EPÍLOGO.
Graham ya no se fue de Vail. Me confesó que durante su estancia estuvo en pláticas con los dueños del resort y al final decidió convertirse en inversionista del mismo, apostando en ese proyecto los ahorros de su vida. Su documenta fue un éxito, lo que se tradujo en mayores visitantes para el pueblo y por supuesto en un nuevo renacer para mi restaurante. Renuncio a viajar por el mundo, aduciendo que ya estaba harto de no tener un lugar al cual llamar hogar y decidió dedicarse a terminar su libro. Miranda por supuesto estaba que no se la creía y nos dio su bendición, confesándonos que su plan de celestina funcionó, porque sabía que yo era perfecta para su hermano.
A la siguiente navidad nos casamos, celebrando una boda con temática navideña, en la cual se sirvió pavo de plato principal y sidra especiada. Rosemary fue nuestra madrina de bodas y Peter el padrino. Miranda fue mi dama de honor.
Han pasado cuatro meses de eso, Graham y yo hemos decidido comprar la casa que había sido de mis padres y ahí construir nuestra vida futura porque nuestra pequeña familia de dos, pronto será de tres. Nuestro pequeño Noel nacerá en diciembre y no podemos estar más felices.
Y pensar que todo empezó con una loca propuesta y deseo de Navidad.
FIN.
Espero que la novela les haya gustado, me encantó escribirla, es mi regalo de navidad para ustedes, ojalá y lo hayan disfrutado. Recuerden ser felices, las cosas buenas y bonitas casi siempre vienen en empaques invisibles, una sonrisa, un abrazo, disfrutar la presencia de un ser querido. Les deseo lo mejor para estas fechas y que el próximo año esté lleno de bendiciones, abundancia, éxito, prosperidad, felicidad y sobre todo amor.
Gracias por estar en mi vida, por coincidir conmigo, por formar parte de esta aventuda. Dios las bendiga hoy y siempre.
Con mucho cariño.
Lu Carmona.
Feliz Navidad y próspero año nuevo.