Desde mi cielo

CAPITULO 19: Frau & Mann / Lindemann

     Estoy en mi habitación, veo la ropa en la cama y no puedo dejar de pensar en lo que vamos a hacer. Daniel se ha encargado de tener vigilado a Lucifer, no permiten que se acerque a mí, supongo que no quieren que interceda en el futuro de las brujas. Me pongo unos pantalones negros de lona, están ceñidos a mi cuerpo y son muy negros, al igual que las botas militares que me dieron, me pongo una playera de manga corta y cuello alto, es gris de una tela tipo lycra, pero gruesa, me cuelgo una pislotera de cuero, dejando una .45 escondida debajo de mi brazo izquierdo. También me dejaron un cuchillo largo en su funda de piel para sujetar al muslo y así lo coloco en mi pierna derecha. Me veo al espejo y me quedo sorprendida como es que vuelvo a verme como militar, recordando como me veía, como era antes. 

     Tomo mi cabello rubio y lo cepillo, lo trenzo desde la coronilla cuidando que ningún mechón quede fuera, me veo por unos instantes tratando de entender lo que estoy a punto de hacer, espero que esas brujas sepan pelear y nos den buena batalla, lo suficiente para que puedan escapar. Suspiro con fuerza, me levanto del asiento del tocador y me dispongo a avanzar hacia la puerta, ya una vez en el pasillo veo hacia abajo y noto a Johan con traje negro y camisa blanca sin corbata, se ve fresco y desinteresado, voltea a verme y me sonríe de oreja a oreja, frente a él se encuentra Roziel, él cual está equilibrando un sable, se ve bastante antiguo, pero muy bien concervado.

-¿Está lista Teniente? (me pregunta Johan acercandoce a las escaleras)

-¿Saben dónde es el ataque? ¿Ya tienen la localización correcta? (volteo a verlo fijamente a los ojos y él sonríe ante mis preguntas)

-Así es... la localización exacta... 

-Bien... ¿entonces? ¿qué esperamos? (paso a un lado de él y me acerco a Roziel)

     Roziel me ve con una sonrisa, envaina su sable y se acerca a la puerta, yo le piso los talones mientras que Johan camina detrás de mí. Cuando Roziel abre las puertas me quedo sin palabras, hay demonios y ángeles, cuento diez de cada especie, todos armados y a la espera de las ordenes de Roziel, yo me quedo petrificada, vamos en serio con esto de destruirlas y eso me asusta, siento como la angustia empieza a apoderarse de mí. Siento la manos de Johan en mi espalda en el mismo momento que Roziel expone sus alas, haciendo que todos los demás lo hagan, listos para emprender el vuelo. 

-Nosotros iremos por tierra... (me dice Johan casi al oído, ayudandome a salir de mi ensoñación) no tiene por que asustarse Tyra, cada ángel y demonio que está aquí está bajo las ordenes de Roziel, no le harán daño ni por equivocación... (camina hacia delante, con su mano en mi espalda empujandome, motivandome a bajar las escaleras con él)

-Eso espero... (no puedo dejar de ver hacia todos lados, viendo el rostro de cada soldado aquí, ni siquiera los ángeles muestran una pizca de bondad, como si sus corazones estuvieran muertos)

-Creo que con esta demostración usted estará segura de que los ángeles y los demonios, así como sus respectivos territorios, existen... (nos acercamos a un carro, una Hummer negra bastante alta, abre la puerta del copiloto invitandome a entrar)

-Si, creo que ya no me queda duda de eso...

     Cierra la puerta después de mi comentario y rodea el carro para subir al asiento del conductor, volteo hacia la casa y veo por una de las ventanas a Lucifer que me ve fijamente, desde aquí alcanzo a ver como sus ojos relumbran en color rojo, lo único que hago es sonreír y poner mi mano enguantada en piel negra en el vidrio a modo de despedida, él hace lo mismo, noto como coloca su mano en la ventana antes de que la camioneta arranque dejando atrás la casa. Veo por los espejos como todos los ángeles y demonios están volando detrás de nosotros a una cierta distancia, en cuanto salimos de la casa desaparecen de mi visión, elevan aún más el vuelo, se posicionan justo encima de nosotros, no alcanzo a verlos, pero si escucho el aleteo. 

-Cuando lleguemos a esa casa yo abriré la puerta, deja que los ángeles y los demonios entren primero, después entraremos nosotros, ten en cuenta que al ser brujas tienen poderes con los cuales pueden diezmar a nuestro ejercito, no te confíes... (escucho hablar a Johan)

-¿Cómo es que tú al ser doctor piensas entrar ahí y desarmando? Creo que es muy peligroso para ti, deberías quedarte en el carro... (lo volteo a ver, noto como empieza a sonreír sin despegar su mirada del camino)

-Eso es algo que no te importa... (me dice de manera cortante, yo no hago más que poner los ojos en blanco y voltear hacia la ventana) yo... también soy brujo... (lo dice en apenas un susurro, volteo a verlo, pero sigue con los ojos en el camino)

-¿No es difícil querer matar a los de tu propia especie? (quiero saber si tiene sentimientos o simplemente es una máquina destinada a hacer sufrir al prójimo)




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