Desde mi infierno

CAPITULO 24: Cold Heritage/ Lacuna Coil

-Es fácil... ¿qué es lo que quiere ahorita? los clavos y a ti, si se los ofreces el te abrirá las puertas (dice Sebastián mientras se toma su trago)

     Estamos en su casa, en la mesa, cuando llegué le platiqué todo lo que había pasado en el club con los chicos, consideró también que la mejor opción es matar a AJ, pero la pregunta es ¿Cómo?. El lugar dónde recide está casi a las afueras de la ciudad, en una pequeña granja al oeste, lo sé por que en algún momento tuvimos que ir allí por un contrato, fue un trabajo que pagaron muy bien, pero su organización y la calidad de personas que están ahí son muy diferentes a nosotros, no por que nosotros seamos mejores, pero ¡carajo! ahí hay pura máquina de matar sin sentimientos. Esa vez recuerdo que toda la misión fue muy incómoda y sobre todo que ellos no se tocan en corazón con los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos, para ellos el trabajo es el trabajo, le pese a quien le pese, lo que me hace pensar que será difícil acercarme lo suficiente o intentar convencerlos de lo contrario, si ya tienen un trato con Yael no será fácil que me de tiempo ni siquiera de hablar.

-Oye... sabes como son, si voy con los clavos me someterán y me secuestrarán sin siquiera darme tiempo de explicar... no funcionará (me recargo en la silla cruzando los brazos)

-Entonces que Sebastián te entregue... (Dice Mara mientras cepilla el cabello de Ana)

-Sería una opción, pero aún queda la otra pregunta... como lo matamos, son muchos y estan armados hasta los dientes...(dice Sebastián ahora poniendo más atención)

-Es humano, hay más formas de matar a un humano que con balas mis niños (nos dice Mara como si nos diera un consejo maternal)

-Hay que envenenar los clavos... (le digo a Sebatián y Mara me sonríe orgullosa)

-Bueno, primeramente no podemos arriesgarnos a darle los clavos originales... tenemos que hacer copias... Má... ¿Crees que Javi quiera hacerlas? (vemos a Mara como pidiendo permiso para salir a jugar)

-No sé, dile.. no creo que se niegue... (nos sonríe y se levanta, se va hacía la cocina)

-Bien, hacemos las copias y después las envenenamos, para que cuando las toque se muera... Ravena es buena haciendo venenos. (le digo a Sebastián terminando de planear todo)

-Solo hay algo que me preocupa... (tuerce la boca) si nos cita en su guarida de seguro te van a golpear y torturar, incluso me pedirán que yo lo haga.. ¿estás lista para eso? (su frente se arruga de la preocupación)

-No tenemos muchas opciones... de hecho tendré que llegar golpeada... (lo veo fijamente)

     Nos quedamos viendo fijamente, es una realidad, no es como que no vaya a poner resistencia si me quieren secuestrar. Creo que tendrán que ponerme una buena golpiza, pero no lo suficientemente fuerte como para que me incapaciten, no sé si tenga que pelear. Pero primero hay que ver lo de las imitaciones de los clavos. Salimos de la casa de Sebastián y nos dirigimos hacia la herrería, tenemos una pequeña herrería para la creación de armas como espadas, katanas, bastones y todo tipo de arma de contacto que podamos ocupar, Javi el papá de Sebastián es el herrero, de hecho su familia lo ha sido por años y lo esperado es que Sebastián y Ana sigan con ese legado. Cada familia aquí tiene su lugar y su función lo que me recuerda que yo era la única heredera del General.

-Y... ¿cómo ha estado todo desde la partida del general? (le pregunto a Sebastián mientras caminamos)

-Tranquilo, por ahora, Mara se ha encargado de calmar las aguas, muchos preguntan si regresarás y tomarás su lugar. (me ve de reojo)

-¿No has pensado en postularte? 

-Aquí no funciona así y lo sabes... además sinceramente no me interesa... (seguimos caminando)

     Llegamos a la herrería, es un lugar amplio, hay armas colgadas en las paredes, aún no están terminadas, encuentras de todo, espadas, dagas, bastones, katanas, ganchos, cualquier cosa que necesitemos para defendernos, más al fondo está la fragua donde se terminan de forjar las armas, el calor nos inunda en cuanto entramos, los hornos siempre están prendidos y todas las máquinas trabajando. Vemos en uno de los hornos a Javi, la edad ha dejado algunas arrugas en su rostro, pero la sonrisa nunca se le quita, siempre a sido muy pasivo y alegre. Cuando voltea a vernos se alegra, deja lo que está haciendo, le encarga a uno de los ayudantes que siga y se dispone a acercarse a nosotros.

-¡Niños! ¿Qué los trae por aquí? (nos brinda una sonrisa cálida y sincera)

-Pá... ¿puedes hacer una copia de esto? (saca de su mochila la corona que tenía en su habitación) es muy importante que se vea idéntica.

     Javi toma la corona y la ve fijamente, cada detalle y cada imperfección, le da vueltas y vueltas, se ve pensativo, la deja en un yunque que está ahí cerca y empieza a buscar en unos sacos, saca unas barras de metal, las ve, las balancea en sus manos como calculando.

-Si, bueno es difícil por que tengo que hacer que se vea viejo, pero si se puede... aunque el ojo experto será difícil engañar. (nos ve con curiosidad) ¿Para qué quieren una copia de esto?

-La usaremos como carnada... (le digo seriamente)

- Y... ¿tambien podrías hacer un clavo, como con los que clavaron a cristo en la cruz? (dice Sebastián como si fuera lo más fácil del mundo)

-Vaya, que específico... (levanta una ceja mientras ve a su hijo)

-¿Es posible? (cuando hablo voltea a verme y suspira)

-Supongo que sí, pero no será fácil sin la muestra 

-Puedo mostrarte unas fotos de las exposiciones en museos, tal vez te des una mejor idea (le propone Sebastián, sabe que no sería fácil pedirle el clavo a Tony)

-Bien, descuida, le pediré a Alfonso que lo haga, denme un par de horas.

     Toma la corona y se adentra en la herrería, Sebastián y yo nos quedamos viendo como se acerca a su ayudante e intercambian palabras. Bien, la primera parte ya esta en proceso ahora tenemos que ir con Ravena para que haga un veneno potente que pueda absorverse por piel y claro, que no tenga una cura fácil. Salimos de la herrería y avanzamos por entre las calles hasta llegar a la casa de Ravena, es una casa sencilla y pequeña, llena de plantas en macetas colgadas por todos lados, árboles medianos en las esquinas, parece como si entraramos a una mini selva. 




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