Desde mi infierno

5

-¿Qué hacias ahí? casi te mato, ¿de que huias?

     Me pregunta mi amigo, estamos en su casa, acabo de salir de la regadera, me prestó ropa y ahora estoy sentada en su sillón, envuelta en cobijas con una taza de café caliente entre las manos. Mi mirada está fija en el fondo de la taza, aún no me creo lo que me pasó. Siento que no podré huir de ellos.

     A mi amigo Daniel lo conocí cuando ibamos a la primaria, antes de que mi vida se fuera a la mierda, eramos inseparables. Cuando pasó lo de mis padres le perdí el rastro hasta muchos años después, cuando ya era toda una ladrona profesional. Él se volvió médico, lo encontré en una cafetería, el seguía siendo el mismo niño dulce y caballeroso, yo si había cambiado. Él pertenecia a un estrato diferente, su vida, su ambiente, perteneciamos a mundos diferentes y aún así, desde ese reencuentro seguiamos frecuentandonos, claro, jamás le aclaré a lo que me dedicaba, pero intentaba que mi trabajo no lo afectará.

-Desapareciste, ¿sabes lo difícil que fue encontrarte?

-Lo siento... yo... (estaba aún en shock)

-¿Qué pasa Florence? dimelo... yo prometo comprenderte.

     En eso su timbre sonó, ambos volteamos hacia la puerta de madera que se encontraba a unos metros, mi corazón se aceleró, temía lo peor, ¿quién podría ser a estas horas de la noche?, él se levantó del sofa que estaba frente a mí, caminó perezosamente hacia la puerta, se asomó por la mirilla y abrió la puerta lo suficiente para asomarse.

-¿Sí? ¿En que le puedo ayudar?

-Busco a Florence...

-¿Quién la busca?

-Unos amigos, Tony y Erick, nos preocupamos, supimos que tuvo un accidente.

     Al escuchar la voz de Tony mi corazón dió un vuelco, tenía ganas de salir corriendo, de esconderme debajo del sillón, instintivamente, casi tirando la taza al piso, me levanté y tratando de que sólo Daniel me escuchara, liberé un ligero "No" que apenas fue audible para mí. Cuando ví ya los había hecho pasar, tanto Tony como Erick me vieron de pie en la sala, con cara de pánico, llena de moretones. Erick se veía muy preocupado, sus ojos desbordaban angustia, incluso me sentia mal por haber desaparecido así sin decirle nada. Tony por el contrario se veía enojado, sus pupilas al verme se hicieron dos líneas apenas visibles. Daniel cerró la puerta y los escoltó hasta mi con paciencia.

-¡oh mi pobre criatura! ¿qué fue lo que te paso? (pregunta Tony teatralmente)

-Tony... por favor... (Erick lo ve con desaprobación y voltea a verme tiernamente) ¿Cómo te sientes?... Lu... (medita un poco) Lucy nos comentó que vió lo ocurrido, también está preocupado.

-¿Lucy es... un hombre? (Daniel pregunta confundido)

-Así le decimos de cariño (contesta Tony con sarcásmo)

     Se intenta acercar Tony a mi, como si nada hubiera pasado, siento cierta protección al estar en casa de Daniel y en cuanto tengo cerca al demonio brinco hacia atrás. Él se ve más enojado, entrecierra los ojos y extiente su mano hacia mí, veo como sus uñas se tornan negras y filadas. Volteo a ver a Erick el cual tiene una cara de confusión, se ve también herido, como si el desplante que le hice a Tony se lo hubiera hecho a él. Retrocedo aún más y me acerco a Daniel, lo veo con mirada suplicante. Daniel empieza a comprender que no me siento cómoda con la presencia de ellos en la casa y se alerta. Se pone frente a mí, cubriendome de las miradas de ellos.

-Caballeros, los invito a retirarse, creo que Florence debe descansar.

-Lo mismo creo, por eso la llevaremos a casa (Habla Tony con un poco de desesperación y molestia)

-Esta es su casa si así lo desea... (extiende su brazo hacia Tony poniendo la palma de su mano como límite)

-¿Eso deseas Florence? (me pregunta Erick con el corazón roto, se ve confundido y herido, me duele hacerle esto)

-Yo...

-¿Sí? ¿Eso es lo que quieres Florence? (me dice Tony con hostilidad en su voz)

-Retirence por favor caballeros... (vuelve a invitarlos a irse Daniel, mientras sigue protegiendome con su cuerpo)

-¡¿Qué?! ¡¿Perdón?! (empieza a exaltarse Tony)

-Dejalo Tony... ella desea que nos vayamos... que así sea... (Erick toma del brazo a Tony)

     Se dirigen hacia la puerta, Tony la azota al cerrarla, tanto Daniel como yo nos quedamos viendo la puerta inertes. Suspiro y me siento más tranquila, me siento en el sillón de nueva cuenta y vuelvo a tomar mi taza de café. Daniel que se había quedado parado, voltea hacia mí, tiene muchas preguntas que no tardará en desembuchar.

-¿Quienes eran ellos? 

-Unos conocidos, viví con ellos un tiempo.

-Por favor Florence, si te vas a quedar aquí un tiempo tienes que ser sincera conmigo, ¿crees qué no sé cuando mientes? (su cara denota preocupación)

-Ellos son... (reflexiono sobre que tan buena idea es decirle la verdad) el tipo de traje.. Tony... él es un demonio... él me regresó de la muerte y quiere que trabaje para él, el otro chico es Erick, él es un inquisidor, el mantiene el orden entre los demonios y los ángeles, evitando que se maten entre ellos y principalmente que afecten a los humanos, quieren que me vuelva un inquisidor, ya conocí al arcangel Gabriel y al mismisimo Lucifer... suena loco ¿no? jajajajajaja

    Cuando me doy cuenta de la sarta de cosas ilógicas que acabo de decir, dejo de reír y lo volteo a ver... él me ve fijamente, confundido. Claramente no me cree. Se sienta a mi lado y me ve fijamente las pupilas, pone su mano en mi frente.

-Tal vez el golpe, la contusión fue tan fuerte al aventarte con el carro que estas desvariando, o... ¿te drogas? (me lo dice en verdad preocupado)

-¿Qué? claro que no... jajaja se que suena... loco, pero es cierto.. no estamos sólos Daniel, los humanos no lo somos todo... estan entre nosotros, como personas, pero no son personas, ¡te lo juro! (entre más hablo más me escucho como loca)




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