Desde mi interior

CAPÍTULO TRES: La feria

Ya era de mañana cuando desperté, por un momento creí que nada había sucedido, pero pasaron apenas unos segundos después de abrir mis ojos para caer nuevamente en la realidad, y si, lastimosamente todo ese mal momento había sucedido, pero había una sola pregunta que rondaba mi cabeza ¿se fueron juntos? Realmente no lo sabía, pero si tenía la forma de saberlo, mis amigas estuvieron presentes en ese momento, ellas eran las únicas en poder sacarme de esta duda, bueno realmente no eran las únicas, Zara también estaba presente.

Como todos los Domingos mis amigas y yo íbamos a la feria del pueblo Lilien a vender manualidades que junto con ellas hacíamos para recaudar dinero para la escuela ya que con eso se compraba libros, tizas, y pizarras. Esa mañana mientras me preparaba para ir a encontrarme con ellas en la plaza Renuevo que quedaba a solo siete cuadras de casa, aparece Zara diciendo. 
- ¡Hermanita!

- Hola Zara – contesté.

- ¿Cómo estás? – preguntó.

- Bien – contesté.

- ¿Segura? – volvió a preguntar Zara.

- Si Zara, estoy bien.

- Sabes que puedes confiar en mi ¿verdad? – y continuo Zara diciendo – Sé que te fuiste triste anoche, además de no esperarme para volver juntas, ese chico no es para ti Melania, ama a otra persona, fuiste su pasatiempo.

-¿Pasatiempo? - pregunté y continúe – no tuve nada con el Zara, no seas charlatana.

- Pues mejor – contestó Zara y agregó – Porque él es de Briseida y te aconsejo que no te interpongas en su camino, ella no va con vueltas, te imaginaras, por algo es una de mis mejores amigas.

- Como digas, me tengo que ir, luego nos vemos – contesté.

- Adiós querida – contestó Zara.

Al salir de la casa esa mañana, mis padrinos aun dormían ya que era su único día para descansar porque ambos trabajaban toda la semana. Mientras caminaba las cuadras para llegar a la plaza, les mando mensaje a mis amigas en un grupo que teníamos en una red social y a los segundos recibo el llamado de Neferet.

- ¡Amiga!

- Hola Nef, buenos días – contesté

- ¿Dónde estás? – preguntó Nef

- Estoy a solo dos cuadras, ya llego – contesté

- Ok, aquí te esperamos, ya armamos el puesto nosotras, solo falta las cosas que tu traes, animo que hoy viene mucha gente con este hermoso día.

- Lose – contesté y continúe – Ya llego.

- ok, adiós.

- Adiós.

Al llegar saludo con un abrazo y un beso a todas, y mientras Dana me ayudaba a quitar todas las cosas que íbamos a vender de adentro de mi bolso, me empezó a preguntar por la noche anterior.

- ¿Cómo te sientes después de lo de anoche? – preguntó Dana.

- No puedo mentirte, eres mi mejor amiga Dana, realmente estoy un poco triste, no sabía nada de que él y Briseida tenían algo, tampoco sabía que Zara era la mejor amiga de Briseida – contesté.

- Lose amiga, me quede toda la noche pensando en cómo te sentías.

- Bueno pero eso ya es tema pasado, hoy no quiero pensar más en eso, quiero concentrarme en la feria y poder vender todo para recaudar fondos para la escuela – contesté.

- Ok, no se habla más del tema. – contestó Dana.

Ya eran las 12:00 pm y la feria abría sus puertas al público, no solo había puestos como el que teníamos nosotras, también había juegos, ventas de comida, dulces, ventas de ropas y juguetes. Recuerdo que vendimos todo lo que teníamos, entre risas y charlas, ellas me hacían olvidar todo ese mal momento que pase la noche anterior, es que realmente no existe nada mejor en el mundo que el estar con tus amigas, porque aunque no son de mi sangre, son parte de mi vida.

Se hicieron las 14:00 pm y a las 16:00 pm cerraba la feria sus puertas, nada podía salir mal, ya habíamos vendido todo, al no tener más nada decidimos cerrar y caminar por la feria a disfrutar un poco de los juegos que esta tenia.

- ¿Vamos a los juegos? – preguntó Nef.

- Esa es una muy buena idea – contestó Dana.

- Yo quiero ir a donde venden comidas – agregó Samira.

- Ok, Ok, las cuatro debemos ponernos de acuerdo - agregué.

- Vamos primero a donde venden dulces, compramos algodón de azúcar y luego vamos a donde ustedes quieras – dijo Samira.

Las tres estuvimos de acuerdo en ir a donde Samira decía. Al llegar a los puestos de dulces, nos compramos algodones de azúcar para las cuatro, Nef eligió un color verde, Dana rosa, Samira un rojo y yo elegí el color celeste ya que este era mi preferido, claro hablo de color, ya que el sabor es el mismo.

Al salir de allí decidimos seguir a Neferet ya que ella quería ir a los juegos, muy entusiasmadas fuimos, porque muy dentro de nosotras queríamos divertirnos, había juegos de todo tipo en esos puestos, pero estaba mi favorito, lanzar aros y tratar de embocarlos, mientras más embocabas, mayor seria el premio, me enamoré de un oso gigante que había allí, era un panda el cual se veía muy tierno, por cierto, yo amo los pandas.

Decidí jugar, pague el precio que costaba la tirada y empecé a lanzar aros, lamentablemente no tuve éxito, después de mí, probo suerte Neferet la cual tampoco tuvo éxito, a esta la siguió Dana y luego Samira, las cuatro sin éxito, ya frustrada dije -Debemos irnos.

- Si, vamos – contestó Samira.

Mientras caminábamos escuchamos una voz diciendo.

- Me da una tirada por favor.

Esa voz, era esa misma voz que me hacía sentir cosquilleo en mi estómago. Al darnos la vuelta las cuatro, lo vemos a él, Izaro Baker, y estaba con el hermano de Dana, Adal Benson.

- Es Izaro – Susurró Samira.

- Si es el- afirmó Dana.

- ¿Qué hacemos? – preguntó Nef.

- Vámonos – contesté.

Al darme la vuelta el hermano de Dana se percató que estábamos allí.

- Hola chicas.

- Hola – contestamos

- ¿Cómo les fue con la venta? – preguntó Adal.

- Bien, muy bien – contestó Samira

En ese momento Adal codea a Izaro y este se voltea a mirarnos.

- Hola chicas, hola Melania – dijo Iz con un gesto de manos y una sonrisa.




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