Desde mi cielo

CAPITULO 38: Shadow Moses / Bring Me The Horizon

Desde los ojos de Hariel.

     Estoy a lado del río, veo a Monet y a Alessa jugar, me quedo absorto viendolas. Esa niña... se parece tanto a Alexiel y despierta en mi un miedo terrible, si ella se convierte en una amenaza no sé si aún estaré y si seré capaz de detenerla, eso es lo que me da miedo, un miedo profundo y no tengo mucha fe en que los cuidados de Tyra puedan lograr que ella cambie su camino, su destino está marcado, no hay más.

-Primito... deberías de dejar tus prejuicios a un lado... (escucho la voz de Zanza a mi lado)

-¿Qué haces aquí? 

-Ya lleva un buen rato que Tyra fue al infierno... 

-No ha pasado mucho... si a caso una semana... (le digo con tranquilidad)

-Una semana allá y no sabemos nada de ella... si le dieron o no el don... tal vez se arrepintió de querer dar la vida por tu novia... (empieza a hacerme perder la paciencia)

-Si no has venido a decir nada útil... entonces ¿qué haces aquí? (la volteo a ver fijamente con desagrado)

-Solo vine a molestarte... (se sienta a mi lado como si no fuera suficiente haberla tenido detrás de mí molestandome)

-¿Qué harás con respecto a la reencarnación de tu hermana? (volteo a verla y noto que está con la mirada fija en la niña)

-Aún no lo sé... no puedo hacerle nada... Tyra la protege... 

-Pero... Tyra no está aquí... (regreso la mirada hacia ella y noto que está sonriendo de oreja a oreja) ohhhh... vamos Hariel... no aguantas nada... estoy bromenado (me empuja del brazo y empieza a reír) además... también creo que con un buen guía ella puede ser una buena ciudadana... ¿no crees? 

     Se levanta y se va de mi lado entre risas, no entiendo bien a esta chica, no entiendo como es que es la jerárca de este lugar, vuelvo a ver a la niña jugando con Monet, ríe y brinca como alguna vez lo hizo Alexiel. Mi hermana era una niña feliz y alegre hasta antes de que mi padre recuperara su lugar en la ciudad de cristal, una vez ahí ella se corrompió, se volvió avariciosa, interesada, egoísta... ¿qué fue lo que la hizo cambiar? ¿la guerra? ¿nuestra posición social? creo que nunca lo sabré y eso me preocupa por que no sé como advertir a Tyra de que hacer y que no hacer para evitar que Alessa siga los mismo pasos. 

     Me levanto de ahí, decido regresar a mi cuarto, tengo mucho que pensar, además me siento cansado y aún estoy molesto de no poder acompañar a Tyra, me preocupa lo que le hubiera podido pasar allá en el infierno, si Lucifer la recibió o murió a manos de algún demonio antes de llegar a él. Paso por fuera de la habitación de Gio, está con la puerta abierta, noto que está sentado en el piso y hay unas líneas rojas en el suelo, tiene tres papeles frente a él y un libro abierto, me recargo en el marco de la puerta observandolo con curiosidad, noto como el libro, sus hojas empiezan a moverse con velocidad, se detiene de momento y uno de los papeles frente a él empieza a mostrar letras en rojo, se tiñe lentamente y  cuando termina el libro vuelve a moverse, las páginas siguen moviendose, como si una fuente de aire lo hiciera, cuando se detiene de nuevo, el siguiente papel imita al primero y el procedimiento se repite una vez más, una vez que los tres papeles tienen letras en ellos, el libro se cierra y Gio abre sus ojos, noto que estos despiden una luz fuerte y verde, toma los tres papeles, con forme lo va haciendo estos se encienden, el primero es consumido por una llama morada, el segundo por una naranja y el tecero por una azul, la cenizas que despiden se van con el aire, Gio vuelve a cerrar los ojos y cuando los abre voltea a verme fijamente, yo me quedo pasmado, dejo de recargarme en la puerta y lo volteo a ver mientras levanta el libro del piso y lo pone sobre su cama con cuidado, las líneas en el piso que parecian sangre se desvanecen como si el mismo suelo las absorbiera.

-No temas... (dice Gio sin voltear a verme, fija su atención en el libro antiguo que descansa en su cama)

-¿Qué hiciste? (mi voz sale en un susurro, no es que le tenga miedo, pero jamás había visto a un hechicero hacer algo así)

-Llamé a los hechiceros que necesitamos... (camina hacia mí, lentamente con tranquilidad, vuelve a ser ese chico tranquilo y astuto que conocí)  espero que contesten...

-¿Los hechiceros para someter a Erick? 

-Así es... intente explicar a grandes rasgos para que los necesito, pero... principalmente es para buscarlos y que nos reciban en sus hogares sin riesgo a terminar muertos... (sonríe de lado, como si fuera una broma inocente)

-La población de hechiceros es cada vez menos, ¿crees que quieran arriesgarse?




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