Observo tu mirada,
pequeña, risueña.
Una sensación
que había olvidado hace tiempo.
No parecemos aquellos
quienes no se volvieron a ver.
Lucimos más destrozados
por aquello que vivimos.
Pero el calor, los toques, los roces, el sentir
nos hace cercanos
Era como volver al día que te conocí,
al comienzo de todo,
como si fuera un recordatorio
de los años que pasaron.
Rememoraba esos labios mientras los besaba,
esa forma de tentación creciente
que surgía bajo mi palma.
Sentía tu deseo encima del mío,
como si se formara un enlace
entre nuestros cuerpos.
Escuchaba tus gemidos sobre mi oído,
me sentía libre de poseerlos.
Pero mi naturaleza me hacía querer sentirte más,
me hacía querer ser violento,
pero el placer que veía en ti
solo me dejaba mirarte,
contemplar la belleza,
apreciarte en ese estado tan puro
como si fueras una divina obra de arte.
Difícil de entender, pero perteneciente al mundo
consumiéndome
a través de todas las sensaciones posibles.
Te deseaba de maneras que ya no recordaba.
Y quizás,
con algo más de tiempo,
podría haberte tomado en su totalidad
de maneras que me hubieran vuelto violento.
De maneras que ya no me pertenecían.
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Editado: 25.01.2024