Desde que te conocí amor

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Iliana Miller

Despertar al lado del chico que quieres es una sensación hermosa, él ha estado apoyándome en todo. Desde que lo conocí hubo una conexión, como si fuéramos almas gemelas, nos llevamos bien desde el primer día en el aeropuerto.

Pero algo no me decía, lo noté ayer. Lo olvido cuando su voz, ronca, me hizo erizar la piel.

-Buenos días Sweetie.

-Buenos días Honey.- 

Esto se nos va hacer costumbre... 

-¿Cómo amaneciste flaca? 

-Bien ¿Y tú?

-Bien... ¿Cómo me veo con alas?

-Ya te lo dije, como un murciélago.- reí victoriosamente.

-Hey, no puedo creer que no aceptes que me vería divino con alas.

-Ya quisieras nene.- reímos.

Nos levantamos, Matt fue a ducharse en su habitación y yo me quedé duchando en mi habitación.

Eso suena bien... "mi habitación".

Salí a tomar mi desayuno. Matt preparó cereal con leche, y me preparó un almuerzo para el receso. Muy lindo de su parte. Me demuestra de mil maneras distintas su cariño y aprecio que me tiene.

Dave aparece por el pasillo.

-Buenos días tortolitos.

Lo miré confusa. Noté que Matt lo amenazó con la mirada.

-Buenos días Dave.- dije antes que pase algo.

-¿Cómo durmieron?

-Con los ojos cerrados. ¿Y tú?

-Ja ja qué graciosa Ily.

Matt rió como nunca. 

-No suele reírse con nadie, casi ni conmigo. Chica lo tienes flechado.- me dijo en voz baja Dave.

Logré escuchar unas pocas palabras que salieron de Matt. Dijo algo así como que "me casaré con ella" o talvez fue "me cansaré de ella" o probablemente fue "te pasas Il" no lo sé... no logré escucharlo. 

Sabemos que te encantaría que hubiera dicho la primera opción.

Ay mi conciencia... no sabe lo que dice.

Luego que tomamos el desayuno. Salimos a esperar a Nadia y a Damon. 

Pasaron 5 minutos y no bajaban. Esto ya estaba empezando a ser raro. Ellos suelen ser muy puntuales.

-Será mejor que vaya a verlos.- avisé a Dave y Matt.

Bajé de la camioneta de Matt y fui a buscarlos. Toqué varias veces la puerta y no había nada. Nadie salía. Me estaba empezando a asustar... 

Busqué mis llaves en mi mochila y con éxito abrí la puerta... había platos en la mesa, parecían de ayer, fui a la habitación de Nadia y fue un gran alivio verla dormir. 

La moví y se despertó de un brinco.

-¿Qué pasó?

-Nadia apura que vamos a llegar tarde al campus.

-Oh no.- se levantó y se apresuró a arreglar.

Fui hacer lo mismo con Damon. Me alegró saber que estaban dormidos... ahí, aquí conmigo. En serio me asusté al no saber de ellos.

En 10 minutos ellos estuvieron listos, bajamos y fuimos lo más rápido posible a clases. 

Nuestro profesor de las primeras horas era demasiado estricto, así que no nos dejó pasar. Por el contrario, supimos que Damon logró pasar a clases, al igual que Matt y Dave.

Nosotras fuimos a la banca dónde nos sabemos encontrar a la salida. Ahí estuvimos hablando de lo bien que pasé con Matt. Nadia me molestó con él. Y para mi sorpresa, también nos llamó "tortolitos". 

Una camioneta negra, llega haciendo rechinar las llantas. Se baja alguien que ya conozco y no quiero ver. Charles.

-Iliana.- me grita desde lo lejos y me sacude la mano.

Hago como si no lo hubiera visto, pero él empieza a acercase. Nadia me mira con un rostro de preocupación.

-Hola Iliana.

No le contesté y él no esperó a que le conteste el saludo. Así que siguió.

-Iliana toma, lee... es algo importante. Es una parte de la carta, es la parte que falta. Tu madre está enferma pero no creo que te interesa hablar conmigo, será mejor que me vaya.

Y lo logró, por supuesto que ahora sí obtuvo mi total atención.

-¡Aguarda! Dime qué tiene mi madre. Y cuéntame sobre la carta... o buena esta parte de la carta. 

-Te lo contaré. Pero necesito hablar a solas contigo. Así que- empezó a alejarse de mí y se empezó a subir a esa camioneta negra. -ven conmigo.

Me despedí de Nadia, le di mi almuerzo... el que Matt me lo preparó, también le dije que me cubriera y me ayudara justificando mi falta. Ella, atónita, asintió y me dedicó una sonrisa triste.

Subí a la camioneta de Charles, en el asiento del copiloto. Suponía que había tomado una buena decisión, para así conocer toda la verdad. Además, él sabía que cada viernes me llamaban a amenazar. Me pregunto si sabrá que ahora, cada viernes me llega una caja con cosas raras... amenazándome igual.

-¿No se supone que deberías estar en clases?- preguntó mirándome con cierta intriga.

-Sí...

-¿Ahora eres rebelde?- rió de lado.

-Charles. Por favor.

-Está bien. 

No dijo nada más y encendió la camioneta.

-¿A dónde vamos?

No me respondió. Me enoja que Charles haga ese tipo cosas... 

No lo aguantas.

Condujo por 30 minutos, estábamos a las afueras de Loch... 

-Bien, llegamos.

No había ni casas. Y yo que acepté venir.

-¿Por qué estamos tan lejos?

-No quiero que nadie nos vea. Tranquila que no te haré nada. Yo no maté a tu padre.

Mi corazón se paralizó. ¿Por qué lo dijo así? Sólo lo soltó como si nada.

-Bien, como digas. Ahora habla.

-Iliana cuando fuiste al pueblo... viste a tu madre y sabes perfectamente que no estaba bien. Ahora está mucho peor y eso que no ha pasado mucho tiempo. Sé que fue a vivir en una casa del lago, hoy me lo contó cuando la vi en el supermercado caminando buscando comida. También me pidió que le consiguiera unas medicinas que en el pueblo no hay. Por eso estoy aquí. Iliana, me preocupa tu madre. 

-¿Medicinas? ¿Por qué te lo dijo a ti? 

-Dijo que no quería preocuparte...

-Ay mi querida madre.- hice una pausa para tomar aire. -Ahora... cuéntame sobre la carta.



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En el texto hay: misterio, juvenil, amor

Editado: 16.12.2021

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