Esa incertidumbre que sigue ahí.
Que sigue presente.
Capaz de controlar tus acciones.
Capaz de hacer que te alejes.
De querer distanciarte.
De no demostrar.
Ese miedo irracional al querer.
Ese miedo irracional a enamorarse.
Esa filofobia, esa maldita filofobia.
Causándote ataques de ansiedad, cuando sabes que estas a punto de...
Querer a alguien e inclusive de enamorarte.
Y cuando te das cuenta de que estas empezando a querer.
Te alejas.
No hay manera de que regreses.
No hay manera de que te acerques más.
Un poquito más.
Sencillamente, no la hay.
¿Es miedo por salir lastimado?
¿Miedo por pensar que no sería suficiente?
¿Miedo por qué tal vez no sea recíproco?
¿Miedo por qué se aburran fácilmente de ti?
¿Miedo por qué piensas que no te valoraran?
¿Y si ese miedo se debe a qué nunca antes te lo han demostrado?
¿Y si ese miedo se debe a qué nunca antes te han hecho sentir querida?
¿Y si por eso mismo, cuando lo hacen no sabes cómo reaccionar?
¿Por qué es el miedo? ¿Cuál es la causa?
Porque lo has pensado.
Al diablo, me voy a dar una oportunidad.
Pero no lo haces, te detienes.
No te das esa oportunidad.
Por el miedo.
Porque te aterra querer.
Porque te aterra que tal vez ese amor no sea suficiente.
Porque a veces en el amor, nunca nada es suficiente.
O eso es lo que te han hecho creer.