Desde mi interior

CAPITULO DOS: La fiesta

Recuerdo sentirme muy nerviosa, y era obvio, eran muchas cosas juntas que pasaban por mi mente, en primer lugar; estaba por entrar a mi primera fiesta, segundo; me vestí bonita con el fin de llamar la atención del chico que me gusta y si pareciera poco, la persona que más me odia en el planeta tenía que entrar conmigo a la misma fiesta.

Solo una pregunta pasó por mi mente, ella había mencionado que sus amigas la estaban esperando adentro, pero ¿Quiénes eran esas amigas? A caso ¿Yo las conocía?.

Esas dudas me invadían por dentro, pero no me animaba a decirle ni una sola palabra a Zara, ya que se la veía muy furiosa, era más que claro que para ella tampoco era de agrado que yo esté en el mismo lugar al cual ella fue invitada.

Recuerdo ver la puerta de la casa de Dana, era una puerta grande color negro con líneas blancas verticales, me quede tildada viendo, ya que esos eran mis colores preferidos, amaba el negro y el blanco, hasta que la voz de Zara me trajo de vuelta a la realidad.

-¡No lo puedo creer Melania! no logro entender porque vienes al mismo lugar donde estoy yo, tu no estas al nivel, no tienes ese toque el cual nosotras las chicas tenemos.

- ¿Toque? – pregunté.

- Si, toque, eso que atraen a los hombres – contesto Zara.

- Mira Zara – respondí ya cansada- A mí tampoco me agrada venir al mismo lugar al cual tú fuiste invitada, pero no queda más, debemos entrar, ya estamos en el baile, ahora hay que bailar.

- Pues obvio, vamos a entrar, pero escúchame una cosa Melania Cook, si preguntan, tú no me conoces, no me hagas quedar mal al frente de mis amigas, hace mucho no nos vemos y no vas a hacerme pasar un espectáculo en nuestro reencuentro después de casi un año sin vernos.

- Quédate tranquila Zara, adentro, tu no existes para mí, ni yo para ti.

- Perfecto- contestó Zara.

Ambas respiramos profundo para luego animarnos a tocar timbre.. (Suena el timbre) pero nadie contesta, entonces Zara decide abrir girando la perrilla de la puerta y logramos entrar.

Cuando ya estamos adentro, Zara se va para donde estaban LAS FUEGO, y con un abrazo saluda a Briseida, y las demás integrantes, Greta, Zaira, Nicole, Alue y Thelma, también la saludan. Mirando desde lejos no podía creer lo que veía, era claro, ellas se conocían..

Mientras las miraba desde un rincón, Dana viene y me sorprende de atrás diciendo.

- ¡Mel!

Del susto grite, por suerte no se me escucho ya que la música estaba alta. Al darme la vuelta, eran Dana, mi mejor amiga.

- Dana, me asustaste.

- Ay amiga, lo siento mucho, pero vine a buscarte, allá están las demás – contesto Dana.

Ellas se encontraban en el otro ambiente de la casa, que sería el comedor. Cuando vi a Nef me alegre mucho, ya no me sentía rara, pero algo dentro de mi aun me inquietaba, era la presencia de la persona que más me odia, Zara.

- ¡Melania! – Exclamo Neferet y continúo – Sabia que vendrías.

- Hola Nef, si pude venir pero hay algo que debo contarles – contesté.

- ¿Qué pasa? – Susurró Dana.

- Mi peor pesadi... (Interrumpen)

- Amiga de mi alma – exclamó Samira.

- Hola Samira ¿Dónde estabas? – pregunté.

- Fui a la barra a buscar algo para beber – contestó ella.

- ¿Tu no tomas nada Mel? - me preguntó Samira.

- Solo beberé un jugo de naranja – respondí.

- Puf, pues claro – con voz irónica respondió Nef – Si todas somos menores, la única que toma alcohol es Dana pero bueno, ya sabemos que a ella le encantan las fiestas.

- ¿Hay algún problema con eso? – Pregunta Dana y continua – Jamás me emborrache, nunca.

- Chicas, chicas, no es momento para discutir esas cosas – calmando las aguas pregunté - ¿Dónde está la barra para ir por mi jugo?.

- Donde se encuentra la luz azul, allí es – me contestó Nef.

- Ok ¿Me esperan aquí? – pregunté.

- Mel, voy a subir con las chicas mi habitación, pero para cuando vuelvas seguramente ya estemos aquí, porque mira la fila que hay para pedir una bebida – contestó Dana.

- Ok – respondí.

Ellas se fueron y yo me fui acercando a esa luz azul donde se encontraba la barra. Al llegar veo que en verdad era una fila muy larga. Después de casi 5 minutos esperando, me percato que había carteles llegando a la barra donde se entregaban las bebidas que decían, BEBIDAS CON ALCOHOL, FILA DERECHA, BEBIDAS SIN ALCHOL, FILA IZQUIERDA. Así es, estuve haciendo cinco minutos de fila en una donde no tenía que estar, ya que no me gusta beber alcohol, solo mi jugo de naranja.

Me cambie de fila, y solo tres personas estaban adelante mío. De a poco fueron quedando dos personas adelante, y luego una, hasta que algo llamo mi atención, una voz que era imposible olvidar, así es, la que te acabas de imaginar, la voz de Iz. Era el, el chico que estaba al frente mío, rápidamente ya sentía fuego en mis cachetes, estos siempre me delataban.

Él se dio la vuelta y otra vez miro al frente y rápidamente de dio vuelta una vez más para confirmar que era yo.

- ¿Eres Melanie? – preguntó el asombrado.

- Melania con A – contesté.

- Perdón – Contestó sonriendo, y continúo – sí, ¡eres tú! la chica de la biblioteca.

- Si – sonriendo contesté – no pensé que te acordarías de mí.

- ¿Cómo olvidar? El libro del cual me hablaste, llamo mucho mi atención, creo que no deje de pensar en ello.

- ¿En el libro? – pregunté.

- Claro, y por lo que veo no bebes alcohol ¿no?.

- Así es, no me gusta, por eso vine a pedirme un jugo de naranja – contesté.

- ¿Jugo de naranja? – Preguntó Iz – Es mi favorito, yo también pedí lo mismo.

- ¡Que coincidencia! – contesté y añadí – Ah ambos nos gusta el jugo de naranja, a decir verdad el alcohol no me gusta.

- Yo no puedo decirte que no me gusta, pero hay ciertos momentos dónde me gusta beber – dijo Iz.

- ¿Y qué momento serian esos? – pregunté.

- Cuando estoy triste por ejemplo – contestó Iz.




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