Mientras la doctora Barrera continuaba explicándome acerca de los cuidados que debíamos seguir de ahora en adelante, el primero era que no debía desvelarme si quería evitar una crisis convulsiva, así como evitar ir a lugares con música estridente o luces estroboscópicas, también necesitaba alimentarme de manera sana, no beber alcohol debido a que es un estimulante del sistema nervioso. Así se me fueron una hora, hablándome de lo que debía hacer y lo que no, explicándome un poco la causa probable cuando de pronto lo vi.
Todo se enmudeció mientras una corriente electrificaba mis sentidos, quería ser pellizcada porque me parecía increíble, no podía creer que la persona que aparecía en mis sueños la tenía frente a mí. Él lucía igual de confundido que yo, durante todos esos días creí que aquel chico que tocaba mi puerta en mis sueños era solo producto de mi imaginación, pero el sueño parecía hacerse realidad, se detuvo unos cuantos minutos en un lado de mi cama para preguntarle a la doctora Barrera acerca de otro paciente, por lo poco que pude entender era el cuestionamiento acerca de una valoración de otro paciente; mientras hablaba procedió a mirarme discretamente de reojo. Su voz era indescriptible, pero tenía una acentuación muy clara, parecía andaluz (proveniente de Andalucía, España). Mis ojos se abrieron como platos en cuanto lo vi, pero trate de disimular, quizás me sonroje un poco, pero me calme inmediatamente. El chico de mis sueños al parecer era médico y trabajaba en el hospital. Quizás era unos cuantos años mayor que yo, sin embargo, tenia la juventud por delante y la inexperiencia en la puerta. La doctora Barrera lo llamó Doctor Martin.
Antes de que el saliera del cubículo en el cual me encontraba, la doctora Barrera comenzó a hacer una descripción de mi caso la cual inició: -Paciente femenino de 21 años, fue recibida en el servicio de urgencias después de presentar crisis convulsivas durante una fiesta el día de ayer por la noche. Estable por el momento. Sin ningún antecedente heredofamiliar de importancia. Entre sus antecedentes patológicos, estuvo en coma durante 3 semanas, aproximadamente hace quince días fue dada de alta de esta institución-. Me quede inerte ante lo mencionado, esperando ver el objetivo por el cual la doctora Barrera me exponía así ante el doctor Martin. El Doctor Martin respondió: -He estado de guardia durante ambas situaciones doctora, por lo que el caso ya lo conozco, procedí a realizarle laboratorios completos anoche para comprobar que las crisis convulsivas no eran ocasionadas por algún abuso de sustancia, salieron negativos, la joven esta limpia-. La Doctora Barrera continuo con el interrogatorio: -Entonces Doctor, ¿Qué otros estudios complementarios le realizaría?-. El brillante Doctor Martin respondió: -Una tomografía computada de control solamente e instauraría medidas y tratamiento para evitar otra crisis convulsiva, en un mes cita con su neurólogo por control-. La Doctora Barrera asintió satisfecha, el doctor Martin estaba pasando sus exámenes mejor de lo previsto. Antes de que el doctor Martin saliera del cubículo como de rayo le dije: -Gracias Doctor, y muchísimas gracias Doctora, usted me ha salvado la vida una vez más-. La doctora Barrera agregó: -El Doctor Martin es quien realmente te ha salvado la vida ambas ocasiones, no puedo llevar el crédito estando él presente en este cubículo-.
Mis ojos se llenaron de agua y mi garganta se cerro con un nudo, el Doctor Martin me miro agradecido y se retiro antes de que yo pudiera decir algo, en el hospital se hablaba de un código azul y era el motivo por el cual había salido corriendo del cubículo hacia otro. La doctora Barrera mencionó: -Es nuestro mejor estudiante de Urgencias, esta en su tercer año de residencia, un gran médico-. Procedí diciendo: -Ya lo veo Doctora, de verdad le estoy inmensamente agradecida-. Contestó: -No te preocupes Karen, es parte de nuestro trabajo, en fin, procederé a realizar tu alta y tus recetas para que puedas irte a casa, por cierto, hable con tu amiga de cabello azul, estaba muy preocupada por ti, pero ya la he calmado-.
Lilia entró al cubículo para ayudarme a cambiarme, me había traído ropa limpia de la casa y estaba lista para llevarme a mi hogar. Antes de salir del hospital, el Doctor Martin me observaba de lejos, con la duda presente de si esa sería la última vez que nos veríamos, ninguno de los dos tenia claro nada y el destino ya estaba escrito.
Editado: 01.04.2020