18. ¿Tuviste algo que ver con esto?

CAPÍTULO XVIII

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Más tarde Stephen, Jones, Rose y yo estábamos en el despacho de la directora, alguien había grabado la pelea y le había informado de nuestra situación.

Estaba sudando la gota gorda. Aquel era un lugar muy intimidante y lo único que quería era salir de allí. Nunca me había encontrado en una situación como esta, y menos a pocos días del final del curso escolar. ¿Y si no me permitían graduarme? ¿Y si nos expulsaban a todos?

"¿Alguno de ustedes quiere explicarme qué está pasando?", nos preguntó. Miré a los demás por el rabillo del ojo y me di cuenta de que no era la única a la que se le caía la cara de vergüenza.

"Esto que han presenciado todos los estudiantes del campus es muy serio". La Sra. Miller me miró como si no supiera qué pensar de mí y siguió hablando de lo grave que era, ¡que incluso había acusaciones de actividad sexual!

Se frotó la cien mientras se apoyaba en el escritorio. "¿Fue al menos consentido? Por el amor de Dios, ¡son menores de edad!".

Observé como Rose se miraba los pies y jugaba con sus manos carcomida por el nerviosismo.

"No hubo sexo. Yo exageré todo y actué de forma irracional", intervino Jones. Me sorprendió la tranquilidad con la que había hablado y que hubiese metido las manos al fuego por todos nosotros. ¿Por qué lo estaba haciendo?

"Jones, vete", continuó ella, "Ya he hablado con tus padres". Él abrió los ojos tanto como pudo y se giró para mirarme por un microsegundo: ¿qué harían sus padres si supieran que se había metido en una pelea por una chica que no era Rebecca? Estaba claro que Jones les tenía mucho respeto y tal vez incluso un poco de miedo.

La Sra. Miller caminó hacia nosotros, rodeándonos como un animal en una jaula. Sentí que me iba a desmayar por la presión, y ahora que Jones se había ido, Stephen había quedado de pie en medio de Rose y de mí.

"En cuanto a ustedes tres..." Hizo una pausa por un momento antes de continuar: "Aunque lo consideré con mucho cuidado, no los voy a expulsar", suspiré con alivio. "Pero hay algo importante que me gustaría que hicieran juntos", dijo poniendo sus manos en su barbilla. 

"¿Qué es?" preguntó Rose.

"Ustedes tres estarán a cargo del staff del baile este año". 

La miré con la boca abierta. ¿Qué? 

Stephen, que había permanecido en silencio desde que entró en la oficina, habló en tono enojado: "¿Y Jones? ¿Se escapa de los problemas así como así?". 

Debe ser por la influencia de sus padres adinerados; pensé pero no dije nada.

La directora dejó escapar un profundo suspiro y dijo: "Hasta donde yo sé... fuiste tú quien comenzó la pelea... Tienes suerte de que sus padres no hayan presentado cargos en tu contra". El rostro de Stephen se puso rojo de ira mientras Rose miraba hacia el suelo.

¿En qué nos había metido?

"Sra. Miller, todo fue mi culpa. Yo soy la que debería pagar los platos rotos", protesté.

"Señorita Walker, todos ustedes son responsables de sus acciones".

"¡Pero Rose no hizo nada! Fuimos Stephen y yo quienes traicionamos su confianza".

"No me importa si Rose no hizo nada. Sea lo que sea que esté pasando entre ustedes, en el baile tendrán mucho tiempo para solucionarlo", intervino, haciéndonos firmar un documento de responsabilidades y enviándonos a nuestras habitaciones.

"Alice, la santa, la redimida", murmuró Rose entre dientes mientras salíamos apresuradamente del despacho de la directora.

"Rose, dejé a mi mejor amigo atrás por ti", le dije con tristeza. 

"¿Y debería aplaudirte por eso? ¿Realmente me hizo menos daño que si te hubieras quedado?" se rió de mí con desdén. 

Con voz tensa: "Entre él y yo no pasó nada", suspiré profundamente.

"¡Porque Jones los detuvo! ¡Sino habría pasado de todo y lo saben!" dijo antes de irse con Abigail que la estaba esperando afuera.

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"Stephen... ¿Por qué hiciste eso?", lo alcancé; estaba yendo hacia nuestro lugar en el campus.

"Por ti... Sabes que lo haría de nuevo". Escupió con ira.

"¿Y Rose? ¿Qué pasa con Rose?". Susurré.

"Creo que ella ya no quiere tener nada que ver conmigo", dijo, poniendo sus manos en sus bolsillos. "Y no la culpo, debería haber sido honesto acerca de lo mucho que me gustas".

¿Stephen dijo esto en voz alta? ¿A mi cara?

"Stephen... Yo no lo entiendo... Yo", traté de decir, pero me interrumpió acercándose y acortando la distancia entre nosotros. Stephen puso sus manos en mis caderas y comenzó a besarme.

Mi corazón se aceleró. Nunca antes había estado tan cerca de él, y ahora me estaba besando.

"Stephen, ¿qué estás haciendo?" Le pregunté, tratando de no dejar ver lo conmocionada que estaba.

"Voy a ser honesto contigo, Alice", dijo. "Realmente me gustas."

Sentí que el corazón se me iba a salir del pecho, pero traté de no demostrarlo.

"¿Sientes lo mismo?" susurró mientras me besaba de nuevo, esta vez con fuerza y ​​agresividad, su lengua explorando mi boca. Pero a pesar de que quería responder de la misma manera, sus besos no enviaron un hormigueo por todo mi cuerpo como lo hizo Jones.

No pude corresponderle y solo me alejé. "No. Tal vez solo estamos confundiendo lo que sentimos el uno por el otro".

"Eso pensé", dijo, pateando una piedra. "Estás enamorada de Jones", espetó sin darse la vuelta ni responder de ninguna manera después de esa declaración.