Desde mi infierno

8

     Terminé de vestirme, la ropa que me trajo Eris no era del todo de mi agrado, un pantalón de piel negro ceñido, una blusa de tirantes roja de lycra super ajustada y unas botas de 15 cm de tacón que me llegan hasta las rodillas. Me veo y me re veo en el espejo, no sé que es peor si los moretones o la vestimenta. No puedo salir así, parezco otra cosa. En eso Lucifer toca la puerta del baño, creo que me he tardado más de lo que él considera.

-¿Todo bien? ¿puedo pasar? (su voz suena seria y está aún preocupado, empieza a girar la perilla)

-¡NO! ¡No pases! ¡No se puede! 

     Intento abalanzarme hacia la puerta para detener que la abra, me da pena salir así, parezco prostituta, pero me resbalo con el agua al mismo tiempo que él abre la puerta, cierro los ojos pensando que voy a azotar como res, vestida así y frente a él ¿puedo pedir algo más vergonzoso que eso?. Pero después de un rato noto que no he caído aún, abro un ojo como para asegurarme de lo que pasó. Estoy en sus abrazos, evitó mi caída, me sujeta del tórax con ambos brazos, mientras me ve divertido, me sonrojo aún más, intento incorporarme yo sola apoyandome de sus brazos, cuando por fin lo consigo me acomodo el cabello, volteo a verlo, tiene las cejas levantadas y una sonrisa en los labios, bien ya vió mi vestimenta y también le dió gracia.

-No pienso salir así (mi voz es seria e intento que suene amenazante)

-Jajajajajajajajajaja pero ¿por qué? te ves.... hermosa (cuando dice la última palabra me ve directamente a los ojos y su mirada se suaviza, como si lo dijera en serio)

-Claro, claro... burlate... ¿cómo voy a salir así?, si van a venir Erick y Tony ¿les podemos encargar ropa descente? ¿por favor? (lo veo suplicante)

-Jajajaja claro, claro... deja le marco a Erick a ver si me contesta, si ya vienen en camino tendrás de irte así (se sigue riendo mientras saca su teléfono y marca) ¿Erick?... ¿aún están allá?... no no... está bien, necesito un favor, necesito que le traigan ropa a Florence... ah... porqué tuvimos sexo salvaje, y bueno... no pude contenerme y rompí toda su ropa con mis garras y mis dientes...  y bueno, la ropa de Eris no le agrada. (Se escuchan los gritos por el teléfono, a Erick no le dió gracia escuchar eso, yo estoy roja como un tomate) Gracias, nos vemos ahorita.

-¿Por qué le dijiste eso? (me cruzo de brazos intentando verme imponente)

-jajajajaja que miedo señorita inquisidor, por favor no me castigue... (se acerca lentamente a mí, midiendo las circunstancias, me empieza a poner nerviosa de nuevo y lo sabe) aunque... si podría acceder y aceptar mi castigo si y sólo si involucra que me castigues en la cama (se muerde un labio)

-Así está bien, puedo estar abajo vestida así, me mimetizaré con mi entorno... (camino rápidamente hacia el ascensor mientras Lucifer me pisa los talones y ríe a carcajadas).

    Ambos entramos al ascensor, él me ve con ternura y alegría, le da mucha gracia ponerme nerviosa. En cuando llegamos al área del club me voy directo a la barra, ahí se encuentra esa maldita diabla que se encargo de mi outfit del día de hoy, la odio. Me siento en la barra y Lucifer se sienta a lado mío, la cantinera se acerca y se recarga en la barra, sonríe de oreja a oreja.

-¿Qué les sirvo? (me guiña un ojo)

-Ropa descente (la veo con odio y rencor)

-Jajajajajaja Eris, en cuanto ella tome la batuta como inquisidor tú serás la primera en desfilar (le dice Lucifer divertido por mi comentario, lo fulmino con la mirada)

-Jajajajajaja habrá valido la pena (se muere de risa la maldita y me sirve un tequila y un vodka a Lucifer)

-ja... ja... ja... (los fulmino a los dos con la mirada mientras me tomo de una sola intención el caballito de tequila)

     Mientras ellos se reían de mi desgracia, veo todo a mi alrededor, también aquí, como en el club de Tony, la mayoría son ángeles y demonios. Ahora los veo sin miedo, ya no tengo miedo, si una terapia de choques no te motiva no se que lo podría hacer. En lo personal, quiero hacer las cosas bien, quiero aprender y hacer lo que tengo que hacer e irme de aquí al paraíso, no suena mal, pero principalmente quiero castigar a los hijos de puta abusivos, ángeles, demonios... sea la presentación que sea, los castigaré. Mientras veo a la masa de cuerpos moviendose al ritmo de la música siento como alguien me abraza por detrás, pone su mejilla junto a la mía, veo como Lucifer de repente deja de sonreír y levanta una ceja viendo fijamente a quien me abraza. Cuando por fin me suelta me da la vuelta, veo a Erick con los ojos llenos de alegría, me vuelve a abrazar.

-Florence... en verdad no sabes la alegría que me da verte viva... (me vuelve a abrazar y yo correspondo al abrazo)

-Sana y salva... algo golpeada... con dos que tres razguños, pero no se puede todo en esta vida. (me asomo por el hombro de Erick y veo quien dice eso, ¿quiín más? Tony)

-¿Eso es para mí? (señalo la maleta que trae cargando, espero que sea mi ropa)

-Toda tuya (extiende su mano dandome la maleta)

-¿Puedo subir a cambiarme? ¿por favor? (veo suplicante a Lucifer, él me sonríe de lado y hace un ademán con su mano dandome a enteder que puedo)

     Salgo despavorida hacia el elevador con la maleta, no llevo ni media hora con estás ropas y ya no las aguanto, Eris se empieza a reír, es obvio que lo hizo adrede, juro que le daré una lección.

//Desde los ojos de Lucifer//

     La veo salir corriendo rumbo al elevador y apretar desesperadamente el botón, es una chica muy interesante. Regreso mi vista hacia las visitas, Eris les ofrece algo de beber pero ellos se niegan, sus rostros se ensombrecen.

-Si lo que nos dijiste por teléfono es cierto, estás en problemas Lucifer (menciona Erick rompiendo el silencio)

-Hice lo que ninguno de ustedes se animó a hacer (Evito sus miradas, me recargo en la barra mientras veo a las personas bailar)




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.