Desde que te conocí amor

14. Sin aliento

Abro los ojos y Nadia aún sigue dormida a mi lado. Agradezco que ella ha estado en mis peores momentos. 

Me levanto cuidadosamente de la cama, son las 5 de la mañana, casi no he dormido. He llorado tanto que mis ojos me arden, mi cabeza me duele como nunca, y me siento agotada. Definitivamente tengo que hacer algo por mí. 

Me dirigí al baño y empecé por limpiarme la cara, mientras miles de pensamientos hacen que mi cabeza retumbe y palpite.

Estaba enojada con Matthew por no haberme dicho que tenía las fotografías. 

Ahora que lo pienso, no estoy completamente segura del por qué lloré tanto. Se juntaron tantas cosas dolorosas a la vez, la tristeza por mi padre, el enojo con Matthew y la desesperación al no saber que debo hacer ahora. 

Lo único que tengo en claro es que no puedo confiar en nadie. Después de que Matthew me haya fallado así, cuando volvía a sentir algo por alguien que no sea mi familia, después de abrir mi corazón. No así. No debí creer en todo lo que me dijo. No sé si estuvo bien contarle lo que me sucedió, prácticamente, le conté todo sobre mí, mi vida. Él sabía que no me debía ocultar nada sobre lo que sepa sobre mí, sobre todo esa carta. Habíamos creado esa confianza de contarnos las cosas... aunque Matthew casi no hablaba sobre su propia vida.

¡Agh! 

Por otra parte, entiendo completamente a mi mejor amiga, ella no me lo contó porque es algo delicado, porque al final eran sus padres a quienes los perdió en su niñez. 

Algo muy doloroso.

Sin embargo, mi enojo con Matthew no se iba a desvanecer de la nada. Debía avisarme y pasarme esas fotos. Además, ni siquiera entiendo por qué mamá le pasó a Matthew y no a mí. ¿Acaso no tiene mi número? ¿No confían en mí? ¿Cómo sabia eso Charles?

Bien. Estaba molesta.

Terminé de arreglarme, salí del baño y desperté a Nadia; ambas fuimos a la cocina, preparamos el desayuno. Después de un corto momento, Damon salió de su habitación ya vestido, tomó su desayuno y le comentamos que esta vez iremos sólo los tres al campus, él entendió y aceptó. 

Salimos al campus caminando porque yo no pensaba aceptar nada de Matthew y Dave. Es más, debo regresar las llaves de su departamento.

Llegamos más pronto de lo habitual, y para nuestra sorpresa nos encontramos con Charles.

-Nena ¿Qué pasó?

-No me llames así.

-Como digas nena.- me guiña un ojo.

Es un molestoso.

-Charles no la molestes.- dijo Damon mostrándose frío. 

-Bien. Pero... ¿Estás bien Iliana? ¿Alguien te hizo daño?- lo dijo hasta como en tono de burla.

-Estoy bien.- giré los ojos.

-No lo estás nena. Déjame adivinar. ¿Tu querido Matthew no te cuenta todo?

Sarcasmo.

-Deja de molestar.- advirtió Damon.

-Calma. Sólo quiero saberlo.

-No pasó nada que te importe.

-Iliana, aún sé más cosas que creo que te interesan saber.

-Ah ¿Sí? No me interesa nada Charles. Ahora piérdete de mi vista y de mi vida. 

Nadia y Damon empezaron a caminar hacia la cafetería y yo iba detrás de ellos hasta que en un descuido Charles me arrebata mi celular, se lo intenté quitar, pero no pude, me lo devolvió y me guiño un ojo.

-Mi número por si me necesitas.- sonrió triunfante, devolviéndome el celular.

-Te aseguro que no te necesito.- giré los ojos y seguí caminando donde estaban Nadia y Damon.

-Espera Iliana.

Me detuve y lo regresé a ver. -¿Qué?

-Toma.- me extendió su mano ofreciéndome una gafas negras. -Las vas a necesitar más que yo, a menos que...

-¿Qué?- lo miré con cierta intriga, después de todo, estaba con los ojos hinchados y rojos. 

-A menos que me acompañes.

-¿Y me salte más clases?- fruncí el cejo.

Se encoje de hombros.- Bueno, te lo decía para poder seguir hablando...

-Bien.

-¿Vienes conmigo?

-Sí.

Lo sé, mala decisión...

Lo seguí a su camioneta, esta vez me llevó a una casa que estaba a media hora del campus. 

-¿Te gusta mi casa?

¿Su casa? 

-No vinimos para que me presumas tu casa.- giré los ojos.- Vine para que me aclares lo que pasó entre tú y ella.

No estaba segura de querer saber qué fue lo que pasó entre ellos... pero lo único que sabía era que se besaron porque Nadia los vio, solo faltaba que me lo confirmara.

-Lo sé, pero tenemos tiempo. Igual... este día creo que no entrarás a clases con esa cara que traes y con los ojos hinchados.

No dije nada. ¿En serio me veo tan mal?

-Iliana lo que pasó entre Maddy y yo fue... pasajero. Fue algo que no debió pasar. Ella me besó, yo no hice nada, intenté alejarla, pero me dejé llevar. Lo siento mucho. Iliana te he extrañado más de lo que debo. Me siento vacío sin ti. 

Me quedé sin aliento al escuchar eso. -Charles ya te he dicho que éramos unos niños sin saber qué es amar. Da igual.

-Lo que me preocupó fue lo que ella me contó luego del beso...

-¿Qué?

-Ella se avergonzó cuando vio a Nadia del otro lado. Dijo que lo lamentaba pero que no podía hacer mucho al respecto, que sólo cumplía lo que le mandaban hacer. 

-¿Alguien la mandó?

-Sí... decidí ayudarla para que no sospecharan que ella me lo contó porque su familia estaba siendo amenazada si contaba algo. Así que la ayudé en lo que pude, claro que te lastimé. Juro que no quería hacerlo... pero creo que no tuve opción, ni tiempo para poder explicártelo. 

-Oh- no sabía ni qué decirle. Esto fue muy impactante.

-Hablé con tu padre por teléfono para que nos ayudara en este caso, aunque sabía perfectamente que él tenía más trabajo que atender siendo un agente encubierto. Confié en él porque tenía gran influencia en la policía del pueblo. 

-¿Un agente encubierto? 

-Oh Ily ¿No lo sabías?

-Pues papá no nos contaba eso... sólo decía que iba a una empresa a trabajar. Claro, ahora entiendo de dónde salió tanta gente en su funeral.



#4409 en Novela romántica
#478 en Thriller
#232 en Misterio

En el texto hay: misterio, juvenil, amor

Editado: 16.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.