Deseos en vida

Capítulo 10

El último día de clases había finalizado y luego de ese pequeño, pero gran momento, pude regresar con una total sonrisa a mi hogar, ni bien llegué saludé a mi madre la cual me preguntó que tal me había ido, de inmediato la observé y pude apreciar cómo me estaba observando con una mirada cansada, abatida, pero a su vez con una pequeña sonrisa como quien se esfuerza por aguantar un poco más, era doloroso verla así, sin embargo, tampoco podía ocultar demasiado la felicidad que siento ahora mismo.

–Me fue… bien– Sonreí agachando un poco la mirada –Gracias por preguntar.

–Me alegra mucho saberlo, ¿Vas a comer?, ¿Ya quieres que te sirva?

Cada palabra que me decía era una completa apuñalada al corazón, era demasiada amabilidad. Sé que ella también estaba esforzándose por soportarlo, sin embargo, me costaba entender el motivo por el cual continua de esta manera… arrastrándome en el proceso, además de eso, todo este tiempo yo me estuve distanciando, no quise hablar demasiado con ella pese a que sigo aquí por no dejarla sola, ¿Entonces por qué?, ¿Por qué me siento demasiado culpable de que ella tenga esa mirada tan cansada?, sin duda alguna yo… debí esforzarme más, debí pasar mucho más tiempo con ella.

–Si… comeré, sírveme por favor– Sonreí.

Ya estando en la mesa, ambos después de mucho tiempo estábamos comiendo juntos, en un gran silencio que envolvía la casa, se notaba de sobra que mi padrastro no se encontraba, la paz que en mi cuerpo había era tal que no podía evitar sentirme tranquilo, disfrutando como nunca antes la comida que fue preparada por la persona que tanto amo y admiro, la cual es mi madre.

–Alex…

–¿Sí? – Pregunté limpiándome la boca mientras terminaba de comer lo último.

–Gracias hijo mío, por seguir aquí conmigo.

–……– Me quedé en silencio dejando de comer y observando fijamente.

–Sé que el año anterior no ha sido el mejor, pero estoy segura que este va a mejorar mucho– Sonríe –¿Sabes algo?, hace tiempo que tus hermanos no me vienen a visitar, los extraño mucho a los dos, sobre todo a mi hija, me pregunto si estará bien, ¿No le faltará nada?

–No… lo sé– Dije con un tono bajo de voz –Tampoco he ido a visitarlos.

–Lo sé– Observa su plato de comida a medio acabar –¿Te gustaría ir a visitarlos?, creo que ya entraste a vacaciones, ¿Si pasaste todas tus materias?

–Si… pasé todo, pero no quisiera…

–Está bien que te distraigas– Observa fijamente –No quisiera que pases tus vacaciones encerrado– Se levanta tomando los platos llevándoselos hacia la cocina –Ya pasaste todo el año anterior conmigo… te mereces salir a distraerte.

–¿Estás segura? – Dije en voz baja mientras agachaba la mirada –No quiero que-

Interrumpe.

–Estoy segura– Observa sonriente desde la cocina –Lleva algo de ropa, después no tienes como cambiarte.

–……– Me quedé en silencio por unos segundos –Está bien– Me levanté dirigiéndome a mi habitación –Gracias por la comida.

Una vez en mi habitación cerré la puerta con seguro como siempre lo hago habitualmente, sin embargo, me estaba comenzando a sentir sumamente mal, ¿Por qué?... está bien, ¿no?, es decir, desde hace mucho tiempo que quería abandonar esta casa, estar en un lugar sumamente tranquilo lejos de las garras de mi padrastro, pero entonces ¿Por qué?... ¿Por qué me siento tan triste?

“No quiero que-”, esa frase a medio acabar resonaba en mi cabeza.

–Mamá…– Dije derramando un par de lágrimas –No quiero que estes sola… no quiero– Coloqué mi frente en la puerta –Menos con ese monstruo– Susurré para mí mismo.

Sin poder hacer nada al respecto, empaqué mi ropa y esa misma tarde antes de que volviera mi padrastro mi madre me acompañó a la carretera para esperar juntos el bus. Por primera vez en mucho tiempo estábamos haciendo algo juntos, aunque solo sea esperar en silencio, no obstante, no me sentía incomodo, ni angustiado, me sentía tranquilo, aunque con miedo de que en la próxima curva se asome en bus. Era un hecho de que no quería irme, no porque no lo deseara, simplemente que el mal presentimiento que había en mi corazón no me dejaba quererlo, ¿De verdad si me voy todo va a estar bien?

“Estoy segura que este año será mejor”, fue lo que recordaba de mi madre.

Quería creer también… que así será.

–Ahí viene– Dije haciendo señas al bus para que se detenga.

–Cuídate mucho hijo– Dijo dándole un beso en la mejilla.

–……– Las puñaladas en mi corazón aumentaban.

El bus se empezó a detener e instintivamente me volteé para abrazarla y con fuerza decirle un…

“¡¡Te voy a extrañar!!”

Mi madre casi que de inmediato reaccionó a mis palabras, abrazándome con fuerza intentando controlar que sus lágrimas salgan.

–Yo también… ¡Te voy a extrañar!

Sin poderlo evitar solté un par de lágrimas recordando todo lo que el año anterior tuve que soportar, pero pese a todo eso, nunca dejé de quererla y es ahora que me doy cuenta, que no quisiera dejarla sola, tras todas esas noches deseando poder irme por un tiempo de este lugar, ahora mismo… no paro de desear quedarme un poco más, tenía miedo de que algo malo, le pueda pasar.

Esa tarde me fui con un sentimiento algo complicado de explicar, no podía dejar de pensar en si estará bien, no obstante, tampoco servía de nada pensarlo por siempre, solo el tiempo me dirá si irme fue la decisión correcta o no.

–Dos meses eh…– Dije viendo por la ventana del bus –Estaré dos meses fuera de casa…– Mi mirada se empezaba a perder –Que extraño se siente irse de casa así.

Al llegar a casa de mi abuela de parte de papá, me recibieron con una alegría desbordante, la casa era muy grande, por lo que se podían dar el lujo de vivir muchas personas ahí mimo, por ejemplo, estaba mi hermana, mi hermano menos, mi padre, una pequeña primita mía y por su puesto mi abuela, había cama para mi así que no era problema el quedarme. Había vuelto… volví al lugar que recuerdo de mi niñez, mi primer hogar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.