Deseo prohibido

7

Camille se despertó porque escuchó el sonido del intro de la serie, estaba dispuesta a emitir palabra, pero se quedó callada. Se sorprendió al darse cuenta de que estaba en la pieza de Juan, en lo único que pensó fue que tenía puesta su ropa y eso era bueno. Se dio la vuelta y vio a Rodrigo, hermoso, durmiendo. Le fue suficiente para empezar a maquinar con su mente, imaginado un montón de escenas imposibles, al menos, ella creía que todo lo que estaba pensando era imposible. ¿Podría ella tener una relación estable con alguien? Camille no era una chica normal, tenía otras prioridades y la primera era ser la nueva y única mafiosa. Ese era su deber, pero ella no quería eso y tampoco se imaginaba nada de eso.

Se levantó despacio para no despertarlo y fue rápido a la pieza de Raquel, mientras iba a la pieza de ella, estaba pensando en dónde durmió Juan, ya que no estaba ahí, en su pieza. La cabeza de ella iba a mil por hora, imaginando, pensando y hasta recreando escenas. Se imaginó a Juan durmiendo con las chicas.

Entró a la pieza de Raquel y los vio a los tres, a Lucía bailando "Perreito" y a Raquel maquillando a su hermano. Se veían lindos los tres haciendo tonterías y fue ahí cuando Camille se dio cuenta de que esta era la oportunidad para actuar como se debía, hacer lo que ella quiera y no pensar en las consecuencias después. Creyó que ese era el mejor instante para desprenderse de toda la porquería que iba acumulando por años, ahora era una joven de veinte años, pero ya tenía toda su vida resuelta.

Les dedicó una sonrisa y se apresuró a ingresar al cuarto.

—¿Por qué dormí en la pieza de Juan y no acá? Encima con Rodrigo —murmuró, tirándose boca abajo en la cama de Raquel.

Ella estaba molesta por lo que sus amigos le habían hecho, pero también se había sentido a gusto por los detalles y por el simple hecho de que ellos pensaran en Rodrigo y ella. Por un instante, quiso ver el mundo con otros ojos, pero luego se dio cuenta de que solo podía ver con los suyos.

—¿Esto no se va a terminar nunca? —Alzó ambas cejas, volviendo a retomar su oración—. No me agrada que vayan haciendo estas cosas.

—Rodrigo y vos mientras veíamos la serie se quedaron dormidos y no los queríamos despertar, así que sin despertarlos los tapamos y acostamos en mi cama y yo me vine a dormir con estas —respondió sin dar vueltas Juan.

Al parecer el único con la cabeza puesta había sido él, ya que fue el único que pudo responder sin dar vueltas en el asunto.

Lucía se acercó a Cam y le pegó una nalgada. Sonrió amplia y siguió caminando. Camille pegó un saltito y se dio la vuelta para mirarla.

—¡Lucía, me dolió! —chilló y se pasó la mano por donde le pegó.

—Levantate, aburrida —respondió Lucía.

Camille se sentó en la cama y se dio cuenta de que no tenía ni ganas de peinarse y se quedó mirando como Raquel le ponía rubor a Juan, re bonito se veía, parecía sonrojado. Camille siempre supo que Raquel tenía mucho talento para el maquillaje, hasta se había graduado de eso el año anterior. Se dio cuenta, esa misma noche, que Lucía era buena para los deportes y ella misma le contó que había ingresado en la Matanza para poder dedicarse a eso toda la vida. Sin embargo, fue ahí que supo que todos ya tenían decidido lo que iban a hacer por el resto de sus días y ella solo podía pensar en que estaba estudiando Letras y que no tenía suficiente tiempo para divertirse como lo hacían sus amigos. ¿Acaso ella podría haber hecho otra cosa? ¿En qué era buena? ¿Para qué estaba estudiando algo si después sabía bien a lo que se tenía que dedicar? Soltó un suspiro que trajo la atención de todos en la habitación y ella para evitar los problemas solo sonrió.

Cuando Raquel estaba por pintar los labios de Juan, le siguió la idea de ser ella quien debía hacerlo. Quería hacerlo, ya que era buena con los pintalabios. Siempre le habían gustado, pero claro nunca se había puesto a pintar los labios de un hombre y, según ella, Juan tenía unos labios muy apetecibles.

—Ay ¿se los puedo pintar yo? Es que es re labiudo, los labios re lindos tiene —comentó Cam acercándose a donde estaban ellos.

Raquel le da el labial y Juan la miró con cara pervertida por lo que ella había dicho de sus labios. Cam no pudo evitar soltar una carcajada sonora y lo miró casi del mismo modo, aunque solo estaba bromeando. 

—Hace así. —Abrió la boca, pero no tanto.

Juan le hizo caso e imitó su acción. Le agarró la mandíbula y se acercó más a él. Lo terminó de pintar y abrió la puerta Rodrigo, haciendo que todos lo miren. En ese momento, todo quedó en silencio, lo suficiente como para evadir el mal momento.

—¿Qué? —cuestionó, entrando a la pieza y cerrando la puerta.

Miró como estaba Juan y arrugó las cejas para después tentarse. Una carcajada sonora emanó de sus labios y luego se quedó mirando a sus amigos con una enorme sonrisa sobre sus labios.

Creo que me enamoré de su risa. Pensó Camille al darse cuenta de que estaba empezando a sentir algo diferente dentro de ella, algo que nunca antes había sentido. Estaba un poco asustada por los problemas que eso traería. Solo dejó salir un suspiro de sus adentros y miró con recelo los labios de Juan, pero luego volvió a la realidad y se percató de Rodrigo y el sonido de su perfecta risa.

—Estás hermoso, Juanchi —murmuró Rodrigo con una sonrisa burlona.

—Maquíllalo a él también. —Lo apuntó Juan y luego miró a Camille—. ¿O no te dejas, Rodriguito? —Alzó ambas cejas, mirándolo a él.

Rodrigo frunció el entrecejo y se acercó hasta ellos con la seriedad de un puma a una gacela. De ese modo tan frío y caluroso, listo para atacar o para jugar.

—Si me lo hace ella sí, dejo que me haga de todo —aclaró, señalando a Cam.

—Buenaaaa —chillaron Lucía y Raquel, riéndose.

Camille solo pudo sonreír, Juan se paró y se tiró en la cama. Rodrigo se sentó en donde estaba Juan, lo maquilló a él también, después ellos a las chicas. Todo parecía estar muy bien, hasta no parecía real, ya que lo estaban pasando todos bien y se estaban divirtiendo como si no hubiera un mañana. Ninguno sabía si había o no un día después de este, así que no lo dudaron y se divirtieron como nunca.



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En el texto hay: traicion, mafia, venganza

Editado: 26.05.2022

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