Desde mi infierno

15

//Flashback//

     Estaba caminando sin sentido, no conocía las calles, siempre que salía era de la mano de mis padres, aún estoy en pijama, el cielo se empieza a oscurecer y empieza a tronar, no tarda en llover, no tiene sentido regresar a mi casa, no quiero hacerlo, pero tampoco se a donde ir, se que podría ir con mis tíos, pero no se dónde están, no se como encontrarlos. La gente pasa a mi lado y no hace el intento por ayudarme, sólo me ven pasar con curiosidad. Cuando la primera gota de lluvia toca mi cabeza me quedo sola en la calle, todos corren a buscar refugio menos yo, empiezo a llorar y me quedo sentada enmedio de un callejón a lado de un contenedor de basura. En eso escucho más disparos, me pego aún más a la pared, tengo miedo de que sean los mismos que mataron a mis padres, cubro mis oídos cuando escucho que alguien viene hacía aquí corriendo, cierro mis ojos con fuerza, en eso retumba el sonido de disparos aún más cerca, en el mismo callejón, cuando abro los ojos veo a un hombre desplomarse frente a mí, grito con todas mis fuerzas e intento salir corriendo, una mano me sostiene con fuerza del brazo, me tienen, me han atrapado.

-¡Tranquila! ¡Tranquila criatura! (me toma por ambos brazos y me voltea hacia él) tranquila, no te haré daño.

     Es un hombre como de la edad de mi papá, tiene la piel morena y los ojos verdes, tiene cicatrices en el rostro y su cabello es corto y negro, con algunas canas adornando sus cienes. Me levanta y me carga, con una mano peina mi cabello mojado hacia atrás, en eso se escucha el ruido de sirenas, se acercan patrullas, decide correr conmigo en brazos, entrando por más callejones, sorteando algunos obstáculos hasta que llegamos a una alcantarilla y entramos por ahí, en todo momento me cuida con su cuerpo evitando soltarme o lastimarme, cuando cierra la coladera pasa inmediatamente una patrulla a toda velocidad, él se queda un momento viendo hacia arriba, esperando si algo pasa, pero la patrulla sigue de largo sin detenerse. Empieza a caminar por el canal, el olor a podredumbre me marea, dejo de llorar y pongo mis manos en mi boca, tengo ganas de vomitar.

-Jajajaja tranquila pequeña, te acostumbrarás al olor (me ve con ternura y me da una palmadita en la cabeza)

     De repente se detiene, a ciegas tienta la pared y cuando encuentra lo que buscaba toca tres veces, de una pequeña ventanilla se abre, unos ojos nos ven a ambos, me dan miedo, se escucha como se corren los seguros y cerrojos y se abre la puerta. Al entrar parece que llegamos a una pequeña comunidad, casas sencillas y chicas, carpas en todos lados, los pasillos para transitar son angostos, todos están corriendo de un lado para otro, no encuentro más niños, todos son adultos y algunos empuñan armas. Quién nos abrió esta brazos cruzados a lado nuestro, es una mujer joven, tiene una cicatriz que atraviesa su ojo derecho volviendo opaco su iris y pupila, es de tes morena y tiene rastas que le llegan hasta media espalda, es de complexión delgada, pero se alcanzan a ver marcados sus músculos de los brazos por su playera negra sin mangas, tiene un arma cruzada por la espalda, parece un rifle.

-General... ¿qué traes ahí? (lo dice mientras se asoma para verme) hola nenita (me guiña un ojo y me acaricia la mejilla con su dedo índice)

-La encontré, estaba sola y bajo la lluvia... no pude dejarla ahí (me sonríe con cariño)

-General... ella no va a reemplazarla (lo ve con tristeza)

-Yo se que no y mí idea no es reemplazar a nadie (su semblante cambia, está molesto y la ve duramente)

-Como digas... si sus padres la reclaman ¿qué harás? no puedes quedartela así, tenemos que investigar de donde viene y si es posible regresarla a su familia 

-Ya lo sé... (le da la espalda y emprende el camino)

     Caminamos entre los pasillos, llegamos a una zona donde hay más casas, más grandes, nos paramos frente a una y abre la puerta, me deposita en el suelo mientras el se quita la chamarra y se desarma, yo me quedo viendo todo, parece una casa común y corriente, una mesa con 4 sillas en el centro, unos sillones más a la derecha frente a un mueble que tiene una tele mediana, un radio y unos libros, hay un arco con una barra que separa todo de una como cocina, al otro lado de la mesa hay dos puertas, mientras veo todo con curiosidad no me doy cuenta que él me ve fijamente con una sonrisa en la cara.

-¿Te gusta? es mi hogar, y ahora el tuyo también (extiende sus brazos y empieza a caminar hacia mí) mi nombre es Arthur, me dicen General, ¿tú cómo te llamas? (me pregunta mientras se hinca frente a mí, espera una respuesta, pero obtiene silencio) ¿por qué estabas en la calle?¿Dónde están tus padres? (toca fibras muy sensibles, y las lágrimas brontan de nuevo de mis ojos) No, no, no... no llores pequeña (se apena por hacerme llorar y busca algo con que secar mis lágrimas)

     Cuando tiene la iniciativa de secar mis ojos con las mangas de su camisa, la puerta de entrada se abre de repente, entra una mujer alta, rubia, de ojos castaños, labios rojos y cuerpo esbelto, en verdad es hermosa, se para frente a nosotros y nos ve fijamente con resignación, suspira y se acerca a nosotros.

-Ravena me contó, pero no quise creerle... no tienes perdón Arthur

-Pueblo chico, infierno grande... (se levanta y confronta a la mujer)

-Ella no es Cloe... nunca lo será, no puedes andar recogiendo niñas esperando que llenen el vacío (se cruza de brazos y frunce el ceño)

-Ya lo se... no lo hice por eso, necesitaba un refugio (voltea hacia mí con lástima) Mañana mismo me pongo a buscar a su familia... (lo dice no muy convencido)

-Se que no lo harás... ya mande a Ravena con un equipo a buscar huellas, los mande al callejón donde dejaste al muerto ese... empezarán a buscar su rastro desde ahí antes de que la lluvia lo borre (Arthur voltea a verla indignado)

-Gracias, creo... puedo con esto sólo (le da la espalda)




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