Desde mi infierno

6

// Desde los ojos de Lucifer//

-No fue buena idea que la dejaran en casa de ese doctor (les digo conteniendo mi coraje)

-¿Y qué podiamos hacer? ella no quería venir con nosotros, creo que me equivoqué con ella 

-Bueno si te equivocaste o no ya no importa, la escogiste a ella como inquisidor, tienes que hacer algo (Veo fijamente a Tony con ganas de arrancarle la cabeza)

-Lucifer... se que tienes aires de señor jefe del infierno, pero yo salgo de tu jurisdicción, dejemos a la muchacha en paz, puedo buscar a alguien más para el puesto (Tony ve su periódico)

     Así es como los encuentra, busca la sección amarillista y va tomando sus recortes, va siguiendo la vida de aquellas almas en desgracia que solo saben meterse en problemas. En el caso de Florence, el primer recuerdo que Tony coleccionó de ella fué "Ajuste de cuentas. Casa de policía allanada, matan a su esposa y su hija desaparece", desde ahí empezó a recortar las noticias relacionada a ella, hasta que decidió reclutarla. Pareciera que es un juego para él.

-Lucifer tiene razón, no tuvimos que dejarla ahí sola con ese tipo. (Erick me da la razón y extiende un periódico hacia nosotros) Ese loquero al parecer no tiene buena reputación (Tony arrebata el periódico)

-"Renombrado siquiatra demandado por torturar pacientes, busca que ellos mismos a través de diferentes torturas le digan que hay después de la muerte" vaya, vaya... bueno... supongo que Florence aprenderá su lección.

-¿En verdad puedes ser tan cabrón con ella? (lo volteo a ver con desaprobación en mis ojos)

-Ella fué la que decidió, no yo, además en el artículo dice que son especulaciones, la demanda no procedió. ¿Cuál es el punto? (se vuelve a sentar desinteresadamente)

-¡El punto es que la cobijaste bajo tú tutela, no la puedes dejar sola, pedazo de mierda! (doy un golpe en el escritorio, estoy que me hierve la sangre)

-¿¡Te relajas!? ¿a tí qué te importa si hago algo o no? regresa a tu club de mala muerte, sigue intoxicando humanos y poniendo a ángeles y demonios en contra del sistema, ¿crees qué no sé que eres tú quién manda a esos bastardos? (Tony decide enfrentarme)

-Creo que ese no es el puto punto... ¿se relajan los dos? Tony... Florence es nuestra responsabilidad, quieras o no... tenemos que ir por ella, y tú Lucifer, gracias por preocuparte, me sorprende viniendo de tí, pero no es asunto tuyo, nosotros tenemos que resolver esto. (Erick habla solemnemente y me invita a retirarme)

     Camino lentamente hacia la puerta, atravieso el mar de cuerpos, como forme paso ellos van abriendo camino, no se acercan a mí ni 10 cm, mi presencia hace que mantengan su distancia, en cuanto salgo del nefasto club de Tony veo a mi cantinera recargada en el auto.

-Eris... es hora de irnos 

-¿Logró algo con ese par de ineptos?

-No... nada... de aquí a que hagan algo se va a morir nuestra inquisidor (masajeo mi cabeza con una mano mientras me acerco al carro, Eris abre la puerta de atrás para que entre, ella inmediatamente sube al lugar del conductor)

-¿y ahora cuál será el plan?

-¿Investigaste donde trabaja el mentado doctor?

-Claro, tengo la dirección exacta

-Llevanos, de seguro la tiene ahí, tengo que ver las condiciones en las que la tiene

-A la orden... (noto cierto cambio en su voz que no se interpretar)

-Eris, ¿todo bien?

-Si mi señor... es solo que... ha cambiado, no es usted... estar aquí, en la tierra le está afectando, se está volviendo... suave

-¿Eso es lo que crees? (sonrío de lado, cansado de sus sermones)

-Mi señor... acercarse a la inquisidor, tenerla de amiga no es un gran plan... todo se puede venir abajo

-¿Todo? ¿a qué te refieres con todo?

-Hemos estado encubriendo a muchos que se han revelado en contra del covenant... ángeles, demonios... y lo seguiremos haciendo, o eso tenía entendido... pero si la inquisidor está presente en nuestras vidas, eso será imposible y usted terminará condenado... ¿no recuerda lo qué paso la última vez?

     Por detrás de su asiento paso mi brazo y tomo su cuello y lo aprieto, ella empieza a zigzagear con el carro mientras yo clavo mis garras en su piel y la desgarro hasta que brota sangre negra de ella.

-Eris... yo soy quien manda, yo soy quien decide, si quiero meter a la inquisidor en mi cama es algo que solo a mi me compete... 

     La suelto y de inmediato el carro recobra el control, ella tose y a través del retrovisor veo que sus ojos pasan de rojos a marrones de nuevo, se soba el cuello y vuelve su vista al camino.

-Pues ojalá y solo sea a su cama... (dice casi en un susurro que alcanzo a oír)

     Decido no responder a su comentario, se a lo que se refiere, pero no pienso pelear más con ella. Llegamos a las puertas del manicomio, es enorme con grandes áreas verdes, todo cercado, con guardias y alambrada eléctrica, me dirijo hacia la puerta principal y exijo entrar, solo es cuestión de que me vean directamente a los ojos estos humanos patéticos y simples para que accedan a mis peticiones sin oponerse. Entro como si fuera mi casa, veo a todos los enfermos mentales que están ahí, los menos agresivos conviven juntos en un área común. Quito a uno de su sofa y me siento, veo a todos lados esperando a ver su rostro, debe de estar asustada, pero supongo que la traerán aquí, tal vez así pueda hablar con ella, convencerla de que regrese con Tony o en su defecto secuestrarla. La idea de secuestrarla, admito que me da ideas para hacer otras cosas con ella, pero eso será valorado después de que la vea.Cuando un ruido me hace voltear al pasillo la veo siendo cargada por un simio enorme, delante de ellos va el doctor de mierda, anotando cosas en su libreta, ella va semiinconciente, sus ojos se ven vidriosos y de su boca salen hilos de sangre y saliva, su nariz también sangra. ¿qué le hicieron?. Mi sangre empieza a hervir, estoy a nada de arrazar con todo, cuando estoy dispuesto a levantarme y arrancarle el corazón al doctor ese, sus ojos hacen contacto con los míos, los abre como plato, está sorprendida, pero no sé si es miedo o alegría lo que siente, de repente veo como su cuerpo tiembla y pasa saliva, sus ojos se llenan de lágrimas, se ve suplicante, me quedo absorto, siento una presión en el pecho que no logro comprender, no sé que pasa en mí. me vuelve loco verla así. Desaparecen de mi campo de visión, decido regresar al carro, tal vez Eris tenga razón e intrometerme sea mala idea.




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