Desde Madrid, con Amor.

CAPITULO 1: UNA VIDA LEJOS

Desperté después de una plácida siesta por la tarde (y bien merecida), el descanso había sido corto, pero de calidad, dormir es de las cosas que más suelo disfrutar, sin embargo, no podía continuar durmiendo debido a que las obligaciones esperaban por mí. Fui de inmediato a mi pequeña cocina para prepararme un té de limón, es la hora de la merienda, además de que es mi favorito. Aunque mi sitio nunca ha sido la cocina, poner agua a hervir no represento ningún reto en absoluto, durante este año sola ya había aprendido a sobrevivir con las reglas básicas para el hogar, me encontraba estudiando en la Ciudad de Madrid que queda a 9057 km con exactitud de la ciudad donde crecí, la Ciudad de México; son 9057 km de puro mar y un poquito de tierra. En mi lista para la sobrevivencia las reglas básicas son:

  1. Siempre revisar el canasto de la ropa limpia; lo puse como numero uno debido a que después de tres semanas en la nueva ciudad fui lo suficientemente descuidada y olvidé que ya no tenía ropa limpia, falte por primera vez en el semestre a mis clases. Cabe destacar que odio faltar, soy una aprehensiva estudiante.
  2. No olvides pagar la cuenta de gas, durante la primera semana acudí a ducharme en las regaderas del gimnasio pues ni loca me bañaría con agua fría.
  3. Revisar que los despertadores estén funcionando, en mi caso necesito cinco, mi sueño es tan profundo que mamá siempre decía que al dormir dejo de ser yo y solo soy un bulto en la cama, sinceramente no vine a esta ciudad a holgazanear.
  4. Tampoco olvides pagar tus cuentas de electricidad, agua y servicios extras como el internet y teléfono, los necesito para hablar con mamá a diario.
  5. Jamás olvides tus llaves, guarda una copia extra en tu bolso, solo por si las dudas.

La comida también es importante pero siempre habrá una cafetería o un puesto en la esquina que te ofrecerá comida cero sana pero que te dará la suficiente energía, aunque comer rápido y sano es una de las alternativas de la ciudad, debo confesar que son un poco caras, por lo que no es mi opción diaria. Así que ni siquiera va incluida en la lista para sobrevivir. Aunque debo agregar que durante los primeros meses de mi estancia la gastronomía de Madrid fue un verdadero problema, esa mezcla de calamares fritos no va conmigo, me parece un poco nauseabundo, pero ya empiezo a acostumbrarme. Sin embargo, con estas sencillas cinco reglas básicas considero que hasta el mas torpe puede sobrevivir con éxito su vida de foráneo y/o extranjero. Además, si sabes usar una estufa sumaras puntos extra en el videojuego de la vida.

Cabe destacar que ahora que la libertad se apodera de mi hogar, es lo que siempre quise, yo decido perfectamente si cenar en mi cuarto sin importar la cantidad de migajas que tire sobre la cama, o cenar en el piso de la sala sobre la alfombra que compre el fin de semana pasado, algunas veces sobre el tocador mientras me arreglo para salir, en fin, no importa donde cene, esa libertad me encanta. Considero mi departamento como mi templo sagrado. Pero no todo es desorden, también es importante el orden, creo que soy la dualidad imperfecta sumado a un conjunto de errores y triunfos continuos perfectos.

Ahora que mi té esta listo tengo el tiempo suficiente para corregir mi tesis la cual habla del plan comercial de una empresa que se dedica a la industria textil; aun presento grandes errores de acuerdo con los comentarios que me realizo mi sinodal el Dr. Alberto, pero según él es un gran proyecto, aunque yo sigo teniendo mis dudas, pero el Doctor las disipa diciéndome: -¡Karen! ¿Cuándo dejaras de dudar de ti?- Por lo que no me queda más, que preservar mi fe en este proyecto, sobre todo después de haber estudiado la licenciatura en administración de empresas, bueno algo tuve que haber aprendido al final de todo. Mi fe es fuerte, aunque no lo crean, sobre todo porque si esto funciona después de un largo año fuera de mi país, podré regresar victoriosa y con la frente en alto después de esta gran aventura. Terminando mi tesis seré libre completamente, ahora solo me falta otro largo año de trabajo continuo como hasta hoy, para posteriormente regresar a mi México lindo y querido. Aunque me encanta Madrid y todo lo que he vivido aquí, no dejo de extrañar mi México, pero no dejo de pensar en la probabilidad de quedarme a trabajar aquí, al final todos sabemos lo devaluado que se encuentra el peso y en como me beneficiaría ganar en euros. Pero ya tendré tiempo para pensarlo.

La noche llega más rápido de lo que parece o esa percepción tengo, la oscuridad se apodera de mi habitación y eso solo logra que la melancolía llegue junto con ella, la soledad no me deja escapar, me repito mil veces a mí misma que no estoy sola, pero es quizás culpa de la noche y del tiempo libre, no tengo opción, soy solo el producto de mis decisiones y mis propios sueños que me han consumido totalmente, arden dentro de mí, en estos momentos siento que me han calcinado por completo; la presión del futuro, expectativas altas que si no se cumplen no habrá valido la pena todo este esfuerzo, inseguridades, cuando podre dejar atrás todas las inseguridades. No tengo remedio, la oscuridad me persigue en esta noche de pena y sombra total. Pero mañana será un día más.




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