Deseos Paradisíacos de un Vampiro(editando)

Capítulo 26 Distrayendo a Leroy

CAPÍTULO 26

       A la mañana Siguiente...


Abrí la puerta y con cuidado me percaté de que no hubiera nadie, más sin embargo el sonido de la bañera era muy notable. Era evidente que alguien se estaba bañando y ese alguien era Geline. No había rastro de Evangelo ya que hace rato los oí hablar a él y a los demás de salir en busca de algo a lo que supongo que él único que queda es Leroy. Un vestido hermoso planchado sobre las sábanas intactas, con un escote increíblemente revelador. Decidí alejar la vista y centrarme en lo que en un principio vine a hacer.

Abrí cajones y el armario, sacando mi ropa y mis cosas lentamente las ponía dentro de mi maleta.

—Al parecer no sabes que es de mala educación estar de metiche en habitaciones ajenas.

No la miré y seguí con lo mío, pero no me quedé callada.

—Claro, la habitación es tan ajena a mí que aún recuerdo los gemidos de Evangelo pidiéndome que brinque más y cada vez más lento encima suyo.

—Tú solo eres otra más en la vida de Evangelo, en la de todos aquí en general. A mí no me importa lo que digas.

—No me digas. Ja.

—Sí, si te digo. Eres solo un objeto en todo esto. Te quieren usar para un ritual que nadie quiere que sea realizado. ¿Eso no te parece razón suficiente?, el verdadero motivo por el que te protegen es porque el conde te necesita para culminar sus planes, nada más. En cambio yo—colocó ambas manos de sus hombros— estoy esperando un hijo suyo y soy una vampiresa, tú...—me observó de arriba abajo— eres una simple mortal. Así que, no creas que por pasar una o dos noches en su cama te hace relevante, no tienes un espacio guardado en el pecho de él, yo y mi hijo sí.

—¿Y tú sí? —ella me miró con indignación—Tienes razón, Leroy, Everett, Isadora y los demás, me cuidan por ese motivo claro está pero al menos yo no tuve que embarazarme de otro para tener su atención y si la tengo o no, me vale un carajo. ¿Comprendes chula? Mira, te la pongo fácil, no me dirijas la palabra y no me interpondré  entre tú y tu proceso de embarazo porque si por mí fuera y no estuviera en juego la vida de un niño: te empujo del balcón. Total, no te pasaría nada, ¿no? pero si me desquitaría de muchas.

Iba a hablar pero levanté la mano al frente, justo delante de su cara. Terminé de entrar las cosas en la maleta y me fuí de allí sin decir una sola palabra más.


—Deja te ayudo. Estos armarios son enormes. —Afirmó ella.

—Gracias cami. —le entregué la maleta y ella la colocó en la cama.

—Al parecer debemos volvernos Lesbianas, ¿te parece casarnos si no encontramos alguien que de verdad nos valore?

No pude evitar reír.

—Epa... lo digo en serio.—sostuvo.

—Ajá... pero es que da risa, lo siento Camila pero creo que igual me irá mal si me vuelvo homosexual. —me encogí de hombros y ella me sonrió— Ella sigue ahí, la verdad no sé cómo tomármelo.

—Fue una gran sorpresa, la verdad tampoco creí que sucedería además de qué, dijiste que lo tuyo con él no era más que sexo.

—Sé lo que dije y lo mantengo.

Ella soltó la prenda de sus manos y se cruzó de brazos.

—¡Ay ya! está bien. Sí, creo que siento cosas por él, es extraño sabes. No me gusta esta sensación porque por lo que veo él solo me está utilizando.

—¿Lo dices por algo que ella mencionó?

Asentí.

—Dijo que el ritual que quiere hacer Lorvil con mi sangre, ninguno de los vampiros quiere que eso suceda. Bueno ya sabemos porqué pero igual me siento usada.

Le dí un último vistazo y tomé mi teléfono, contestando la llamada.

—¿Aló? o... ¿Ahora?... no creo qué... Mmh —observé a Camila —¿Pero cómo llegaste aquí?... Está bien, no te preocupes, iré allí.

—¿Sucede algo Nova? —negué.

—Solo debo salir, y necesito que me ayudes.

No pareció muy convencida.

—¿Yo?—alargó la palabra.


Y justo como se lo pedí ella lo hizo.


—¿No hemos hablado mucho, no? es un placer. —ambos  estrechamos manos.

—El gusto es mío. —el me hizo señas para que tomara lugar a su lado.

Alcé la vista por culpa de la evidente diferencia de altura y luego me senté en el sillón en forma de L.

—¿Todos los vampiros son tan altos como ustedes? —el rió con gracia.

—No todos pero la mayoría sí. ¿llevas mucho tiempo conociendo a Nova?

—Sí, desde la universidad, estudiamos juntas Contabilidad.

—Eso es muy interesante —sonrió y yo hice lo mismo— ¿te gusta lo que estudiaste?

—Claro... aunque hay veces que desearía volver atrás y elegir otra cosa. Yo no elegí mi carrera sabes, mi madre lo hizo pero pues si hubiera cambiado la carrera no tendría la amiga que tengo.

—Mmh... Se ve que se aprecian mucho.

—La verdad es que sí. ¿Desde hace mucho conoces tú a los Hadleyins?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.