Desde Madrid, con Amor.

CAPITULO 5: EL ENCUENTRO MORTIFERO

Todo sucedió a velocidad de la luz, creo que fue porque estábamos tan cerca del sol, nunca entendí de astronomía, solo lo básico las tontas estrellas que sigues como estúpido durante las noches y a las cuales les pides deseos inservibles, sueños que no tienes el coraje de luchar por ellos a diario; no comprendía lo que sucedía a mi alrededor en absoluto, solo escuche la psicosis social de la que todo el avión era víctima y no supe a ciencia cierta la manera de reaccionar adecuadamente, el asmático a tres filas frente a la mía graznaba por su inhalador, con fuertes sibilancias que me exasperaron demasiado, las personas devotas de la izquierda iniciaron con rezos los cuales no comprendí con claridad, mientras los pecadores empezaron a arrepentirse de lo mal que se habían portado, una chica más joven que yo rompía en llanto por dolor de oídos, las azafatas no pudieron ayudar en absoluto con el motor derecho afectado en un 50% de su totalidad de acuerdo al reporte del piloto las turbulencias eran parecidas al juego de la feria al que siempre le temí.

Mis respiraciones aumentaron considerablemente y todo sucedió como toda la gente que esta cerca de morir experimenta. Primero me pareció ver una sombra sentada en el asiento vacío de enfrente, supuse que sería el ángel de la guarda de alguien del avión, aunque no vi ningún niño, para fortuna del mismo, o quizás era el ángel caído que había hecho su travesura de nuevo en la tierra, conducía al cementerio a 150 personas que probablemente todo mundo odiaba en su lugar de origen, por ello iban a otro país a buscar la comprensión que no habían encontrado, bueno ese era mi caso.  En mi mente comencé a recordar los grandes logros de mi vida, pero cuando tuve tiempo de reflexionarlo no habían sido los momentos de mi vida más exitosos que se me habían venido a la mente, sino los mas felices de toda mi vida, empezó como una película en cámara rápida, iniciando con mi infancia brincando en la cama, riendo a carcajadas, después la primera vez que fui a la feria, posteriormente mi caída en la bicicleta a los 10 años, el scooter atorado dentro de la casa, todos los momentos se limitaron a mi infancia, mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas, la ejecutiva sentada al lado mío se limitaba a rezar y mirar el cielo; no entendía absolutamente nada de como ambos pilotos intentaban mantenernos a flote en el aire, sin embargo, creo que el caos solo duró algo mas de 30 minutos cuando a mí me pareció una eternidad. El avión se desplomo, no tengo ni idea que sucedió después, solo había oscuridad y en mi cabeza sentía una paz en la cual solo pude escuchar la resonancia de dos palabras: ¿Estas segura?




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