Deseos Paradisíacos de un Vampiro(editando)

Extra ll

Básicamente esto va antes de todo el libro en sí, hay cosas que pasan aquí que las entenderán mejor y les encontrarán un porqué en el segundo libro.

 

MESES ANTES... 


—¿Estás contenta?—me tomó de hombros y asintió varias veces— está bien, para, me mareas.

Ambas reímos.

—It will be thirty young dollars—escuché a la chica del café. 
«Serán treinta dólares, jovencitas»

Pasé los billetes por la meseta y ella los tomó con una sonrisa.

—Yes, thank you, have a good Night.—le dije.
«Sí, gracias, pasa buena noche»

Luego de varias horas caminando llegamos a mi residencia, me despedí de Camila pero ella no se movió.

—¿Sucede algo, Cami? no es que quiera que te vayas tan rápido ni nada pero, ¿porqué no lo has hecho aún?—me crucé de brazos mientras caminaba de vuelta hacia donde estaba.

—Le pedí a Brad que me llevé a casa. —al segundo de escuchar eso mi ánimo se fue por el suelo— no me mires así, él dijo que ésta vez cambiaría y sería distinto todo. —me tomó de las manos— confía en mí. —me rogó.

—El caso es que yo confío en ti pero en él no. Deberías saberlo ya, eh.—me safé de sus manos— Debes pensar las cosas, si sigues con él saldrás lastimada no importa cuántas veces lo dejes si al final volverás con él, Camila.

—Sé que lo haces porque me quieres pero estoy bien, no pasará nada malo ésta vez, lo prometo.

En eso veo como un carro rojo se acerca a nosotras, el tipo baja la ventanilla y le hace un gesto a la chica para que suba. Ella lo comprende, se gira, me da un beso en la mejilla y se aleja de mí. Solo me queda suspirar y observar como ambos se alejan en el carro rojo.

—Malditos carros rojos. —hice una mueca y di la vuelta para irme a casa.

 

Narrador Omnisciente 
Camila se sentía muy feliz de volver a verse con Brad, sentía que su corazón se iba a salir por la ventana del carro. Llegaron a la casa del hombre, tuvieron relaciones sexuales y luego, una plácida siesta. Dos horas después ella despertó, ella miró a su costado observando a Brad quién dormía como un bebé en ese momento el sonido del celular la hizo sobresaltarse. Era un mensaje de una tal Romina, Camila decidió no mirar más allá de la pantalla y procedió, luego de suspirar de tristeza, a dormirse.


Nova

Di muchos, muchos pasos por el pasillo hasta dar con mi puerta.

—Hola, Mmh... ¿de casualidad sabes cuál es el departamento de Win Collins?

—Ajá. —asentí algo confundida.

El chico llevaba un pañuelo que cubría la mitad de su rostro.

—Es mi vecino de enfrente... ¿Quién lo busca?

—Estéfano...—afirmó con una amplia sonrisa—Soy... Él trabaja para un conocido—finalmente se deshizo del trapo— y vengo a saldar en pendiente.

—De acuerdo, bueno, tenga buen resto de la noche. —el hombre asintió con seriedad.

Antes de cerrar por completo mi puerta, el hombre me observó extraño pero decidí no darle importancia. A la mañana siguiente, luego de retomar mi rutina con normalidad decidí dar un paseo por el parque cercano más precisamente a correr.

—¡Hola!

—Ah, hablas español. —solté algo sorprendida.

La adolescente de algunos quince años asintió.

—Por supuesto. —Dijo con mucho entusiasmo— De hecho no soy de aquí, soy de República Dominicana.

Yo sonreí.

—¡Que bien! He escuchado muchísimas cosas de ese país, me gustaría visitarlo.

Ella me regaló una amplia sonrisa al terminar de preparar mi café.

—Soy Nova.—continué mientras le extendía mi mano.

—Yo Sayuro—apretó mi agarre— es un placer. ¡Que tengas lindo día! —gritó mientras me iba y yo le devolví con un gesto. Un ademán con el café.
 




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