Ella creía que éramos muy diferentes.
Yo pensaba que éramos muy parecidos.
Solía tener esos arranques de emoción.
Y yo era demasiado calmado a veces.
Le gustaba cantar y bailar.
Besar y sentir.
Alteraba mi corazón con sus manías, sus pasos y toques.
Era sencilla tanto de piel como de alma.
Elegante en su porte y salvaje de espíritu.
Su cuerpo era tan terso
que vibraba bajo mi palma.
Sus puntos más íntimos eran rosáceos
tanto como las bellas flores de primavera.
Ella creía que éramos muy diferentes
Yo pensaba que éramos muy parecidos
Era como verme a los ojos
La misma maldad
La extraña manera de no amar y de hacer el amor
Estaba rota, pero solo quería reír.
Estaba roto, pero solo quería sentir.
Y, de esa manera, ya conocía
cómo iba a acabar
aquella historia.
Con lo días se me fueron olvidando tus horarios
Las líneas de tu rostro
Ya no recordaba tu risa
Ni la forma que posabas tus manos sobre las mías
Tampoco recuerdo las historias que me contaste
Ni la primera vez que te ilusionaste
No recuerdo las salidas que tuvimos
Ni tampoco la noche en que fuimos uno
Todo se va diluyendo con el tiempo
Y al verte a los ojos
Solo veo eso que ya se fue
El sin sabor que te deja algo extinto
Recuerdo haberte prometido cosas
Pienso que quizás nunca te importaron
Y por eso nunca más salieron de mi boca.
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Editado: 25.01.2024