar su nombre) me saludo con sumo entusiasmo y se refirió al tema del ascenso como si ella fuera la ascendida, después de una ardua plática comencé a trabajar, esperando a que mi jefe me llamara para que me informara sobre mi ascenso.

En el transcurso de la espera me llego un mensaje de mi novio (tampoco quiero entrar en detalles de su nombre y todas esas cosas) en el mensaje decía: "amor, ¿nos podemos ver hoy en el bosque donde tuvimos nuestra primera cita, en aquel claro hermoso, te parece?".

Casi grito de alegría. Hace tanto que no lo veía. Había estado tan ocupada y él también que no habíamos tenido tiempo de juntarnos (en ese momento me parecía la mejor idea) y sin dudarlo le respondí: "claro cielo, ¿te parece a las 7.30? Es que ahí me desocupo". Luego me respondió y quedamos de juntarnos a la hora específicada y en el lugar seleccionado. Un rato después, de terminar de responder los mensajes, una voz ronca y avejentada me llamo.

Era mi jefe. Me levanté rápidamente y me dirigí a su oficina entusiasta. Una vez dentro dije:

— Buenas señor, ¿me llamo? —intentando sonar lo más seria posible.

— Si, señorita Johnson, quería hablar de su ascenso

— ¡Sí!, sabía que lo iba a lograr, le juro que no se va a arrepentir de esto, le prometo que trabajare duro todos los días y…

— ¡Señorita Johnson! —dijo interrumpiéndome— usted no me está entendiendo, ha habido unos ligeros cambios…tenemos que recortar sueldos.

— Ouh…no se preocupe por mí en serio no hay problema en que me disminuya el sueldo…

— Lo que le estoy tratando de decir, señorita Johnson es que nos han pedido que despidamos personas.

— Que mal y ¿a quién despedirán? —junto las yemas de sus dedos y los puso cerca de su cara, dando la sensación de malas noticias. Suspiro.

— A usted —añadió. Su expresión sombría y triste hacían notar que no había sido su decisión— hice lo que pude.

Sentí que todo se detenía. Se suponía que este sería el mejor día, pero sin duda me equivoque. Me sentía tan…

Por lo menos aún tenía la cita con mi novio (y también me equivoque con eso).

Salí de la oficina y fui a la mía. Mi compañera entusiasmada me pregunto qué cómo me había ido, pero al parecer mi expresión decía mucho más de lo que me habría gustado, porque al instante su expresión energética se ensombreció y al decirle sobre mi despido casi le salen lágrimas.

Pedí una caja, en la que eché todas mis cosas y salí de la oficina, sinceramente jamás imaginé que esto fuese así (y eso que aún no es la peor parte). 

 

 

 



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En el texto hay: traicion, muerte, almas en pena

Editado: 02.11.2020

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