Hoy es el día, no me quedaré aquí esperando mi muerte, tampoco quiero decirle más a Daniel, aún no se como, pero hoy saldré de aquí. Prenden las luces, Daniel entra, yo estoy sobre la cama, relajada, con los ojos cerrados, con forme él se empieza a acercar, empiezo a abrir mis ojos. lo primero que veo es el borde de la cama, Daniel está diciendo algo, pero no le pongo atención. Cuando el ya esta sentado a lado de mi cama, lentamente volteo hacía él. Se ve compresivo y atento, pero ahora se que es un maldito.
-¿Entiendes? en verdad no quiero lastimarte Florence, solo dejame entenderte y ayudarte
-Entiendo... (lo digo sin expresar nada, mi voz suena simple e insípida)
Daniel se me queda viendo fijamente, nota el cambio en mi voz y en mi conducta, supongo que cree que mi espíritu está quebrantado, eso le harémos creer. Los gorilas están en la puerta, son mi mayor obstáculo, pero seamos sinceros, si mato a Daniel ya no hay mucho que puedan hacer. La simple idea dibuja una sonrisa en mi rostro. Cuando estoy tratando de pensar en el siguiente paso alguien más entra, pierdo mi concentración, alguien más de quien voy a tener que cuidarme.
-Doctor Daniel... un gusto conocerlo
Esos ojos, esa sonrisa, ¡es él! ¡es Lucifer!, me emociono al verlo, quiero creer que no estoy tan sola como creía. Antes si quiera de que termine de presentarse con Daniel la eufória se apodera de mí, veo como Daniel se levanta a darle la mano, dejando su libreta y pluma en el asiento,de inmediato tomo la pluma, uno de los enfermeros me ve y se avalanza sobre mí, inmediatamente me giro hacia él y le clavo la pluma en la yugular, de manera rápida y con los ojos desorbitados cae a lado de la cama desangrandose. El segundo enfermero rodea la cama para intentar alcanzar a su compañero, al rodear la cama pasa por detrás de Lucifer, y como si este supiera a la perfección el plan que nunca hice, se da la vuelta, toma la cabeza del enfermero y le rompe el cuello. Ve fijamente con placer los dos cuerpos inertes en el piso, se dibuja una media sonrisa en su rostro. En ese momento Daniel intenta salir de la habitación, Lucifer y yo volteamos en su dirección, cuando Daniel está cerca de la puerta esta se cierra de una forma violenta, se da la vuelta y nos encara, recarga su espalda sobre la puerta y nos ve a los dos con terror. Lucifer se acerca lentamente hacia el, sus ojos se vuelven rojos carmesí, la esclerótica se torna negra, poco a poco su piel palidece aún más y las venas se empiezan a marcar azules. Sus uñas se vuelven garras y sus alas negras se despliegan, ocupando casi la mitad de la habitación, se ve escalofriante y sobre todo imponente. Toma a Daniel de la cabeza, colocando una mano a cada lado, encajando sus garras en su piel haciendola sangrar, Daniel libera un grito de dolor que hace que Lucifer se regocije.
-Como decía... un gusto doctor, me presento... soy Lucifer
Lucifer encaja aún más sus uñas, pareciera que quiere aplastar su cabeza con sus manos. Pero no es lo que yo deseo... vaya que no, me acerco y pongo una mano en el hombro de Lucifer. Se pone tenso con el contacto, voltea a verme y sus ojos pierden ese color rojo y negro, pareciera que el verme lo tranquiliza. Daniel cae inconciente, Lucifer lo ve en el piso como si fuera un gusano o algun insecto asqueroso.
-Bien... ¿qué deseas hacer con él? espero que tú respuesta no sea dejarlo ir (se pone frente a mí, estamos a escasos dos pasos de distancia y eso me pone nerviosa)
-No... tengo pensado algo mejor para él... (le sonrío de lado) pero necesito de tu ayuda...
Lucifer me sonríe pícaramente y hace una reverencia, le pido que me ayude a moverlo hacia la sala donde me quemaron con vapor, con forme pasamos los enfermos y los enfermeros se asustan al ver el cuerpo de Daniel siendo arrastrado, de inmediato corren a refugiarse, dejandonos solos. Al llegar a nuestro destino voy por el aparato de electroshock mientras Lucifer lo ata a una silla como se lo pedí. Cuando Daniel por fin abre los ojos, está asustado y desconsertado.
-Florence... ¿qué estás haciendo? (lo dice asustado)
-Te regresaré toda la humanidad que me mostraste... (tomo la máquina de electroshock)
Me acerco con las paletas en cada mano, hago presión en sus sienes y veo como se convulsiona en la silla, mientras Lucifer aumenta el voltaje, de repente un odio nace de mí, odio, ira, furia contra él y contra lo que me hizo, retiro las paletas y lo golpeo con el puño hasta que lo hago sangrar por la nariz y la boca, no quiero que se desvanesca, quiero que sienta todo lo que yo sentí. De un golpe con la misma paleta le rompo la mandíbula, introduzco ambas paletas por la boca lo más que puedo, el empieza a querer toser, pero Lucifer vuelve a encender la máquina, repitiendo las convulsiones, echa espuma por la boca. Doy la media vuelta y veo a Lucifer recargado sobre la máquina, viendome fijamente con admiración, con un brillo en sus ojos que no determino que es.
-Es hora de que veas con tus propios ojos de lo que hablaba...nos vemos en le infierno Daniel
En cuanto termino de decirlo, pateo la silla hacia el pequeño estanque, al caer la máquina se va con él, primero el agua se agita por las corrientes eléctricas tan fuertes, pero en cuanto el peso de Daniel hace que la máquina se hunda junto con él, el agua se tranquiliza y el termina en el fondo del estanque, inerte. No pudo decir que me siento del todo complacida, tal ve fue demasiada crueldad, pero solo le regrese lo que él hizo conmigo, ni más ni menos... Cuando volteo Lucifer me sigue viendo maravillado, como si fuera su heroína. Nos quedamos en silencio viendonos, hasta que escuchamos las sirenas. La policía a entrado al edificio. mientras yo me angustio por pensar en como saldremos de aquí, Lucifer se sonríe. Me hace una seña con la cabeza hacia la puerta que da al pasillo principal, avanzamos caminando rápido, las luces están apagadas, sólo quedan los focos rojos de emergencia. Con forme avanzamos escuchamos el ruido de los policías abriendo puertas y marchando por los pasillos. Llegamos al área común, Lucifer con una sola mano abre la puerta y no solo eso, la arranca. Entramos no sin antes ver a los policías que se acercan a nosotros desde el fondo del pasillo. Al entrar al área común empezamos a correr, pero no hay por donde salir, él va delante de mi, voltea y extiende una mano mientras sus alas se despliegan, yo si dudar tomo su mano, cuando llegamos a la ventana el gira su cuerpo un poco hacía mí y rompe el vidrio con el hombro y sus alas, salta por la ventana y yo le sigo tomada de su mano. Nos desplomamos hacia el suelo, él se gira hacía mí, me toma entre sus brazos, con uno me toma por la cintura, aferrandome a él, y con el otro por los hombros, pongo ambas manos en su pecho sin dejar de verlo a la cara. Me sonríe con alegría como si todo fuera un juego, sus alas se extienden totalmente, planeamos no muy separados del piso. Nos detenemos a unos metros de distancia, apoyo los pies en la tierra, en ese momento él me suelta lentamente, estoy algo mareada y con vertigo, pero me siento viva y eufórica, me siento completa, libre... extiendo los brazos y en ese momento empieza a llover. Caigo de rodillas en el pasto y las lágrimas se confunden con la lluvia. Lucifer me ve sin decir nada, me ve con piedad. Enfunda sus alas y se acerca lentamente a mí. Me ofrece una mano para levantarme y yo la acepto.