Desde Madrid, con Amor.

CAPITULO 29: NUEVA IMAGEN

El cabello azul de Lia se movía con el viento mientras casi intentaba correr, su excusa era que no teníamos tiempo que perder, yo no entendía realmente el porque de su apuro, hasta que paramos en una tienda de ropa. Lia dijo: -Necesitas un cambio de imagen para que te veas acorde a tu edad, o un poco mas sofisticada-. Inmediatamente me aterro la idea, ni siquiera Ana había tenido el atrevimiento de insultar mi estilo. Voltee a mis pies y vi mis converse entristecerse un poco, luego vi mis jeans rotos y entendí el porque la gente creía que era la hermana menor de Alex. Miré a Lia, indecisa por lo que estaba a punto de hacer, pero dije: -Estoy en tus manos gurú del estilo-. Emocionada Lia aseguró: -Estas tomando la decisión correcta-.

Entramos a la tienda, había ropa por montones, no sabia que elegir, puesto que había ropa que no era mi predilecta como faldas y vestidos. Lia dijo que necesitabamos algo sofisticado, pero no tenía ni idea como lograrlo, así que la mire aturdida porque no sabía por dónde comenzar. Lia me tomo del brazo y empezó a elegir vestidos, luego eligió algunas faldas y blusas, al mismo tiempo que mencionaba: -Debemos elegir algo que puedas usar en la cita que tendrán, no sabemos si esta será de día o de noche así que elige dos atuendos como mínimo-. Asentí aún confundida, entre a los probadores y comencé a probarme ropa, empecé a descartar, no muy revelador, no me gusta mostrar los brazos, no me gusta el escote de la espalda, y así fue con unas diez prendas más. Salí del probador con las manos vacías y triste porque mis inseguridades habían vuelto a atacarme, Lia me tomo de la mano y dijo: -Eres preciosa sin importar que te pongas encima, pero esta bien este cambio lo haremos poco a poco-.

Decepcionadas salimos de la tienda rumbo al departamento, durante el camino Lia me encomendó un par de tareas que creía que me ayudarían, la primera fue pensar en un nuevo corte de cabello, quizás nuevo color que quisiera probar, siempre y cuando no fuese azul porque ese era su color; también me encomendó cambiar por completo mi guardarropa, pero para ello tenía que descubrir un nuevo estilo que quisiera probar. Al llegar a casa, llame a Luis para ponerme al corriente después de mis dos ultimas faltas, por lo que lo invitamos a una pijamada, intrigado dijo: -Yo para que quiero ir a una pijamada de niñas-. Lia lo convenció diciendo: -Vamos, ambas sabemos que eres gay, será divertido-. Las carcajadas se hicieron sonar por todo el apartamento mientras él refunfuñaba a través del teléfono. Luis espeto: -No soy gay, es por lo que no quiero ir, solo iré a dejarte mis apuntes-. Dije: -Ok, como gustes, solo quiero tus apuntes-.

En el baño mientras Lia preparaba las mascarillas que usaríamos, yo estaba en Google buscando ideas para mi cambio de imagen, se las mostré a Lia en cuanto salió, por lo que el cambio de imagen era un hecho y me encontraba emocionada a pesar de mis inseguridades. Cuando Lia salió del baño me dispuse a preparar las palomitas, mientras ella elegia en Netflix lo que veríamos. El timbre sonó de repente, al asomarme descubrí a Luis, abrí la puerta inmediatamente y lo estreché en mis brazos, estaba contenta de verlo y de que acudiera a nuestra pijamada. Él me estrecho unos cuantos minutos, por lo que me pareció raro, sin embargo, no le tome importancia, luego saludo a Lia y se dejó caer en nuestro sillón, dicha señal indicaba que se quedaría.

Luis empezó a opinar acerca de ver una película de terror de las que él era fan, pero su idea no nos apetecía ni a Lia ni a mí, al ser mayoría, las damas habíamos ganado, pero Luis advirtió que solo sería por esa noche, por lo que no cantaríamos victoria durante mucho tiempo. Me pregunto que como había salido en mis estudios a lo que respondí: -No tienes nada de qué preocuparte, estaré aquí poniendo infierno más tiempo del que imaginas-. Me entrego sus apuntes al mismo tiempo que dijo: -No te perdiste de tanto en estos días-. Agradecí, mientras tomaba sus cuadernos para hojearlos; Lia me esperaba en el sillón para sacar mi ceja y colocarme la mascarilla.

Inconscientemente durante la noche inicie una nueva manía, revisaba WhatsApp cada minuto para ver si Alex me había mensajeado, cosa que no sucedió. Afortunadamente ni Luis, ni Lia se dieron cuenta de esta nueva manía mía. Supe desde ese momento que debía parar, no quería convertirme en una loca y aprehensiva chica por un tipo que muy apenas sabía que existía.




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