Jacob
17 de enero de 2019.
Pasé todo el entrenamiento pensando en Becca y en sus hermosos ojos, en como haría para dejar toda mi pena, nerviosismo y cobardía atrás.
Debía de enfrentarme a ella y decirle todo, que soy yo el de las notas, que soy yo el de la casa verde, y que definitivamente soy quien la ama y que espero de verdad que todo lo que escribió sea cierto, sumamente cierto y que me ame como lo describió en su libreta.
Al llegar ella no estaba y la nota aún seguía ahí, decidí esperar un momento antes de retirarla y entro a la casa.
Me posicione donde siempre y tan solo en unos minutos ella llegó y cogió la nota y se sentó, la leyó y un atisbo de sonrisa se asoma en sus labios, negó con su cabeza y guardo la nota, pero fue solo eso unos segundos de gloria con su sonrisa.
Ésta vez ella se quedó sin hacer nada, es más hasta ahora noto que no trajo nada consigo, solo miraba hacia todos lados.
Así que de inmediato escribo la siguiente nota.
"Hey Becca, ¿mirando hacia todos lados? Te advierto que así no sabrás quién soy y pues se podría arruinar la sorpresa, te observó del lugar que menos imaginas, aquí tienes la tercera pista. Mis ojos son como mirar un atardecer lluvioso. Pero esto no te puede decir mucho, así que te daré una pista concisa. Son grises. Mi cabello castaño casi rubio como el sol. Asiente si mi pista esta vez sí ha servido”.
Pd: no mires tanto hacia los lados que no puedo ver tus hermosos ojos
Att: Ya no tan anónimo, pero si enamorado.
Fue una nota un poco larga, y ya que no sabía que pista darle. Esa tarde oscureció más rápido de lo debido. Con un par de gritos de fastidio Kathlyn accedió a entregar la nota. Y supe que mi rutina diaria había terminado.