Desde Madrid, con Amor.

CAPITULO 27: EXTRAVIADA

Sin poder asimilar los encuentros con Alex, no pude centrar mi atención a las indicaciones que la recepcionista me había dado para acudir al departamento de radiología, por lo que fue fácil perderme en el gigantesco hospital. Respondí el mensaje de Alex diciendo: -No te preocupes, llegue ilesa a mi consulta, pero no se si tenga la misma suerte para encontrar el área de radiología-. Mi mensaje fue recibido, pero no fue visto, lo mas seguro era que en este momento se encontrara salvando una vida o algo por el estilo. Mientras caminaba por los enormes pasillos, le daba vueltas a mi conversación con Alex, me preguntaba si había respondido de manera correcta, supe de inmediato que flirtear no era lo mío, también supe que tenía una personalidad aburrida.

Moria de pena por volver a preguntar el camino hacia radiología, solo sabia que estaba mas lejos de lo esperado, tantas puertas que se abrían y cerraban dando paso a enfermeros, algunos doctores con algo de apuro caminaban por los pasillos, si tan solo Alex respondiera mis mensajes, volvería a cumplir su función de ángel de la guarda. Baje otro piso, luego de haber recorrido por completo el piso anterior, al menos tena todo el día para encontrar el dichoso departamento de radiología cuando un mensaje llego a mi celular y era el joven que corría a salvarme de nuevo tal como los cuentos de hadas que había leído desde niña predecían. El mensaje decía: -¿En qué piso estas?, tengo algo de tiempo libre-. Conteste inmediatamente: -Quinto piso, te veo en las escaleras-. Unos cuantos minutos pasaban, mis manos estaban adentro de las bolsas de mis jeans, cuando el doctor Alex Martin estaba subiendo las escaleras para encontrarme, sonrió de inmediato que me encontró, me contuve para no parecer tan emocionada. Al verme mencionó: -Entonces te pidió el doctor otra tomografía-. Respondí: -Sí, así es-. Dijo: -Bueno, estas en el piso incorrecto, radiología esta en el tercer piso-. Dije: -Gracias, por tomarte el tiempo de llevarme, sé que estas muy ocupado-. Sonriente dijo: -No te preocupes, no tengo trabajo por el momento-. Comenzamos a bajar escaleras, al caminar por los pasillos pude percatarme la popularidad que tenia en su trabajo, algunos doctores lo saludaban de lejos, mientras que otros tantos se detenían a estrechar su mano, las enfermeras se desvivían por saludarlo de beso, al mismo tiempo que me lanzaban una mirada despectiva por caminar a su lado; querían intimidarme y lo lograron, una de ellas le pregunto que si yo era un miembro de su familia a lo que él negó con la cabeza, dudo si presentarme o no, pero finalmente no lo hizo; pensé que probablemente lo estaría avergonzando por la manera en la que iba vestida, mi atuendo jovial era lo que desencajaba, parecía una niña mas pequeña de la verdadera edad que tenía. Empecé a dudar que era realmente lo que Alex quería hacia mí, probablemente solo era aquel espíritu de servicio que lo obligaba a ayudarme cada que tenía problemas.

Finalmente llegamos al departamento de radiología, hablo con el doctor encargado, por lo que no tuve que tomar fila para la tomografía, me dieron una bata para que me despojara de mi ropa y de cualquier articulo metálico que poseyera. Cuando Alex me proporciono la bata, dije: -Gracias por traerme, no es necesario que te quedes-. Espeto: -Quiero quedarme, no te preocupes-. No era el momento para discusiones tontas, acepté su gesto de amabilidad y respondí: -Ahora tengo una deuda mas grande-. Asintió sin palabras. Entre a colocarme la bata, olvidaba la claustrofobia que me producía dicho estudio, sin embargo, escuchar la voz de Alex a través de los parlantes, tenia un efecto en mi tranquilizador inmediato, no me moví tal como él me indico. Fue más rápido de lo que recordaba, al estar fuera en el vestidor cambiándome, pensé que sugerirle una cena al terminar su turno sería lo mas adecuado como pago en sus retribuciones, pero por un minuto dude, quizás una comida seria lo adecuado, así quitaría todo el aire de romanticismo que una cena sugería.

Le pregunte a Alex como había salido mi estudio, a lo que él aliviado respondió que de acuerdo con el informe del radiólogo no había ninguna anormalidad. Salimos del departamento de radiología, cuando al caminar por los pasillos una voz empezó a nombrar al Doctor Alejandro Martin, el cual era requerido en urgencias. Al escuchar el mensaje del parlante, dijo: -Debo irme, seguimos en contacto-. Apenas y alcance a decir: -Claro, hablamos otro día-.




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