Desde mi cielo

CAPITULO 10: Left Outside Alone / Anastasia

     La tarde cae y el cielo empieza a nublarse, en cuanto llega el General y Hariel salimos del bar, voy acompañada de Tony y Yusuf también, al parecer es el único que no tiene problemas para ir al infierno, aunque creo que el verdadero problema es Lucifer... ni Florence, ni Sebastián están dispuestos a convivir mucho con él. Caminamos juntos y de nueva cuenta empezamos a entrar y salir de calles, parece que cada vez que hay que ir a una puerta de estas hay que darle la vuelta a la ciudad zigzagueando, podría apostar que hay una forma más fácil de llegar. 

     En cuanto llegamos Tony voltea hacia mí, extiende su mano invitandome a acercarme a ella, así como la otra tiene las mismas características, de madera, enorme, vieja y sin una gota de pintura en aerosol, salvo que esta vez la marca no es de una pluma, es una mano impresa en fuego, se me hace bastante llamativa. Volteo hacia Tony y me sonríe, ve hacia el General y asiente con la cabeza dandole luz verde para que la abra, me pregunto ¿cómo se ve el infierno? ¿veré fuego y fosas donde la gente está rostizandose?¿demonios picandolos con tridentes? la simple idea me da gracia. Una vez que la abre el General es el primero en entrar y veo como me ofrece su mano para ayudarme a pasar. Sin cavilaciones tomo su mano y entro, cierro mis ojos para abrirlos lentamente del otro lado y dejarme sorprender. Aún tomada de la mano del General mi sorpresa es enorme, tiene una bruma muy densa, la niebla no te deja ver a un par de pasos de distancia, de arriba caen copos, logro atrapar uno y noto como se deshace dejando una marca como de gis en mis dedos, es ceniza, volteo hacia el resto del grupo que acaba de entrar. A lo lejos sobre salen unas construcciones como si de castillos medievales se trataran. Avanzamos hacia ellos, yo tengo que agarrarme del General, mi visión no es tan buena y siento que en cualquier momento pisaré algo que me hará caer. 

     Tanto Tony como Yusuf caminan con normalidad, cuando veo al inquisidor noto que su ojo rojo brilla con más intensidad, no sé si se dé cuenta de eso, pero parece un faro entre la neblina, en eso Tony voltea a ver si todos vamos bien y noto que sus ojos también están luminosos, con un rojo tan fuerte y tan brillante que bien podría detectarlo a través de la neblina si solo mantiene sus ojos abiertos, en cambio Hariel parece molesto, incómodo, mientras caminamos ve hacia todos lados como si en cualquier momento fuera salir algún enemigo. 

-Las visitas de Florence fueron más... elegantes... (dice Tony mientras caminamos) llegamos en auto a los lugares respectivos, ella portaba vestidos bonitos... (voltea a verme)

-Jajajajajaja descuida... así estoy bien... (le guiño un ojo mientras sonrío)

-También sentirás el mismo dolor cuando el General te dé el don... por favor no intentes matarlo ¿quieres? (me dice Hariel sin siquiera voltear a verme, está molesto)

-Descuida... ahora ya sé lo que pasa... gracias por avisar a tiempo... (lo digo con mofa y el regresa su mirada hacia mí, claramente molesto)

-Jajajajaja y si así fuera, descuida te puedo dar buena pelea niña bonita (me ve de reojo el General con una sonrisa muy agradable)

     En verdad es un demonio bastante cordial, educado, me sorprende su naturaleza, además tiene la imagen de un hombre de edad, de un padre, de un abuelo, con la misma cálidez, desprende confianza y por lo que me enteré es el padre adoptivo de Florence, creo que él les enseñó a pelear a los inquisidores, un viejo lobo de mar. Correspondo su sonrisa y por alguna razón el ir de su brazo me siento en confianza, si algo malo pasa creo que tengo buen compañero de combate. 

     De repente llegamos a unas puertas gigantes de madera, son enormes, tengo que estirar mi cuello y voltear totalmente mi cabeza para encontrarles fin, al parecer forman parte de un castillo enorme, lo poco que puedo ver de las paredes muestran ladrillos enormes, son rocas negras, llenas de cenizas. Estoy maravillada por lo que veo y de repente escucho como una puerta se abre, una pequeña puerta que forma parte de una de las alas de la puerta enorme, se abre y una mujer bastante atractiva nos ve con una sonrisa pícara, principalmente a Tony, nos invita a pasar. 

     Entra primero Tony y después Hariel, Yusuf les sigue no sin antes volteando a verme emocionado, me da gracia su reacción, paso después y él General al último. Cuando entramos el lugar es enorme, es una recepción de cuento de hadas, por dentro también se ven claramente las piedras enormes que conforman las paredes, hay pinturas colgadas en cada una, algunos son demonios, seres descarnados, rojos, con cuernos y alas, en poses imponenetes y agresivas, en otras hombres bien vestidos, pertenecientes a otras epocas más antiguas, pero con cuernos, piel demacrada y ojos rojos. Cortinas rojas de terciopelo adornan cada ventana y cada pasillo, hay sillones del mismo color y material hacia los extremos y una enorme escalera central con pequeñas gargolas negras custodiandola. Parece un castillo de película de terror, en el techo cuelga un candelabros encendido y la luz de las velas le da un aspecto lúgubre. Estoy tan absorta en todo que no me doy cuenta que me separé del grupo y que alguien desconocido está tan cerca de mí. 




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