20. Nunca los olvidaré, chicos.

CAPÍTULO XX

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Era bien pasada la medianoche cuando Jones y yo finalmente dejamos de besarnos y acariciarnos. Cuando se separó me dijo: "Probablemente deberíamos vestirnos", antes de darme otro beso.

Hace hora y media no nos reportábamos con los demás.

Asentí sonrojada, mi corazón aún latía con fuerza en mis oídos. Nos arreglamos, luego salimos del dormitorio con cuidado y nos reunimos con los otros chicos y chicas hablando como si nada hubiera pasado.

Antes de dejarme para ir a la mesa de ponche y coger algo para las dos, Jones me susurró: "Mañana en la graduación quiero verte usar mi vestido".

Me encontré con una sonrisa pegada en mi cara, no podía creer lo bien que él me hacía sentir. Mi mirada chocó con la de Stacey y Mack que se acercaban a donde yo estaba.

"¿Qué cuentas?" preguntó Stacey, con una mirada traviesa.

"No mucho", dije lo más despreocupadamente que pude, "¿Cómo están chicas?".

"Estamos bien", dijo Mack, sonriéndome con complicidad. "Pero algo huele... interesante". Respiró hondo por la nariz y la arrugó divertido. "¡Huele a sexo!"

"¡Oh, no!" jadeé involuntariamente. "¿Segura?"

¿Acaso eso tenía olor?

"No", respondió riendo junto con Stacey, "Pero ahora tienes que contárnoslo todo".

Mierda. Debería haberlo sabido.

Les conté por encima sin reparar en los detalles jugosos que ambas querían; Stacey me abucheó: "¡Buh! Le quitas la diversión a la vida".

Mack al contrario me sonrió y me dijo que le gustaba verme así; feliz. Que tenía un brillo que antes no había visto.

Supuse que eso era algo bueno así que sonreí y extendí los brazos para que nos abrazáramos. Las iba a extrañar un montón. Las dos se habían convertido en personas importantes en mi vida y no sabía cómo continuaría sin ellas.

Nos quedamos así durante unos minutos hasta que Rachel y Stephen nos interrumpieron: ¿Podemos robarnos a Alice por un segundo? Busqué la mirada de Rose y la vi sonreírme en aprobación, entonces me alejé con los dos.

Estábamos los tres de pie, mirándonos unos a otros. Era como si no supiéramos qué decir o cómo comportarnos.

"Aquí estamos de nuevo", dijo Stephen. "Como si no hubiera pasado el tiempo".

Los miré a ambos y sonreí. Tenían razón, parecía que no había pasado el tiempo desde la última vez que estuvimos juntos. "Supongo que sí", les dije.

No podía olvidar lo que Rachel me había hecho pero podía perdonarla y dejar atrás todo lo malo. Ahora mismo eran más las cosas buenas que nos unían de nuevo que las malas que nos separaban.

Las lágrimas corrían por mi cara mientras miraba fijamente a las dos personas que tenía delante. Los tres habíamos pasado por muchas cosas juntos, y todo ello nos había cambiado de un modo que nunca esperamos.

Me acerqué a ellos y nos abrazamos.

"Nunca los olvidaré, chicos", susurré. "A pesar de toda la mierda que hemos pasado".

Los dos me apretaron más fuerte y me dijeron que me querían.

Nos quedamos un rato poniéndonos al corriente. Stephen intervino diciendo: "¿Saben qué? Deberíamos hacer un viaje con nuestras parejas... Antes de irnos a la universidad".

Le sonreí y le contesté: "Me parece una idea estupenda. ¿Cuándo quieres irte?". Nos dijo que aún no lo sabía, pero que teníamos tiempo para concretar todos los detalles con los demás. Rachel dijo que movería cielo y tierra para que Andrew aceptara.

Vi cómo Mackenzie y Stacey exigían su cupo para ir juntas, ya que no tenían parejas.

Todos nos reímos y comenzamos a caminar hacia Brittany, Andrew y Samantha que nos esperaban en el campus a escondidas de los prefectos con otros estudiantes. Nos metimos en el bosque con ellos, en dirección hacia el Granero de los Sustos una última vez con la esperanza de que nuestros caminos algún día se volvieran a unir.

Sentí a Jones rodearme la espalda y darme un beso en el cuello. Me giré hacia él, me puse de puntas y lo besé en los labios aprovechando estas últimas horas que nos quedaban antes de saber lo que nos depararía el futuro.

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Stacey, Mackenzie y yo estábamos desalojando nuestras habitaciones cuando nos llegó el correo con nuestros promedios y la confirmación de nuestra ceremonia de grado.

Me sorprendió ver mi nota media: Había sacado un 9,5 en la definitiva. Al profesor Joel le había encantado mi trabajo y me había puesto un 10, lo que sin duda me había ayudado.

A su vez Stacey y Mackenzie habían sacado sobresalientes y ya estaban solicitando plaza en sus universidades: irían juntas a Brown, en Providence. Yo, por mi parte, podía asistir con ellas o podía ir a la Universidad de Nueva York, en la Gran Manzana, uno de mis sueños desde niña.

Se me encogía el corazón porque, aunque podría ser una decisión fácil, estar sin Stacey y Mackenzie iba a doler, al igual que estar lejos de Jones, sobre todo ahora que empezábamos a salir y a plantearnos tener una relación a distancia.

Lo de Rebecca le había costado la confianza con sus padres, así que lo de la universidad no era negociable.

Tomé todas mis cosas y salí de nuestro dormitorio junto a mis amigas, antes de marcharnos nos dimos la vuelta para ver esa puerta una última vez pensando en que nunca más volveríamos a vivir experiencias como las que habíamos vivido allí. Nos abrazamos y cada una avanzó hacia el aparcamiento en donde nos estaban esperando nuestros padres para llevarnos a casa.