Deseos en vida

Capítulo 11

¿Será que después de mucho tiempo todo ese tormento por fin acabará?, aquellos días en los que al volver del colegio me encerraba en mi habitación para no volver a salir por el resto del día… ¿Habían llegado a su fin?, será que por fin podré tener… ¿Una vida de verdad?

Luego de aquel día, los momentos en casa de mi abuela resultaron ser un poco… deprimentes. Mi madre no salía mucho de su cuarto y a veces no quería ni comer, eso a mí me preocupaba demasiado ya que su salud estaba en juego, además de que su estabilidad emocional, pero ¿Por qué?, pienso que debería estar contenta de por fin haberse deshecho de aquel hombre que tanto sufrimiento le trajo tanto a ella como a mí.

¿Por qué no estas feliz?

¿Por qué cada vez estas más triste?

¿Qué tenía ese monstruo de bueno?

¿Por qué no simplemente te centras en ti?

En ser verdaderamente feliz junto a mí.

A los pocos días de estar encerrada en casa, decidió salir varias veces por el día por unos 3 días en total, al cuarto día me pidieron acompañarla y ahí fue cuando me enteré que estaba haciendo todo lo posible para sacarlo de la cárcel.

Simplemente no lo comprendo…

Sentía mucho enojo, mucha impotencia y por momentos me daba un escalofrió por todo el cuerpo. Tan solo imaginar a ese hombre fuera de la cárcel nuevamente hacía que sintiera miedo y una angustia muy grande en mi pecho.

¿Pero que podía hacer?

No tenía poder alguno de decisión y diga lo que diga ella estaba dispuesta a hacer que lo saquen lo antes posible, según por pena y por sentimiento de culpa de que por ella terminara ahí, ¿Acaso es estúpida?, ¿Cómo puede sentir pena y lastima ante alguien el cual se encargó de hacernos la vida imposible?

¿Acaso por su culpa no fue que terminamos emocionalmente destrozados?

¿Cómo se puede estar tan ciego?

Con el paso de los días llegó a mis oídos que ya estaba todo listo y que iba a ser liberado pronto. Ya no había nada que se pueda hacer para evitarlo, ese monstruo iba a ser pronto liberado volviendo a sacar sus garras.

Las vacaciones estaban por terminar, debía prepararme para el regreso a clases así que ahora mismo me encontraba en mi cuarto ordenando mis cuadernos, cuando en eso mi madre entra en la habitación para tener una supuesta charla conmigo bastante seria. Me preparé para lo peor, estaba nervioso, pero quise mantenerme sereno así que respiré profundo y la observé con seriedad.

–¿Qué sucede? – Pregunté.

–Hijo… tomé la decisión de que cuando salga él de prisión volveremos a vivir con él.

¿Tomaste tú la decisión?

–Ya veo… yo no iré entonces, me quedaré aquí con mi abuela.

¿Acaso mi decisión no te importa?

–No digas eso mijo– Su voz se quiebra –Tú sabes que te necesito conmigo…

¿Para qué?, ¿Para seguir arrastrándome al infierno con tus malas decisiones?, ¿Cuantas veces tienes que ser apaleada y destrozada para entender que ese hombre no es el indicado?, de hecho… ¿A tu edad deberías seguir pensando en cosas como el amor?, ya no lo soporto, no aguanto… no quiero volver… a ese lugar, fue lo que pensé estando al borde de las lágrimas.

–No quiero… no quiero volver con ese hombre.

–……– Observa su rostro triste –Si tu no vas conmigo… me sentiré muy sola.

–¡¿Entonces por qué quieres volver?!, si tanto quieres regresar con él ¡¿Por qué me necesitas a mí?!, ¡¿Acaso no eres feliz con ese monstruo?! – Grité con lágrimas que no podía controlar –¿Por qué me tienes que hacer vivir una vida así?

–Hijo… te necesito– Llora desesperadamente.

–¡No quiero! ¡No iré!, ¡No lo soporto! – Me levanté de la silla –¡Te odio!

Luego de ello simplemente salí de la habitación para ir lejos de la casa a llorar en soledad, tanto como quisiese, tanto como pudiera… tanto hasta que lo más profundo de mi alma se quede completamente seco.

–¿Por qué yo?... ¿Por qué debo soportar esto? – Susurré varias veces mientras me sentaba al filo de un árbol –¿Tanto es pedir una vida de verdad?

Al día siguiente de aquella discusión mi madre no me dijo nada, se mantuvo en silencio como si aun pensara en mil cosas, cuando es eso, llegó un camión el cual nos iba a ayudar con las cosas para nosotros poder mudarnos. Esto me dejó complemente sorprendido, no entendía, “¿A dónde iremos?”, es lo que me repetía todo el tiempo. Resulta que ayer en el momento que salí llorando, mi abuela había entrado a la habitación diciendo que lo había escuchado todo, reclamándole a mi madre y juzgándola por su decisión de niña pequeña.

“¿Acaso no puedes sentar cabeza de una vez por todas y centrarte en tus hijos?”, fue lo que le dijo con mucho enojo, esto hizo que mi madre le tome fastidio a mi abuela ocasionando así, la decisión de mudarse.

“¿Por qué será que los adultos se creen dueños del mundo?”, fue lo que pasó por mi mente luego de sentir que no importa cuánto llore o grite, ellos van a decidir por mi haciendo que mis sentimientos… no valgan nada.

Días después de que nos mudáramos entré a mi primer año de bachiller, se podría decir que estaba un poco emocionado, después de todo era un año nuevo, sin embargo, estaba un poco deprimido, no pude estar en el mismo curso que mi mejor amigo y mi relación amorosa no iba de la mejor manera, ella era muy reservada y por consecuencia hablaba muy poco, sin embargo, ese no era mi principal problema… sino más bien… sus celos obsesivos hacia cualquier cosa o persona que se me acercase, aparte de ello me había terminado de mudar y simplemente no estaba nada acostumbrado a ese nuevo hogar, más encima ahora estudiaba en la tarde y por ende llegaba noche a mi casa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.