Deseos Paradisíacos de un Vampiro(editando)

Cap.3 “Cosas Pendientes”


Había vuelto...
Había regresado a este lugar. Justo como la primera vez que vine, sintiendo un nudo en el pecho. No dije nada y solo llegué sin avisar. Un año después... y sé que está mal, pero no tenía ganas de analizar la situación por teléfono para luego tener que enfrentarlos en persona. La Sra. Grace me abrió la puerta pero mi sorpresa no se compara con la suya. Me miraba de pies a cabeza.

—N-Nova... —Dijo sin poder creerlo.

—¿Cariño quién es?—dijo detrás el Sr, Daniel y al darse cuenta que era yo su rostro se tensó y me miró como si quisiera matarme. Eso me partió el corazón—¿Qué haces aquí?

—No cierre la puerta por favor—dije con la mano en el marco— solo vengo a disculparme y a hablar. Con claridad.—Ambos se miraron entre sí, compartieron una mirada llena de dudas, por su lado el padre de mi amiga... no quería ni siquiera mirarme—Por favor.

Ambos se hicieron a un lado y me dejaron pasar. Recuerdo que las tardes de té con Grace eran magníficas, siempre trataba de hacerme sentir cómoda y me ofrecía de todo para comer aunque yo siempre le dijera que estaba llena.

—¿Cómo has estado?—preguntó ella ofreciéndome una taza— Ha pasado mucho desde la última vez que te vi. Podría decir que estás mucho más hermosa.

—No pude evitar sonreírle— Muchas gracias, usted igual, sigue tan resplandeciente como siempre.

—Quitó la vista de mí y soltó un suspiro muy profundo— Ella no a regresado... dijo que pasaría una semana pero pasaron meses y luego un año.

—coloqué mi mano sobre su pierna y ahí sí me miró — Grace... Y-Yo... siento todo esto, de verdad.

—Ella asintió— Lo sé. Pero mi marido es quién más sufre, literalmente no tenemos noticias de ella, desapareció y no sabemos nada. Lo único que nos quedaba eras tú... pero no volviste. Yo lloré mucho por ella y por ti también, pero de un día para el otro solo dejé de hacerlo y me centré en cuidar de mi esposo.

—No diga eso, no piense que ella los abandonó porque sabe perfectamente que eso no es cierto. Ella los ama y lo seguirá haciendo.

Juro que estaba conteniendo todas mis ganas de llorar, me sentía horrible hablándole como si ella aún estuviera viva. Pero tampoco era lo suficientemente valiente para afrontar la realidad.

—Hubo algo... Una carta, venía de Italia y... era de ella.

—¿Qué? no es posible...—susurré lo último.

—Mmh... —frunció el ceño— En la carta nos decía que estaba bien y que se quedaría en Italia por unos meses, estaría estudiando allá. Pero ella nunca nos habló de querer eso. Nunca nos comentó nada al respecto.

Era raro, más que raro. Camila está muerta, yo misma la oí gritar de dolor y grité por ella. Esto es más que raro, hay alguien detrás de todo esto y debo descubrir quién es.

—Ya veo...

Luego de salir de la casa fuí directo a mi antiguo departamento, nunca lo dejé de pagar aunque no viviera aquí o bueno, Koji me ayudó con los trámites para los pagos y todo lo demás. Aquí seguían mis cosas, esto seguía siendo mío.

—¿Disculpa, tú quién eres y qué haces aquí?

Era un hombre, estaba de espaldas, vestido de negro y estaba sentado en mi cama.

—Me acerqué un poco más, insegura pero preparada para cualquier cosa— Te hice una pregunta, infeliz. —Lo toqué en el hombro y él se dió la vuelta— ¿Quién eres?

—El hombre sonrió— Soy todos y a la vez nadie. Tú eres Nova.

—¿Cómo sabes mi nombre?, Habla.

—Levantándose de allí se encogió de hombros y se acercó a mí— Claro que sabes quién soy, nos vimos la primera vez que te mudaste aquí. ¿Ahora lo recuerdas?

—No lo recuerdo, largo.

—Soy Estéfano, te pregunté por una persona luego me indicaste cuál era su departamento.

—Ah. Eres ese sujeto... y tú tuviste que ver con la muerte de es chico

—Entonces, si sabes quién soy y solo estabas fingiendo. Ja.

—¿Fuiste tú quien lo mató, no es cierto?

—No es lo que tú crees, es mucho más complejo. Y todo lo que yo hago tiene un porqué.

—Lárgate ahora o llamaré a la policia—lo miré amenazante mientras el se dirigía a mí — Largo.

—No creo que te puedan ayudar, primero que nada no soy un asesino, ninguno de nosotros lo es, hacemos todo como seres que buscan libertad y solo hacemos lo que debemos hacer acosta de salvar lo que más amamos.

—¿Dices que lo mataste por salvarle la vida a alguien?—puse los ojos en blanco— ¡uno no le quita la vida a alguien inocente para salvar a otro!

—Tú no lo entiendes, por lo que veo ... si estuvieras en mi lugar lo entenderías, entenderías por que alguien miente para cuidarte.

—Termina de irte.

—Él negó — No, yo puedo ayudarte aunque no lo creas.

—No me dejo guiar por cualquier idiota que dice querer ayudarme.

—Eso no es cierto. Tú te dejas guiar de Claus Routhe, haces todo lo que él te pide que hagas—relamió la comisura de su labio—eso cuenta y es lo mismo. Solo que conmigo tendrás una leve diferencia, yo soy un vampiro.




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