0. Preámbulo.

PREÁMBULO

≫ ──── ≪•◦ ★♡✸♡★ ◦•≫ ──── ≪

Nunca creí posible que Rachel y yo nos distanciáramos. Pero algunas cosas pueden hacerte cambiar de perspectiva y hacerte entender que no todo es para siempre.

De eso me di cuenta el día de la fiesta de Tyler Dawson, en los viejos calabozos del campus: Cuando vi a mi mejor amiga con el hermano quarterback de Rebecca.

Esa noche llegué a creer que Rach necesitaba mi ayuda, pero no era así.

La había visto correr por detrás del campus en dirección al famoso Granero de los Sustos después de una situación embarazosa con Rebecca y el grupo de su hermano y la seguí.

Quería ver cómo estaba y estar con ella. Pero para mi horror, Rachel no estaba sola: Detrás de unas pacas de heno estaba frente a Andrew Williams y segundos después los dos entrelazaron sus labios en un beso enfermizo.

En ese momento me di cuenta de que lo que nos había unido nos estaba separando: ¡Rachel le había elegido a él antes que a mí y yo estaba realmente dolida!

¡Rach me había abandonado por la bruja que siempre se reía de nosotras y por el idiota de su hermano que en muchas ocasiones nos había hecho sentir como un bicho raro!

≫ ──── ≪•◦ ★♡✸♡★ ◦•≫ ──── ≪

Era sábado por la noche y estaba en casa, sentada delante del portátil. Acababa de ver el último episodio de The Vampire Diaries y me apetecía pasar una noche tranquila en la cama, antes de que terminara el verano.

Pero entonces mi mejor amiga me llamó: quería salir conmigo.

Al principio me negué, pero ella insistió en que sería divertido. Así que, en contra de mi buen juicio, fuimos a una fiesta en los antiguos calabozos del campus, donde estaba todo el instituto.

Nunca me habían gustado mucho las fiestas, pero como ella estaba tan entusiasmada, acepté ir. No quería que pensara que era una aguafiestas o algo así, así que me limité a asentir con la cabeza mientras ella hablaba de lo genial que iba a ser todo.

Supe que era un error en cuanto vi el sitio. El nivel de ruido era alto y en el ambiente se percibía un claro olor a alcohol y hormonas.

"Rachel", le dije, "tenemos que irnos". Me respondió con una sonrisa.

"Pero podemos hacer que esto sea divertido", replicó. "Es el último año; ¿no quieres que nos recuerden como las chicas que se divirtieron?". Hizo una pausa antes de continuar: "Por favor..."

Si hubiera sabido lo que venía a continuación, le habría dado la espalda y me habría ido a casa, pero en lugar de eso me dejé arrastrar por ella hacia un grupo de chicos que jugaba beer pong. Eran de tercer año y nos estaban invitando a jugar con ellos.

Negué con la cabeza y me aparté, pero Rachel volvió a tirar de mí hacia ellos y allí estuve cerca de una hora, dando victorias a todos mis oponentes. Era malísima en este juego y estaba muy borracha. Empezaba a ver borroso y Rachel había desaparecido.

Entonces uno de ellos me agarró por detrás y me susurró: "Vamos a otro sitio". Su aliento olía a alcohol mezclado con chicle de menta; me dio arcadas mientras se inclinaba lo suficiente como para que sintiera su aliento caliente en mi cuello.

Como pude, salí corriendo del lugar. Aunque había llamado la atención del grupo de Rebecca, que ahora me miraban estupefactos, como si no pudieran creer lo que tenían delante de los ojos.

"Si buscas a Rachel, se fue por ahí...". Señalaron, mientras reanudaron su conversación. No sabía por qué me estaban ayudando. Cuando miré hacia donde Rebecca y sus amigas habían señalado, pude ver a una chica pelirroja que se dirigía hacia el Granero de los Sustos.

Era Rachel y tenía los ojos rojos e hinchados. No me lo pensé dos veces y corrí tras ella. Le había pasado algo y me necesitaba.

Pero antes de que pudiera decir una palabra, oí susurros. Estaba hablando con alguien a quien no podía identificar. Podía oírles hablar, pero las palabras estaban amortiguadas por el viento y por el alcohol que corría por mis venas.

"Entiéndelo, esto no es fácil para mí.... Dame más tiempo para hablarlo con ella..."

Me quedé congelada en el sitio, como si estuviera esperando a que pasara algo más. Algún tipo de señal que me ayudara a entender lo que pasaba por la cabeza de mi mejor amiga en ese momento. Tardé dos segundos en darme cuenta de a quién pertenecía la otra voz.

¡Era la voz de Andrew Williams! El estómago me dio un vuelco al escuchar su nombre salir así de la boca de Rachel... ¡como si de verdad le importaran sus sentimientos o algo así!

Mis ojos se abrieron de par en par. Esto era un problema.

Rachel y Andrew habían estado hablando de mí, pero no sabían que yo podía oírlos. Se estaban besando y hablaban de mí como si fuera un juguete. Pensaban que yo no entendía lo que pasaba entre ellos, pero se equivocaban.

Respiré hondo y me dirigí hacia donde estaban.

"¿Qué haces aquí?", me preguntó como si nada hubiera pasado entre nosotras esa noche... como si no nos conociéramos... como si no me hubiera abandonado con unos borrachos.

"Nada", dije sinceramente.... "Sólo quería asegurarme de que estabas bien, pero ya veo la buena compañía que tienes".

Miré a Andrew, que me miró con desconfianza y luego de nuevo a Rachel. Me sonrió débilmente, pero me di cuenta de que estaba ocultando sus verdaderos sentimientos.

Sabía con exactitud lo que estaba pensando: "Ahora lo sabe todo". Tal vez pensó que una vez que me trajera a la fiesta, lo entendería... Pero también en eso se equivocaba.