Desde mi cielo

CAPITULO 31: The Vengeance / Black Veil Brides

     Entre más camino más oscuro se vuelve el bosque, los árboles son frondosos y tapan la entrada del sol, pareciera como si dentro del bosque fuera de noche. Veo hacia todos lados intentando agudizar mis sentidos para no dejarme tomar desprevenido. De repente escucho el crujir de ramas, al parecer ya llamé la atención de a quienes busco. Me quedo quieto esperando pacientemente a que ellos sean los que tomen la delantera, pero parece que solo están viendo fijamente, no se deciden a acercarse.

-¡SOY HARIEL! ¡HIJO DE HAAIAH! ¡NUEVO LÍDER SERAFICO! (grito a todo pulmón esperando respuesta)

-Se quien eres... 

     Una voz femenina sale de entre los arboles, pero no soy capaz de distiguir de que punto viene, me quedo quieto esperando a que siga, pero el silencio empieza a durar más de lo que quisiera y empiezo a desesperarme, cuando estoy dispuesto a volver a hablar, la misma voz me interrumpe. 

-¿A qué has venido? hijo de Itaha... 

-¿Itaha? (el nombre no me suena conocido, pero intuyo que se refieren a mi madre)

     De repente escucho pasos al frente de mí, agudizo lo más que puedo mi vista para distinguir la figura que poco a poco se hace visible frente a mí. Veo a una mujer de piel canela y ojos dorados, sus cabellos son negros y están dispuestos en finas trenzas que caen por su espalda hasta la altura de su cintura. Es joven, pero su mirada expresa la sabiduría de alguien de mayor edad. Sus alas están escondidas a mi vista, solo porta una toga blanca que llega hasta medio muslo, un cinturón de cuero ajustado afina su figura mientras que el exceso de tela de su vestimenta cae por sus hombros hacia atrás dejando los brazos descubiertos y un escote poco pronunciado. Ambos brazos tienen brazaletes de cuero que se ajustan con cinturones pequeños y a medio brazo, entre el hombro y el codo tiene brazaletes de metal pulidos. Camina un par de pasos hacia mí, porta unas botas de cuero que llegan hasta la mitad de sus pantorrillas, se cruza de brazos y levanta una ceja esperando que justifique por que no reconocí el nombre que ella pronunció, pero al ver mi escasa respuesta, impaciente decide volver a hablar.

-No recuerdas ni siquiera el nombre de tu madre y vienes hasta acá... orgulloso de nombrar el de tu padre y ondeando tu título político... todo... ¿para qué? (me ve fijamente y lo único que puedo hacer es suspirar con fuerza y agarrar valor)

-Vengo a pedir su ayuda... (escucho susurros a mi alrededor, no veo a los que la acompañan, pero por las voces que murmuran parece que son muchos)

-Jajajajajajajajaja ¿tú? ¿el líder serafico de la gran ciudad de cristal? a nosotros... (extiende sus manos señalando a nuestro alrededor, como si estuvieramos rodeados por su gente, que no lo niego) los "ferales" como ustedes nos hacen llamar... desterrados... juzgados... (cierra los ojos) vete antes de que tomemos tu vida Hariel hijo de Haaiah... (da media vuelta y camina de nuevo hacia las sombras)

-Por favor... pido una oportunidad... por mi madre... por su memoria... (ella voltea su cabeza y me ve con gracia)

-¿En serio? no recuerdas ni su nombre... y ¿quieres ayuda de nosotros? no lo creo... ve a casa niño... (regresa a su camino)

-No es mi culpa que no recuerde el nombre de mi madre, no es mi culpa que haya crecido lejos de ustedes... tampoco es mi culpa que nuestras razas estén en disputa... (algo de lo que le digo la hace molestar y regresa sobre sus pasos para encararme con molestia y rabia)

-¿Nuestras razas? jajajajaja (sus ojos llamean odio) ¿qué tenemos de diferente para que puedas considerarnos razas diferentes? ¿eh? la única diferencia es que ustedes se sienten mejores... se sienten iluminados por "Dios"... jajajajaj todos hablan de que desapareció por un momento y que pronto regresará su mirada hacia nosotros... por eso se esmeran para ser de su agrado... pero... ya que nosotros solemos tener vidas largas... y hablo de vivir más que siglos... me encantaria saber ¿quién lo ha visto? 

-¿Pones en duda su existencia? (la veo fijamente a los ojos)

-No soy capaz de afirmarlo... tampoco de negarlo... pero de algo estoy segura... si es que existe... no tiene favoritos... (me guiña un ojo y da un par de pasos hacia atrás) y mucho menos quiere lambizcones... (sonríe de lado mientras se cruza de brazos) ustedes no son sus elegidos... así como los demonios no son los repudiados... pero un pueblo tan egoísta y vanidoso no es capaz de comprenderlo... 

-Parece que tienes mucho odio contra nosotros... (cierro los ojos y suspiro, no vale la pena seguir discutiendo por algo así cuando lo que en verdad quiero es algo totalmente diferente, abro los ojos y la veo fijamente) no sé si Dios exista... no sé si nosotros somos los consentidos, no sé si los demonios se merecen los prejuicios que hay contra ellos... no lo sé... lo único que sé... es que un enfrentamiento se aproxima, uno demasiado grande... en la tierra (doy un par de pasos hacia ella) y tengo que evitarlo a toda costa... 




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