Los cumpleaños son tan banales, no sé por qué se esfuerzan tanto en festejarlo, si solo nos recuerdan lo frágil que es la vida.
Pero… Entiendo ahora mejor a lo que se refería…
Aun así, no puedo evitar sentirme tan ajeno a esta celebración.
Prefiero quedarme en mi templo como es costumbre, pero…
Estoy aquí con los demás de mi edad… Según entrenando, porque la verdad esto no me agrada y decido meditar, ignorando así las peticiones de que me integrara aunque fuera este día.
¿Qué tenía de especial?
Es mi cumpleaños… Pero de verdad… No quiero estar haciendo estas tonterías.
Sin embargo Aioros y Saga me obligan a convivir con los demás.
No me desagradan por competo, pero me gusta la soledad, no necesito de nadie.
Me han dicho que mínimo trate de hacer algo más que estar aislado, es mi día especial.
¿Día especial?
¿Qué tiene de especial?
Solo es un año más desde que nací, ni siquiera lo considero la gran cosa.
Y me han dicho que después del entrenamiento, me darán un pastel y solo trate de no matar a nadie hasta entonces.
No prometo nada, solo no me molesten.
Aioria trata de hablar conmigo, pero solo le contestó con un sí o no.
Es mejor que solo asentir o negar con mi cabeza.
Aldebarán me dio un montón de fruta, sabe que me gustan. Le agradecí educadamente.
Le quería preguntar quién le había dicho algo así, pero conozco la respuesta.
Milo y Camus, felicitaron.
Creo que Acuario entiende mi forma de pensar, pero no puede nunca estar solo porque Escorpión lo molesta a cada rato con su compañía.
Debe ser molesto que alguien este siempre queriendo estar a tu lado cuando deseas estar solo.
Cáncer, Capricornio y Piscis me feliciten aunque Saga y Aioros los obligaron y que no me hicieran ninguna broma en este día.
-¿Por qué hacen esto?-
-Cierto… El patriarca se los encargo…- Apretó mis labios con algo de enfado –No se encuentra en el santuario desde hace unos días, no estaría mal… Para mi es igual estando o no-
Me quedo un momento callado, mientras camino hacia el comedor comunitario, allí me están esperando con un pastel que ni siquiera me interesa probar.
Verlos sonriéndome, sé que están forzándose, casi no nos conocemos aunque tenga gran parte de mi vida aquí.
Cumplo siete este día, pero no me gusta estar cerca de los demás.
Una rebanada de pan, con un sabor a vainilla, y una cobertura de un color blanco.
No sabe mal, pero no quiero estar aquí.
Solo pido que se acabe este día lo más rápido posible.
Se dieron cuenta de mi descontento, así que se ha concluido esta tontería.
Por fin puedo volver a Virgo, y olvidarme de todo lo que representa este día.
¿Por qué no pueden dejarme solo?
Entiendan que no quiero a nadie conmigo.
-¿Estás seguro de eso?-
-Sí, lo estoy maestro-
-Entonces ¿Por qué tu corazón dice lo contrario?-
-¿Lo contrario?-
Titubeo un poco.
De verdad quiero estar solo, y lo estaré siempre, me gusta esto… Pero…
-¿Deseaste algo?-
-No le entiendo, maestro-
-Cuando estabas delante de ese pastel, tu corazón pidió algo muy importante para ti-
-¿Pedí algo?-
Recuerdo ene se momento las palabras que no quería escuchar de Aioros.
-Al soplar las velas, debes pedir un deseo y veras que se volverla realidad-
Estaba sonriendo, quería hacerme sonreír o emocionar, pero nada de eso funciona conmigo.
-¿Qué pedí?-
No obtuve respuesta, el gran maestro Buda… Me ha dejado en mi soledad como es costumbre.
Estando en mi posición de flor de loto, mis ojos siempre se mantienen cerrados por precaución de los demás.
Suspire resignado, es verdad desee algo…
Que se… Perfectamente no se cumplirá, no hoy.
-¿Por qué te tuvieron que llevar a Jamir?- Suspiro cansado.
Eso era lo que quiera, aunque lo negara siempre.
Quería estar al lado de la única persona con la que logre entablar una pequeña amistad, él único que se acerca a mí, pero no a molestar como los demás.
Me acompaña en mis meditaciones, me cuenta historias y como le fue en el día.
Yo solo escuchó, me parece agradable su voz, pero nunca lo voy a admitir…
Le puedo contestar algo cortante y no se ofende.
Pero… ¿Por qué justo en esta semana tuvo que irse?
-Creo que es un destino bastante cruel-
-No puedo hacer nada al respecto-
-Pero… Porque en mi cumpleaños no puedo estar contigo, Mu-
No sé cuánto paso, la noche llego y el di de mi cumpleaños está a media a poco tiempo de acabarse.
-Sé que eso es una gran mentira- Estoy a punto de ir a dormir, estoy muy cansado por las tonterías de ellos.
Antes de ir a mis aposentos, siento un cosmos muy familiar, incluso me sorprende… No puedo creerlo.
Escucho sus pasos apresurados, ¿Que hace aquí? ¿Es por mí?
-¡¡¡SHAKA!!!- Lo veo correr hasta mí, esta algo agitado y sus ropas presentan manchas de harina… Creo que es eso.
-¿Mu?- Me detengo a contemplarlo.
Mientras apoya sus manos en las rodillas, tratando de recuperar su aliento.
Al verlo así, no puedo creer que ese mito extraño que Aioros me conto, sea verdad. Estuve apuntó de abrir mis ojos, pero me mantengo tan calmado.
Al recuperarse, levanta su rostro, y me dedica una sonrisa.
¿Qué estaba haciendo para que su cara este así de sucia?
-Feliz cumpleaños- Me felicita y me da un abrazo.
Si hubiera sido cualquiera, lo apartaría por osar mancharme con cualquier cosa, pero es él… Es Aries y no lo hare.
Correspondo ese abrazo, que me hacía falta.
-Gra… Gracias…- Le contesto algo tímido, mis mejillas se han sonrojado lo puedo sentir, debo calmarme.
-Lo siento mucho- Cierra sus ojos apenado. No tienes que disculparte.
-Pero mi maestro me tuvo entrenando todo el día y apenas si tuve tiempo para venir hasta esta hora y…- De entre sus ropas saca una pequeña caja –Traerte tu regalo- Ladea de su cabeza, sonriéndome, ¿Porque mi corazón late así? ¿Cómo es que luce tan lindo?