//Desde los ojos de Florence//
Despertamos todos en la misma cama, claro no como estábamos acomodados, más bien torcidos a nuestro peculiar modo. Yo soy la primera en despertar, me estiro y me salgo de la cama sin hacer ruido. Ya era tiempo de un sueño reparador. Cuando veo tengo un camisón de tirantes color crema. ¿Qué pasó aquí? ¿En qué momento?. Volteó a ver a los demás y también tiene ropa de dormir, recuerdo que nos dormimos con la ropa negra. En eso entran dos nephilim y dejan la ropa doblada de los cuatro en una pequeña mesa a lado de la cama. Me ven, me saludan con una pequeña reverencia y se salen.
Las sigo hacia la puerta, la abro inmediatamente y salgo tras de ellas, pero desaparecieron.
//Desde los ojos de Lucifer//
Estuve toda la noche en uno de los sillones, pensando, valorando si entrar y buscarla o esperar a encontrarmela, la culpa me corroe, en verdad deseo arreglar las cosas y obtener su perdón, no quiero perder lo más hermoso que me ha pasado en la existencia.
Cuando estoy por vaciar de nuevo mi copa escucho que se abre la puerta de su habitación, salen un par de nephilim a toda prisa, con paso rápido y de inmediato se meten en otra puerta. Me quedo sorprendido del servicio de esas niñas. El sonido de la puerta me saca de mi ensoñación, volteó y la veo, con un baby doll de seda con encaje color crema, me quedo con la boca abierta. Se ve hermosa como un ángel, la prenda le queda por arriba de medio muslo dejando ver sus hermosas y torneadas piernas, las cuales tuve el deleite de acariciar. Recordar esos momento me duele como un puñal en el corazón. Me levanto y camino entre las columnas, admirandola, desde su cabello aún alborotado, el tirante que ha caído por su hombro, que deseo con tanto afán de colocarlo en su lugar mientras acarició la piel de su brazo o tal vez simplemente deslizar el otro, deshacerme de su baby doll y tomarla aquí mismo. Noto que ella se pone alerta, empieza a buscar hacia todos lados, sabe de mi presencia y está buscandome.
//Desde los ojos de Florence//
Al principio busco a las nephilim, pero desaparecen como por arte de magia. Camino por el lugar viendo por donde pudieron haberse escabullido, pero de inmediato siento una mirada que me pone la piel de gallina. Cuando camino entre las columnas no veo a nadie, estoy sola, pero siento aún que me observan, sigo buscando, cada vez más alerta. De repente siento alguien atrás de mi, demasiado cerca, volteó rápidamente y es él, Lucifer, a un paso de distancia o menos. Me ve fijamente y sus ojos reflejan dolor, tristeza. Esquivo su mirada, respiró profundamente y paso por un lado de él de vuelta a mi habitación. Creí que me dejaría ir en paz, pero antes de llegar a la puerta siento su mano agarrarme del brazo con gentileza para después oír su voz.
-Florence... Tenemos que hablar... (Giro hacia él y safo mi brazo de su agarre) por favor
-Lucifer... No tenemos nada que hablar... ¿No te paso el mensaje Eris? (Lo veo expresando cansancio)
-Aún sigues molesta ... Y lo entiendo, pero yo no sabía que estabas embarazada, ¿Crees que si no me hubieras dicho desde un principio no lo hubiera dejado todo? Te hubiera raptado y alejado de todo esto para tener a nuestro hijo... (Me dice con un brillo de anhelo en sus ojos) las cosas hubieran sido diferentes... (Da un paso hacia mí) estaríamos juntos... Lejos de todo esto... (Se pone enfrente de mi) cuidaría de ti con recelo... De ti y de nuestro bebé (acomoda un mechón de cabello detrás de mí oreja).
Me toma del rostro con una mano para que lo vea directamente a los ojos, veo arrepentimiento y dolor. En verdad la culpa lo carcome.
-Podemos buscar de nuevo eso... (Me acaricia la mejilla) podría simplemente tomarte en brazos y huir de aquí, simplemente salir sin que nadie lo sepa... Irnos muy lejos para estar juntos, te extraño Florence... Extraño todo de ti, tu piel, tu aliento... (Acerca su rostro y habla a mi oído) extraño hacerte mía... Poseerte... (Sus palabras me erizan la piel y aceleran mi corazón)
//Desde los ojos de Hariel//
-Mariel, ¿podrías simplemente callarte? Se que tienes miedo de que Florence no sea la indicada... Pero confío en ella... (Su alegato desde que salimos del cielo hasta ahora me cansa)
-Es la amante del diablo, ¿crees que no te dejará por él? Incluso es un riesgo como inquisidor... (Me dice aún celosa)
Caminamos hasta el edificio donde se esconde el Covenant, se ve destruido, supongo que será una ilusión, entramos por una puerta roja oxidada y seguimos la alfombra hasta un par de puertas enormes que abren lentamente un par de serafines.
Apenas entramos y lo que vemos me hacer hervir la sangre, Mariel parece contenta de poder echarme en cara que tiene la razón. Nos escondemos detrás de una columna y nos acercamos sigilosamente, necesito ver más de cerca.
Lucifer tiene sujeto el rostro de Florence y le habla al oído, sus palabras me hacen rabiar, ¿Escucho bien? ¿Le propone que se vayan juntos?. Maldito hijo de puta, pero lo que me importa es la reacción de Florence, no se mueve, no lo repele y eso me duele. Siento como mi corazón se estruja.
-Florence... Eres todo lo que deseo, todo lo que amo... Y sé que aún tienes algo de cariño por mi... Por favor... No me sigas lastimando con tu desprecio (la encara y la sujeta del rostro se acerca peligrosamente como queriendo besarla)
Tanto Mariel cómo yo nos quedamos congelados, mirando fijamente la acción, veo como sus labios se acercan lentamente a los labios de ella. La rabia empieza a brotar, intento levantarme y detener todo esto, pero Mariel me detiene.
-Si los detienes nunca sabrás si ella también le sigue queriendo... Abre bien tus ojos mejor... Y graba a detalle lo que estás a punto de ver...
Su voz resuena en mi cabeza, tiene razón, tal vez ella lo quiere besar, quiere regresar a él si yo me meto jamás lo sabré y la traición más adelante puede ser más dolorosa. Así que volteó de nuevo a verlos, el tiempo pasa lento cuando ves algo que duele.