Deseos Paradisíacos de un Vampiro(editando)

Capítulo 14 La visita del nuevo vampiro

Capítulo resubido debido a un pequeño error.

Si pueden ir a la parte de abajo a leer una pequeña info les agradecería. 

CAPÍTULO 14 

 

Quién demonios tiene 

Demonios ofrece.

 

 


—Me mentiste.

Negó.

—En ningún momento.

Acomodó su pelo y me indicó que tomara asiento.

—Nunca te mentí porque nunca preguntaste si tenía otro trabajo.

—Pero sabías que yo vendría.

—Claro que no.

—Pues me parece muy extraño que casualmente seas tú el padre que me ha recomendado Eliza.

—Estás buscando una respuesta que no recibirás de mí.

Ja.

“¿Estudiaste en un seminario?”

No respondió.

—¿Me estás siguiendo?, No te creo nada de todas formas.

—No te mentí Nova, si soy mesero en ese tipo de eventos y trabajo como padre.

—No tiene una pizca de sentido. En lo más mínimo. ¿porqué serías mesero en un evento así? ¿y porqué serías padre tan jóven?

—La edad no importa.

—No tienes nombre de sacerdote. —resalté con obviedad.

—¿eso que tiene que ver? —dijo indignado.

—Ni siquiera dijiste nada respecto a lo del seminario. Se me hace ilógico—inquirí señalandolo—. pero no logro procesar una respuesta a eso.

—Simplemente es así. Míralo desde el punto de vista real y lo entenderás.

Ridículo.

—¿en serio tu nombre es Nick?

Asintió.

—Bueno, al menos.

Se quedó en silencio varios segundos observandome.

—Lo que dijiste antes... explícalo. —volvió a hablar.

—Pues es estúpido que lo diga ahora. —me crucé de brazos y miré en otra dirección.

—¿Hablabas de Evangelo Hadleyins, no? ¿Has tenido un encuentro sexual con él? ¿te ha mordido?

—Eh... demasiado directo para ser alguien que finge ser un padre.

—Entonces dí en el blanco.

Me encogí de hombros.

—¿Y tú cómo sabes que él es un vampiro?

—Lo acabas de confirmar.

Negué.

—Ayer, vinieron juntos, él como se miraban ustedes dos, la manera en la que hablaban, y la confesión también influyó obviamente. Sin hablar de tu lenguaje corporal.

“Me gustaría hablar con alguien sobre esto, no conozco muchas personas que sepan de ese "mundo" y maldición... es abrumador todo lo que ha pasado. Por favor”, recordé mis palabras.

—Ah y lo obvio, es amigo de Katherine, todos sus amigos lo son.

—¿Cuanto tiempo tienes trabajando con ella "Nick"? porque dudo que sea lo suficiente como para conocerla tanto.

“Aproximadamente 2 meses”

—Bingo. —comenté sarcástica—. Pero ella no te ha contado todo eso, ¿o me equivoco?

Soltó un suspiro lento y profundo parecía desconcertado.

—No, no lo ha hecho.

Dijo con pesar y sin ganas.

—¿Pues sabes qué es lo que más me intriga y se me hace lo más idiota? el saber y que es un hecho, que no investigas a cuánta gente se te cruce en el camino. ¿porqué la investigas? o más bien, ¿cómo sabes de la existencia de los vampiros?

—De la misma forma en la que tú te enteraste. Pero va más allá de una simplemente curiosidad. —me tomó de hombros.

—Pues cuéntame. —insistí pero no me hizo caso.

—Te pediré que te retires y que no cuentes a nadie que me has visto nunca.

—¿Porqué tanto suspenso? —el se dio la vuelta y yo giré a su alrededor encarandolo—. ¿Escondes un delito muy grave? pero no es eso, no... —negué múltiples veces—. no podría ser un delito pues estás plantado en una iglesia ahora mismo. ¿Qué quieres de mí? ¿para quién trabajas? ¿porqué me sigues?

—¿A dónde quieres llegar con esto?—se le notaba harto.

—A la respuesta que mi curiosidad pide.

—No la tendrás.Al menos no la que imaginas y quieres que te dé.

Me hizo señas y las entendí perfectamente, me levanté de la silla.

Se acercó a mí y me susurró al oído.

—No las tendrás porque no son lo que quieres escuchar.

—Sé que ocultas algo, y si el destino hizo que nos cruzaramos fue por algo y ese algo te va a llevar a decirme la verdad.

Sin más abrió la puerta y yo salí de allí.

 

Evangelo

—Ya está aquí Evangelo.

—No quiero hablar de eso ahora. ¿Lo instalaste?

Le daba la espalda a Leroy ya que observaba el cielo nocturno desde el gran ventanal de mi habitación.

—Sí. Dijo que le parecía absurdo el hecho de que no hubiera una esclava a su disposición.

Ja.

—Lo que a ese imbécil le parezca o no, no es mi problema, ¿o me ves cara de que me importa?

O bueno sí.

—¿Crees que eso lo tome como un incumplimiento a la ley vampírica?

Me giré dándole la cara.

—No lo sé.

—Consigue dos prostitutas, o busca mujeres en alguna parada solitaria, lo que sea. De dónde las saques no me interesa. Traele dos culos para que no me esté jodiendo aquí.

—Entendido.

Retrocedió.

—Otra cosa, mañana... quiere empezar mañana. Pidió que no se le restrinja nada y será más un supervisor general o un guardia, en tu caso.

—Es absurdo.

Quité mi saco, lo tiré al suelo, el escritorio cerca mío, todo lo que estaba a mi alcance terminó destrozado en el suelo.

“¿Puedes calmarte hermanito?”

—¿Tú qué carajo haces aquí?

Lo tomé del cuello.

—Aún no te librarás de mí. ¿no me necesitas? para que mantenga a la humana fuera del camino.

—Tengo a Leroy, no te necesito.

—Mírate, por favor. —se libró de mi agarré—. No puedes mantenerte cuerdo cuando algo no sale como lo esperas. Pero bien que querías tener esa bodega de sangre contigo.

Sentía mi piel arder, en mucho tiempo.

—No vuelves a dirigirte de esa forma a Nova o te juro que voy a quemarte en la hoguera, no me importará que seas mi hermano.

—Sé que serías capaz, lo tengo clarísimo. —rió con cinismo—. Sin embargo no te conviene matarme, créeme.




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